Confesiones de una adolescente confinada
Cumplea?os robados, partidos cancelados¡ el encierro pasa demasiada factura a los j¨®venes
¡°Es una situaci¨®n extra?a. Antes del coronavirus no me hab¨ªa pasado nada grave. Nada por el estilo. Y, en cambio, ahora tengo la sensaci¨®n de estar viviendo algo que contar¨¦ cuando sea mayor, como cuando mi abuela me cuenta historias de la guerra o de Franco¡±. Sara, nombre ficticio, abre la puerta de su habitaci¨®n para recoger el desayuno. Se queja. No quiere comer m¨¢s galletas con leche que le ha vuelto a traer su madre. Prefiere fruta, tostadas y zumo de naranja. Es la sexta ma?ana del tercer confinamiento de su vida.
La bandeja espera en el suelo frente a su habitaci¨®n. Ese trozo de ...
¡°Es una situaci¨®n extra?a. Antes del coronavirus no me hab¨ªa pasado nada grave. Nada por el estilo. Y, en cambio, ahora tengo la sensaci¨®n de estar viviendo algo que contar¨¦ cuando sea mayor, como cuando mi abuela me cuenta historias de la guerra o de Franco¡±. Sara, nombre ficticio, abre la puerta de su habitaci¨®n para recoger el desayuno. Se queja. No quiere comer m¨¢s galletas con leche que le ha vuelto a traer su madre. Prefiere fruta, tostadas y zumo de naranja. Es la sexta ma?ana del tercer confinamiento de su vida.
La bandeja espera en el suelo frente a su habitaci¨®n. Ese trozo de vieja madera rescatada de un armario, como el encierro, lleg¨® a la casa con el inicio de la pandemia, hace ya una eternidad. Sara tiene 15 a?os y lleva con dignidad este ¨²ltimo encierro, de ¡°solo siete d¨ªas¡±. Se mete el palo en la nariz con una facilidad pasmosa. Y lo pide cada d¨ªa para ver si la dichosa rayita roja ha desaparecido. Otro d¨ªa m¨¢s, la marca sigue ah¨ª, brillando, parece que sonr¨ªa desafiante. ¡°El viernes dar¨¦ negativo. Seguro¡±, exclama desde la cama. Permanece en la habitaci¨®n con una tranquilidad extrema. Y, en realidad, se queja poco para lo que le ha tocado.
?Qu¨¦ piensa? ¡°Durante el primer confinamiento s¨ª que sent¨ª que nos hab¨ªan robado el tiempo, me sent¨ª muy sola e incomunicada, pero ahora lo veo de otro modo, tengo unos d¨ªas que me dan tiempo para m¨ª y una opci¨®n para calmarme y organizarme. Y estamos mucho m¨¢s comunicados entre mis amigos. Adem¨¢s, veo series, miro instagram y tik tok, intento leer, hago clases online, deberes, escucho m¨²sica¡ y hago listas de cosas que tengo que hacer. Ahora me da igual porque me siento bien en mi habitaci¨®n, siento que tengo de todo: la silla, la ventana y la cama. Solo me agobio cuando me da la sensaci¨®n de que estoy sin hacer nada¡±. Sara considera que el primero de los encierros s¨ª tuvo consecuencias mentales para mucha gente y este tambi¨¦n las tendr¨¢. Est¨¢ preocupada. ¡°Lo que me sorprende es que en el cole no nos preguntan mucho, ni c¨®mo estamos ni c¨®mo nos sentimos¡±. El cole, ese lugar que fue un santuario anti covid al principio de esta historia y que ahora es un foco de contagios. A fecha del pasado mi¨¦rcoles ¡ªson datos de martes¡ª la cifra de alumnos confinados en Catalu?a ascend¨ªa a 110.999, un 7,71%. No ha ido mejor con los profesores. Seg¨²n los ¨²ltimos datos del portal Tra?acovid ¡ªque recoge el impacto de la pandemia en los centros educativos¡ª, hay 8.849 profesores y administrativos confinados.
Las bajas se suceden, pero las clases siguen, como pueden. Un d¨ªa de Rebeca, nombre cambiado pero tambi¨¦n de 15 a?os, es muy similar al de cualquier otra adolescente confinada. ¡°Me despierto cinco minutos antes de que empiecen las clases on line y sigo el horario normal del cole durante todo el d¨ªa, aunque muchos profesores no se conectan porque o tambi¨¦n est¨¢n confinados o de baja, pero aun as¨ª nos van dejando trabajos para hacer. En cambio, a veces soy yo la que no se conecta. Si te encuentras mal a los profesores no les importa, lo entienden. Durante el fin de semana, s¨ª que me levanto mucho m¨¢s tarde y desaprovecho bastante el d¨ªa, sobre todo estos ¨²ltimos d¨ªas que no me he encontrado muy bien¡±. Para Rebeca, que est¨¢ viendo Los Serrano y leyendo un libro titulado Culpa M¨ªa, hay dos fechas marcadas y robadas por el confinamiento: sus dos ¨²ltimos cumplea?os. Y solo piensa en una cosa: salir para ver a sus amigas y celebrar los aniversarios perdidos. La buena noticia la dan desde Materia: los ni?os y adolescentes de entre 5 y 17 a?os que desarrollan la covid suelen mejorar despu¨¦s de seis d¨ªas y el n¨²mero de menores que experimentan s¨ªntomas m¨¢s all¨¢ de las cuatro semanas es bajo: 77 de un total de 1.734 infectados, lo que representa un 4,4%, seg¨²n un estudio desarrollado en el Reino Unido. La clave para este buen comportamiento es que los m¨¢s j¨®venes tienen el sistema inmune reci¨¦n formado.
Tengo la sensaci¨®n de estar viviendo algo que contar¨¦ cuando sea mayor¡±, revela una chica encerrada en su habitaci¨®n por covid
Cumplea?os, viajes de fin de curso, partidos de v¨®ley, fiestas en casa de amigos. La covid tambi¨¦n se ha llevado por delante muchas horas de ocio de los adolescentes. ¡°Un d¨ªa confinado es un d¨ªa m¨¢s en tu vida pero sin ver a tus amigos y familiares. Una parte del d¨ªa est¨¢s conectada a las redes. Adem¨¢s, llevo toda la semana viendo pel¨ªculas que ya he visto. Es un poco como el d¨ªa de la marmota. Ahora se me est¨¢n acumulando muchos trabajos para el cole y tengo ex¨¢menes cuando vuelva. Me estoy estresando. Pero ni triste ni enfadada porque s¨¦ que esto pasar¨¢. Esto es como un descanso que ya aburre¡±. Juana, 14 a?os, prefiere responder a las preguntas con un audio. Sale de la habitaci¨®n cuando no queda nadie en casa y se refugia en la terraza. ¡°Creo que este va a ser mi ¨²ltimo confinamiento. No creo que vuelva a coger covid. Mi cole adem¨¢s es el centro de los contagios de Catalu?a, pero no volver¨¢ a pasar¡±. Todas ellas no quieren que ESTO, que el bicho, vuelva.