Muere el m¨²sico Pau Riba, esp¨ªritu libre y despeinado inventor de palabras
El artista, escritor y en cierta forma hombre renacentista fallece v¨ªctima de un c¨¢ncer a los 73 a?os
Con el silencio de su andar en sandalias Pau Riba se ha marchado. Tore¨® mentalmente y casi neg¨® al tumor de p¨¢ncreas que se lo ha llevado. Lo hizo estando activo, con conciertos navide?os y apurando la vida con las correcciones de La hist¨°ria de la m¨²sica, el que ser¨¢ su libro p¨®stumo, adem¨¢s de trabajar en un postrer disco con la Orquesta Fireluche. Pero este domingo ha muerto a los 73 a?os en su casa de Tiana (Barcelona). Sus ¨²ltimas semanas fueron un esprint irrefrenable. Ten¨ªa la cabeza...
Con el silencio de su andar en sandalias Pau Riba se ha marchado. Tore¨® mentalmente y casi neg¨® al tumor de p¨¢ncreas que se lo ha llevado. Lo hizo estando activo, con conciertos navide?os y apurando la vida con las correcciones de La hist¨°ria de la m¨²sica, el que ser¨¢ su libro p¨®stumo, adem¨¢s de trabajar en un postrer disco con la Orquesta Fireluche. Pero este domingo ha muerto a los 73 a?os en su casa de Tiana (Barcelona). Sus ¨²ltimas semanas fueron un esprint irrefrenable. Ten¨ªa la cabeza llena de planes, su desali?o en buena forma y su ¨²ltimo libro con apenas un a?o de vida, esa Hist¨°ria de l¡¯univers mitad ensayo, mitad narrativa en el que muestra su eclecticismo, capacidad anal¨ªtica, sentido po¨¦tico y ternura. Ha sido la pen¨²ltima muestra de sus m¨²ltiples facetas, justamente un libro en el que se habla de nuestra peque?ez en medio de los cuerpos celestes.
M¨²sico, escritor que deseaba ser recordado gracias a su amplia obra escrita, guionista, presentador y tambi¨¦n como ¨¦l se sent¨ªa, etim¨®logo, no en vano reconoc¨ªa a este diario que le encantaba ¡°buscar siempre las palabras exactas, algo que me viene de mi abuelo¡± (el poeta y humanista Carles Riba), ser¨¢ recordado por una forma de vida guiada por un talento innato volcado en la contracultura, la libertad personal y la conculcaci¨®n de la urbanidad burguesa. Hombre a su manera renacentista, cre¨® un personaje tan fenomenal que ocult¨® parcialmente un ingenio que quiz¨¢s no explot¨® por completo, probablemente lastrado por una tendencia a la pereza que reivindic¨®. ¡°Si una cosa puedes hacerla en la mitad de tiempo, hacemos el idiota empleando m¨¢s¡±, dec¨ªa reconoci¨¦ndose ¡°mandroso¡±.
Viejo ¡®hippie¡¯
Y lo m¨¢s reconfortante es que Pau Riba se ha marchado sinti¨¦ndose reconocido luego de la traves¨ªa de los ochenta y noventa, cuando el rock juvenil en catal¨¢n lo alej¨® de la primera fila. Pas¨® de ser un visionario ba?ado en LSD que no soport¨® la formalidad de la Nova Can?¨® y su formulaci¨®n tradicional de la contestaci¨®n v¨ªa chanson francesa, a un viejo hippie olvidado y hasta trasnochado. ¡°Con lo bueno que soy y ?c¨®mo me arrinconan!¡±, recordaba hace poco rememorando sus sensaciones de entonces. Pero nunca perdi¨® la admiraci¨®n sincera y la reivindicaci¨®n de su obra por parte de artistas como Sisa, siempre fascinado por su talento como letrista, Quimi Portet o Pascal Comelade, otra rara avis con la que colabor¨® en discos como Mosques de colors (2013), pen¨²ltima obra de una discograf¨ªa que se cerr¨® junto con la Orquesta Fireluche en 2019 con Atar¨¤xia.
E igual que ese talento innato, a Pau Riba muchas cosas le vinieron de cuna, como por ejemplo crecer en una familia art¨ªstica, burguesa y acomodada de s¨®lidos valores tradicionales que le facilit¨® sobremanera ser una oveja negra, algo que ¨¦l reivindicaba con tes¨®n. En realidad Riba siempre quiso vivir fuera del reba?o, de forma que parad¨®jicamente cas¨® un individualismo que le hac¨ªa detestar las colas, con un sentido comunitario que lo condujo a vivir como los hippies, en una Formentera donde nacieron dos de sus hijos (Pau y Ca?m, ambos artistas) y en la que se sinti¨® en su cielo.
Por cierto, nunca reivindic¨® el hipismo, odiaba los ismos, sino la utop¨ªa hippie, que ¨¦l cre¨ªa a¨²n vigente defendi¨¦ndola con ah¨ªnco. ¡°Los hippies supusieron la revoluci¨®n de los j¨®venes, que hasta entonces eran propiedad de sus padres. Aquello fue una revoluci¨®n y hoy en d¨ªa la juventud est¨¢ al frente de todo¡±, argumentaba. Tambi¨¦n recordaba que la ecolog¨ªa, la liberaci¨®n de la mujer y la libertad sexual vienen de entonces, de aquellos primeros a?os setenta. Fue cuando deslumbr¨® con Dioptr¨ªa I y II, editados separadamente y reeditados como doble disco despu¨¦s. En el primero, de sonoridad rockera, grabado junto al grupo de jazz-rock OM, en el que militaban Toti Soler y Jordi Sabat¨¦s, rechaz¨® el mundo de sus mayores, para reivindicar el ideal campestre en el segundo, m¨¢s folk y menos producido en el que le acompa?aron Albert Batiste y Sisa bajo la inspiraci¨®n del primer viaje de Riba en LSD.
M¨²sica que en conjunto mezclaba rock ¨¢cido, psicodelia, canci¨®n popular y folk que ha quedado como uno de los hitos de la m¨²sica nacional y cuyo estilo en nada cuadraba con la Nova Can?¨®, de la que Riba hab¨ªa partido para formar parte del Grup de Folk. Discos como Jo, La Dona i El Gripau (1971), un canto alucinado a la belleza natural en clave de folk psicod¨¦lico producido por un Mario Pacheco que luego fundar¨ªa el sello Nuevos Medios; o Licors (1977), que le vincul¨® a Daevid Allen, exmiembro de Soft Machine y alma libre, como Pau, o Astarot Universdherba (1999), edici¨®n del concierto que hizo junto a Perucho¡¯s en Canet 77 y muestra de su lado experimental. Estos son algunos de los discos que han marcado pauta entre sus muchos admiradores, evidenciando que el estilo de Pau Riba era ¨¦l mismo. ?l y la imprevisibilidad iconoclasta expresada en libros y discos. Hoy m¨¢s que nunca resuena la letra de Ja S¡¯ha Mort La Bes¨¤via de Dioptr¨ªa: ¡°Ahir es va morir la bes¨¤via / L¡¯¨¤via tamb¨¦ s¡¯ha de morir / La mort de la mare es prepara / i tu more¡¯t pels teus fills!¡± (Ayer se muri¨® la bisabuela / La abuela tambi¨¦n ha de morir / La muerte de la madre se prepara / Y t¨² mu¨¦rete por tus hijos).