Un rinc¨®n barcelon¨¦s para Ada Grossi
La voz de la emisora Radio Libert¨¤, que narr¨® la guerra desde Barcelona para la Italia antifascista, da nombre a la biblioteca del Liceo Italiano de Barcelona a iniciativa de tres alumnas
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Buenos d¨ªas:
Supe de Ada Grossi en 2014. La asociaci¨®n AltraItalia, que integran italianos progresistas y antifascistas de Barcelona, junto con el Memorial Democr¨¤tic, trajeron al teatro de Les cotxeres de Borrell Radio Libert¨¤, un mon¨®logo de la compa?¨ªa napolitana La carrozza d¡¯oro. La obra narra la odisea de una familia de N¨¢poles (el abogado Cesare Grossi, su mujer, Maria, y los hijos Renato, Ada y Aurelio, de 10, nueve y siete a?os) que huy¨® del fascismo en 1926 rumbo a Argentina y lo afront¨® en 1936, cuando decidi¨® volver a Europa, a Barcelona, para defender la revoluci¨®n que hab¨ªa plantado cara y expulsado a los fascistas golpistas de la ciudad. En la capital catalana armaron Radio Libert¨¤, desde la que emitieron para Italia, contando todo aquello que los medios del pa¨ªs fascista no permit¨ªan que se supiera. Ada Grossi fue la voz de aquellos mensajes que clandestinamente escuchaban en todo su pa¨ªs.
Los Grossi llegaron en octubre de 1936 a una Barcelona colectivizada, en plena efervescencia. ¡°La plaza de Catalunya es como un gran puerto: nada m¨¢s llegar all¨ª encuentras a alguien que sabe qui¨¦n eres, de d¨®nde vienes, qu¨¦ necesitas¡±, recita Giraldi, en la obra. ¡°En plaza de Catalunya ya saben que has venido a combatir el fascismo¡±.
Desde unos estudios de Radio Barcelona en la actual Diagonal, Cesare escrib¨ªa, Ada locutaba y miles de italianos escuchaban, en la clandestinidad, lo que ocurr¨ªa de verdad en Espa?a. Radio Libert¨¤ lleg¨® a ser un azote para Mussolini, que trat¨® de sabotearla, aniquilarla, anularla, sin ¨¦xito. La voz de esa chica de 19 a?os llamaba a los italianos a luchar contra la tiran¨ªa desde Espa?a. Muchos antifascistas, que supieron realmente lo ocurrido en la batalla de Guadalajara por la voz de Ada, llegaron a Barcelona para defender esa utop¨ªa revolucionaria que hab¨ªa triunfado a orillas del Mediterr¨¢neo.
Hasta que lleg¨® la guerra dentro de la guerra. Hasta que facciones estalinistas empezaron a desconfiar de quien no obedec¨ªa ¨®rdenes de Mosc¨² en el bando republicano espa?ol. ¡°Radio Libert¨¤ no se la arrancaron a los Grossi fascistas enviados por Mussolini ni franquistas espa?oles. Se la arrancaron una patrulla armada de bolcheviques italianos¡±, denuncia el texto de la obra de teatro. Los trist¨ªsimos Fets de maig acabaron con la radio de la libertad.
Los Grossi permanecieron en Barcelona hasta el final. Cruzaron la frontera en penosas condiciones, como tantos, y sufrieron los campos de concentraci¨®n (Gurs, Argel¨¨s...), la c¨¢rcel, el confinamiento... Ada muri¨® en 2015 en N¨¢poles, en la casa en la que vivi¨® sus ¨²ltimos a?os, junto con su hermano Aurelio. Casi olvidada.
Aquella noche de noviembre de 2014 conoc¨ª a Giuseppe Aragno, el historiador de N¨¢poles que ha documentado el rastro de esta familia, y a Sylvia Guzm¨¢n, hija de Ada, y orgullosa y firme defensora del legado moral e hist¨®rico de su familia. Seis a?os m¨¢s tarde, en enero de 2020, la obra Radio Libert¨¤ volvi¨® a Barcelona. La peque?a sala F¨¨nix de Barcelona se llen¨® durante una semana. Pero los que en Barcelona saben qui¨¦n fue Ada Grossi siguen siendo muy pocos. Demasiado pocos para que al Ayuntamiento atienda a las vagas peticiones de poner el nombre de Ada (Grossi, claro), una mujer luchadora, feminista, antifascista, enamorada de Barcelona, a una calle de la ciudad.
Tampoco se conoce demasiado la historia de aquella familia en Italia, donde el abogado que, adem¨¢s de antifascista era socialista y libertario, jam¨¢s fue ¡°un hombre de espalda flexible¡±, como recita el actor napolitano Alfredo Giraldi en la obra de teatro, y nunca se inclin¨® ante el poder en las d¨¦cadas de Democracia Cristiana que siguieron a la II Guerra Mundial en Italia.
Por eso es de agradecer que unas alumnas del Liceo Italiano de Barcelona la rescaten de la ignorancia, m¨¢s que del olvido. Han conseguido que la biblioteca de su escuela se llame ahora Ada Grossi. ¡°Por su valiente constancia, su profunda fidelidad a sus ideales y su determinaci¨®n para llevarlos a cabo, propusimos dar su nombre a nuestra biblioteca, como s¨ªmbolo de la defensa de la libertad¡±, explican Sara Altafaj, Margherita Ferrari y Alice Larocca, estudiantes de tercero de Liceo (primero de Bachillerato). Ada Grossi est¨¢, ahora, un poco menos olvidada en la ciudad que la acogi¨®.
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