Cuarta dosis ?para cu¨¢ndo?
Con un incremento de casos en las personas de mayor edad hay que plantear la necesidad de administrar otra dosis a la poblaci¨®n mayor de 80 a?os
La estrategia de vacunaci¨®n frente a la COVID-19 tiene por finalidad proteger a la poblaci¨®n de la enfermedad grave causada por el virus SARS-CoV-2. Esta estrategia se ha ido modificando a medida que se han ido autorizando nuevas vacunas, de acuerdo con la situaci¨®n epidemiol¨®gica y al avance del conocimiento cient¨ªfico. Las vacunas actuales ofrecen una protecci¨®n elevada contra la enfermedad g...
La estrategia de vacunaci¨®n frente a la COVID-19 tiene por finalidad proteger a la poblaci¨®n de la enfermedad grave causada por el virus SARS-CoV-2. Esta estrategia se ha ido modificando a medida que se han ido autorizando nuevas vacunas, de acuerdo con la situaci¨®n epidemiol¨®gica y al avance del conocimiento cient¨ªfico. Las vacunas actuales ofrecen una protecci¨®n elevada contra la enfermedad grave, pero su efectividad es menor para prevenir la infecci¨®n y la enfermedad leve o moderada. Adem¨¢s, la circulaci¨®n de variantes del SARS-CoV-2 con diversas mutaciones, algunas en determinadas regiones de la prote¨ªna S, pueden aumentar su capacidad de transmisi¨®n y/o escapar al efecto protector de las vacunas disponibles.
Los estudios de efectividad realizados en diferentes pa¨ªses muestran que la protecci¨®n frente a enfermedad sintom¨¢tica es m¨¢s baja frente a la variante ?micron que frente a Delta, con una disminuci¨®n r¨¢pida con el tiempo transcurrido desde la ¨²ltima dosis (efectividad inferior al 10% a los seis meses de la segunda dosis, que se incrementa hasta el 50-75% en los tres primeros meses tras la administraci¨®n de la tercera dosis, pero decae al 40-50% transcurridos entre cuatro y seis meses de ¨¦sta).
No obstante, la protecci¨®n frente a enfermedad grave y hospitalizaci¨®n sigue siendo elevada, en especial tras la tercera dosis (efectividad del 30-35% a los seis meses de la segunda, con un aumento hasta el 80-95% en los primeros tres meses de la tercera dosis y un descenso al 75-85% a los entre cuatro y seis meses de ¨¦sta). En Catalu?a, el 86% de la poblaci¨®n a partir de 12 a?os ha recibido la pauta completa (dos dosis) y el 50% de los adultos han recibido una tercera dosis (m¨¢s del 80% de los mayores de 70 a?os).
Han transcurrido ya m¨¢s de cinco meses desde la puesta en marcha de la administraci¨®n de la tercera dosis en las personas de mayor edad y en los grupos m¨¢s vulnerables. Por tanto, esta p¨¦rdida de protecci¨®n vacunal con el tiempo justifica que nos preguntemos: ?Qui¨¦n debe recibir una cuarta dosis y cu¨¢ndo?
Algunos pa¨ªses lo est¨¢n haciendo, aunque con criterios diferentes. Israel, desde enero, a las personas inmunodeprimidas y a toda la poblaci¨®n a partir de 60 a?os, pasados cuatro meses de la tercera dosis. Estados Unidos lo recomienda a partir de los 50 a?os y a las personas inmunodeprimidas mayores de los 12 a?os, tambi¨¦n cuatro meses despu¨¦s de la ¨²ltima dosis.
El posicionamiento de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y del Centro Europeo de Prevenci¨®n y Control de Enfermedades (ECDC) publicado el 6 de abril y basado en la evidencia cient¨ªfica disponible hasta este momento limita la recomendaci¨®n seg¨²n edad a los mayores de 80 a?os, con la posibilidad de ampliaci¨®n al grupo de 60-80 a?os si los indicadores epidemiol¨®gicos muestran un incremento de casos graves en esta poblaci¨®n.
Publicaciones recientes de Israel muestran que tras la administraci¨®n de la cuarta dosis incrementan hasta 10 veces los niveles de anticuerpos neutralizantes, y la incidencia de casos graves de COVID-19 disminuye de forma significativa (85,2 casos en 100.000 personas vacunadas con tres dosis versus 30,4 casos en 100.000 personas vacunadas con cuatro). Los datos indican tambi¨¦n que la administraci¨®n de esta cuarta dosis es segura; no est¨¢ causando un aumento de los efectos secundarios.
La respuesta a la pregunta para cu¨¢ndo, con los datos en la mano y en base a la situaci¨®n actual en Espa?a, con un incremento de casos en las personas de mayor edad, es que hay que plantear la necesidad de administrar la cuarta dosis a la poblaci¨®n mayor de 80 a?os (a los inmunodeprimidos ya se les administra). La extensi¨®n a otros grupos de edad no es prioritaria en estos momentos, la vigilancia epidemiol¨®gica nos dir¨¢ cuando debemos hacerlo.
Magda Campins es doctora y miembro del Grupo de Investigaci¨®n en Epidemiolog¨ªa y Salud P¨²blica del Vall d¡¯Hebron Instituto de Investigaci¨®n.
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