Victoria ?lvarez: ¡°Nadie me ha dado un duro por denunciar a los Pujol¡±
Diez a?os despu¨¦s de se?alar al primog¨¦nito del ¡®expresident¡¯ ante el juez, Victoria ?lvarez asegura que est¨¢ ¡°en la ruina¡± y que quiere abandonar Catalu?a
Victoria ?lvarez parece atrapada en el tiempo, arrastrada sin remedio hacia la historia que le hizo c¨¦lebre y, sobre todo, desdichada. No le queda a uno claro, tras hablar con ella, si, como dice, quiere dejarlo todo atr¨¢s, porque a la m¨ªnima vuelve a hablar de los Pujol. A sus 56 a?os, la mujer que en 2012 denunci¨® por primera vez ante los tribunales los manejos de Jordi Pujol Ferrusola, primog¨¦nito del expresident, se confiesa harta. Harta de todo y de todos y especialmente de un lugar: Catalu?a, de donde pretende marchar en breve, cuando venda, eso dice, su casa de Barcelona. Asegura que se siente ¡°utilizada¡±, que est¨¢ ¡°en la ruina¡± y que ha sido ¡°v¨ªctima de delincuentes¡± de todo pelaje por m¨¢s que los audios del comisario jubilado Jos¨¦ Manuel Villarejo sugieran que cobr¨® de los fondos reservados del Estado por disparar contra una de las vacas sagradas del nacionalismo catal¨¢n.
¡°Jam¨¢s nadie me ha pagado un duro por denunciar a los Pujol. Nunca he cobrado por denunciar a nadie¡±, dice ?lvarez, indignada por la revelaci¨®n, en las ¨²ltimas semanas, de nuevas grabaciones de Villarejo. ¡°Como detecten que Vicky [nombre con el que muchos la conocen] est¨¢ cobrando de la poli y tal ya tenemos un l¨ªo, ?no te parece?¡±, se oye decir al excomisario en 2017, en una conversaci¨®n con Mar¨ªa Dolores de Cospedal, entonces ministra de Defensa del PP. Vicky insiste: nunca ha cobrado por ir contra los Pujol, aunque s¨ª admite que recibi¨® pagos de la polic¨ªa por colaboraciones posteriores. ¡°Yo present¨¦ unos gastos por unas investigaciones, porque a ra¨ªz del caso me llegaba informaci¨®n de todo el mundo y ten¨ªa que hacer viajes, desplazamientos¡ Yo no s¨¦ de d¨®nde sal¨ªa el dinero ni lo pregunt¨¦¡±.
?lvarez evita detallar en qu¨¦ consistieron esos supuestos trabajos de apoyo a la polic¨ªa. Pero, echando la vista atr¨¢s, asegura que el balance es negativo. ¡°Soy una persona normal y absolutamente honrada. Todo esto me ha arruinado¡±, lamenta. Y afirma, con iron¨ªa, que ten¨ªa formas m¨¢s f¨¢ciles de conseguir dinero, pero dinero de verdad. ¡°Si hubiera querido pasta, habr¨ªa seguido cerca de los Pujol y les habr¨ªa chantajeado, era m¨¢s sencillo¡±, bromea la mujer, siempre vehemente, dolida a¨²n por el trato que recibi¨® de los pol¨ªticos catalanes, de los medios de comunicaci¨®n...
Su vida cambi¨® para siempre, aunque ella no pod¨ªa saberlo entonces, en el verano de 2010. En un episodio que ya forma parte de la intrahistoria de Catalu?a, ?lvarez comi¨® en el restaurante La Camarga con la exl¨ªder del PP catal¨¢n, Alicia S¨¢nchez Camacho, y le habl¨® de J¨²nior, de sus viajes a Andorra, de billetes de 500 euros¡ La conversaci¨®n fue grabada por una agencia de detectives y sirvi¨® para poner a la polic¨ªa patri¨®tica tras la pista de esta mujer, que desde entonces ser¨ªa conocida simplemente como ¡°la amante¡± de Jordi Pujol Ferrusola. Su declaraci¨®n ante el juez abri¨® la veda contra los Pujol puesto que el otro denunciante, el financiero Javier de la Rosa -empresario que hab¨ªa estado muy cerca de Jordi Pujol padre en su etapa como president- se ech¨® atr¨¢s y no formaliz¨® la denuncia.
Dice ?lvarez que lo que peor lleva es la humillaci¨®n p¨²blica a la que se ha visto sometida. Se queja de que, cuando compareci¨® en el Parlament, algunas diputadas rieron mientras ella contaba los presuntos malos tratos sufridos a manos del primog¨¦nito de Pujol. Hoy, por cierto, se reafirma en sus acusaciones: ¡°Me arre¨® unos pu?etazos que me dej¨® una semana en la cama¡±. Critica a sus presuntos ¡°amigos¡± del Partido Popular, que luego la abandonaron: ¡°Me han tomado el pelo y se han re¨ªdo de m¨ª¡±. Y lamenta que su denuncia contra la familia Pujol haya dejado una huella que es incapaz de borrar. ¡°A¨²n me siguen insultando y llamando de todo en Facebook¡±.
No tiene forma de encontrar trabajo, dice, porque desde entonces las puertas del mundo empresarial se han cerrado para ella. Subsiste, asegura, con fuentes de ingresos intermitentes: ¡°Cobro el paro para mayores de 52 a?os, alquilo una habitaci¨®n de mi casa y tengo a mis amigos y hermanos, que me prestan dinero¡±. Cree que los mejores a?os de Barcelona ya pasaron y que en Catalu?a es imposible prosperar: ¡°Han hundido esta tierra, no se puede ser emprendedor aqu¨ª¡±.
Por todo eso toca, opina, cambiar de aires, moverse, salir. Cree que, con la venta de su casa en la parte alta de Barcelona, podr¨¢ empezar de nuevo en otro rinc¨®n de Espa?a. ¡°Dejo aqu¨ª a mi hijo. Dejo a mi madre que est¨¢ con Alzh¨¦imer en una residencia y no la ver¨¦ morir. Siento que me echan de mi ciudad¡±, dice ?lvarez. No alberga grandes esperanzas para el presente ni para el futuro, de modo que regresa al pasado, a la acci¨®n -la denuncia contra los Pujol- que marc¨® su vida: ¡°Hice lo que ten¨ªa que hacer. Y duermo tranquila por las noches¡±.
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