Jaume Figueras: ¡°No soy beligerante contra las plataformas¡±
El experto en cine, que colabor¨® 32 a?os con TV-3, lamenta que en la televisi¨®n p¨²blica catalana ahora apenas se hable del s¨¦ptimo arte
En una entrevista de Jaume Figueras (Barcelona, 82 a?os) a Kirk Douglas para TV-3 hay un momento en que el actor le comenta: ¡°?Usted sabe mucho de m¨ª!¡±. Y es que Figueras sabe mucho sobre todas las criaturas que pueblan el cine, desde los artistas de m¨¢s relumbr¨®n a los artesanos m¨¢s opacos. Por eso llev¨® durante 50 a?os el consultorio de Mr. Belvedere en la revista Fotogramas.
¡±El primer Mr. Belvedere fue Luis G. de Blain, el creador de Taxi Key. Elisenda Nadal, la directora, me lo propuso en el 64. Quien entonces lo hac¨ªa¡ lo dejaba¡±. En aquella ¨¦poca era un consultorio dif¨ªcil. Los datos no estaban tan a mano y menos el poder relacionarlos. En los setenta lo dej¨® una breve temporada. ¡°Estaba cansado de hablar siempre de la censura. Era una situaci¨®n curiosa, risible hasta cierto punto, porque las pel¨ªculas se censuraban, pero t¨² pod¨ªas comentar lo que hab¨ªan censurado¡±.
Mr. Belvedere no ha olvidado nunca a los actores espa?oles de doblaje. ¡°La mejor manera de ver cine es en versi¨®n original, pero si lo quieres doblado¡ que tenga un buen doblaje. Y en Espa?a ha habido un doblaje excelente. Para los espectadores de m¨¢s edad, como nosotros, la voz de Ava Gardner era la de Mar¨ªa Victoria Dur¨¤, que tambi¨¦n doblaba a Lana Turner o a Katharine Hepburn. Cuando se decidi¨® redoblar algunas de sus pel¨ªculas, lo hizo Rosa Gui?¨®n, fallecida este junio. Gui?on fue Audrey Hepburn, Julie Andrews, Natalie Wood y docenas de veces Meryl Streep. Dos maestras del doblaje. Era una banda sonora que se hac¨ªa familiar¡±. ¡°De todos modos¡±, opina, ¡°Lo que el viento se llev¨® no puede volverse a doblar. No puede cambiarse aquel clima sonoro¡±.
Antoni Kirchner, que luego dirigi¨® la Filmoteca de Catalu?a, Pere Ignasi Fages, que en los 70 se exili¨® en Par¨ªs donde trabaj¨® en el gabinete de Santiago Carrillo, y Figueras abrieron en 1967 el C¨ªrculo A que lleg¨® a ser un notable circuito de salas barcelonesas dedicadas al arte y ensayo. Proyectaban en versi¨®n original. Al principio, fue la manera de que la censura soltara ¨ªntegras ciertas piezas (Repulsi¨®n, de Polanski, fue el primer gran ¨¦xito). La aventura termin¨® en el 92. ¡°Nosotros program¨¢bamos las salas, no ¨¦ramos sus propietarios y cuando estos vieron el ¨¦xito, pensaron que pod¨ªan hacerlo ellos y todo degener¨® un tanto. Mantuvieron la versi¨®n original, pero estrenaban pel¨ªculas comerciales¡±.
Con todo, a Figueras, la mayor popularidad se la ha dado la televisi¨®n. Cubri¨® los Oscar para Canal+ y estuvo 32 a?os colaborando en TV-3 hasta que, en 2017, abandon¨® Cinema 3. ¡°Lo iban arrinconando y yo ya ten¨ªa una edad para vivir aquello¡±. Figueras lamenta que, ahora, en TV-3 apenas se hable de cine.
Sobre la supervivencia de las salas ante la oferta de las plataformas, Figueras cree que hay batallas perdidas sin remedio. ¡°Cuando se estrena un filme y el p¨²blico sabe que lo tendr¨¢ en casa dentro de dos semanas¡ es muy dif¨ªcil llevarlo a un cine. Sobrevivir¨¢ el gran espect¨¢culo que se disfruta mejor en una pantalla grande y un determinado cine independiente. Los t¨ªtulos de medio pelo ir¨¢n directamente a las plataformas. En muchos casos no hay ninguna merma est¨¦tica a la hora de ver cine en un televisor, un cine que ya est¨¢ pensado en que se ver¨¢ ah¨ª. No soy beligerante contra las plataformas¡±. Eso s¨ª, le abruman las recomendaciones de series como si cada d¨ªa nacieran nuevas obras maestras. Su favorita sigue siendo Mad Men, en parte porque Figueras empez¨® trabajando en agencias de publicidad.
¡°Me divierte ver c¨®mo piensan una campa?a para una marca de tabaco. Lo viven como una cosa glamurosa y t¨² lo ves cuando el tabaco est¨¢ proscrito. Ahora no se fuma en ninguna pel¨ªcula. En Francia, en el reestreno de Mr. Hulot, de Tati, un personaje que siempre va con su pipa, ?se ha llegado a la ridiculez de quit¨¢rsela del cartel y colocarle una hierba!¡±.
Figueras cree que la figura del cin¨¦filo ¡ªentendida como ¡°alguien que culturalmente se alimenta m¨¢s de cine que de otra cosa y conoce su historia¡±¡ª sobrevivir¨¢. Aunque rechaza que le consideren un cr¨ªtico de cine ¡ª¡±soy un cronista cinematogr¨¢fico¡±, dice¡ª, no parece convencerle mucho lo que sostiene Magnus Enzensberger de que en un mundo al que le importa un bledo la diferencia entre Dante y el Pato Donald¡ el cr¨ªtico es superfluo, lo sustituyen simples recensionistas¡±. Figueras sostiene que hay buenos cr¨ªticos y buena literatura de autores que, sin ser cr¨ªticos de cine, hablan con propiedad de ello, ¡°como un reciente art¨ªculo de Mu?oz Molina sobre Alcarr¨¤s¡±. Ahora Figueras sigue viendo unas siete pel¨ªculas a la semana, aunque se ahorra las comedias italianas tontas y las ¡°payasadas¡± francesas. Una dieta que incluye el reencuentro con cl¨¢sicos.
En 2003 public¨® unas memorias profesionales (Endevina qui et parla de cine) y en 2021 hizo un libro con Gemma Nierga. Duda que vaya a publicar otro. A veces, hac¨ªa breves anotaciones a la manera del Me¡¯n recordo (Aven?) del artista Joe Brainard. ¡°Pero, por ahora, no continuar¨¦¡±.
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