Laura Borr¨¤s no tiene quien le escriba
El saludo de los diputados de Junts a la presidenta suspendida de la C¨¢mara hab¨ªa comenzado como un gesto de rebeld¨ªa y ya solo es un ritual estandarizado
En la sesi¨®n de control del Parlament de este mi¨¦rcoles hubo cuatro intervenciones de Junts per Catalunya. Solo un diputado aludi¨® al juicio que comienza este viernes contra Laura Borr¨¤s, l¨ªder del partido: ¡°Fuerza, presidenta, estaremos all¨ª.¡± Fue Joan Canadell, el empresario que representa el juntismo m¨¢s derechista y centrifugado. Los otros tres, solo susurraron un escueto ¡°presidenta Borr¨¤s¡± al ini...
En la sesi¨®n de control del Parlament de este mi¨¦rcoles hubo cuatro intervenciones de Junts per Catalunya. Solo un diputado aludi¨® al juicio que comienza este viernes contra Laura Borr¨¤s, l¨ªder del partido: ¡°Fuerza, presidenta, estaremos all¨ª.¡± Fue Joan Canadell, el empresario que representa el juntismo m¨¢s derechista y centrifugado. Los otros tres, solo susurraron un escueto ¡°presidenta Borr¨¤s¡± al inicio, un saludo que empez¨® como gesto de rebeld¨ªa cuando fue suspendida como presidenta del Parlament y ya es s¨®lo un ritual estandarizado sin m¨¢s, similar a responder ¡°Jes¨²s¡± tras un estornudo: no presupone cristianismo.
En cambio, el presidente de la Generalitat est¨¢ contento. No por todo este embrollo, sino porque por fin ha atado los presupuestos del 2023. No parece estar afectado por todas las renuncias, regalos y parabienes que ha tenido que hacerle al PSC para lograr el ¡°s¨ª, quiero¡±. Se le ve sonriente, tranquilizado, seguro en su enfrentamiento con los vieux compagnons del independentismo y con la derecha centralista. Pere Aragon¨¨s fue acusado a la vez de amigo de la patronal (CUP), de vendido al Estado espa?ol (Junts) o de c¨®mplice del terrorismo isl¨¢mico (Vox).
Aunque la sesi¨®n era de control al presidente de la Generalitat, tambi¨¦n recibieron Salvador Illa, presente, y Pedro S¨¢nchez, ausente. Alejandro Fern¨¢ndez, del PP, ech¨® mano del l¨¦xico m¨¢s madrile?o de su partido para arremeter contra el pacto ERC-PSC, que pas¨® de negado en p¨²blico a deseado y a real en pocos meses: ¡°[Aragon¨¦s] manipul¨® sentimientos por cuatro votos¡±, ¡°degradan las instituciones¡±, ¡°erosionan la confianza¡±, ¡°Catalu?a no se merece un presidente que mienta¡±. El Ciudadano Carlos Carrizosa desempolv¨® de la biblioteca de las quejas gastadas los barracones escolares y las listas de espera: mal momento, cuando, precisamente, el argumento de los que defienden los presupuestos es la posibilidad de gastar m¨¢s en educaci¨®n y sanidad. El l¨ªder de las filas narajna tambi¨¦n se esforz¨® en meter al PSC en el saco del nacionalismo, pensando en salvar alg¨²n voto en las pr¨®ximas elecciones municipales.
A socialistas y comunes se les notaba la dificultad de encontrar su propio espacio frente al Govern amigo: tanto Illa como J¨¦ssica Albiach apremiaron a hacer efectivas las cuentas pactadas, y la l¨ªder de los comunes a?adi¨® un comentario contra la expectativa de un nuevo tripartito: otra manera de marcar territorio ante la inminencia electoral.
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