El pacto presupuestario entre ERC y PSC allana la legislatura y rompe la pol¨ªtica de bloques en Catalu?a
Las cuentas permiten que el Govern de Esquerra tenga margen de acci¨®n ejecutiva sin el desgaste de la minor¨ªa en el Parlament
Tras semanas de bordear el precipicio, el Govern de Pere Aragon¨¨s ha logrado este mi¨¦rcoles cerrar un pacto de Presupuestos con el Partit dels Socialistes (PSC) y, de paso, allanar la legislatura que finaliza en 2025. Con un Govern sustentado en solo 33 diputados sobre 135, despu¨¦s de su ruptura con Junts, el president ha conseguido atar un proyecto que contempla inversiones de m¨¢s de 3.000 millones de euros, ganando margen de gesti¨®n sin el desgaste de la constante p¨¦rdida de votaciones en la C¨¢mara. Las cuentas entrar¨¢n en vigor en marzo, si no hay contratiempos.
Aragon¨¨s y el jefe de la oposici¨®n, el socialista Salvador Illa, han rubricado el acuerdo en la Sala de Diputats del Palau de la Generalitat, dejando una fotograf¨ªa hist¨®rica. Posiblemente, hac¨ªa m¨¢s de una d¨¦cada que los socialistas, arrinconados por el proc¨¦s, no participaban en un pacto de ese cariz. El l¨ªder del PSC se apresur¨® a aclarar que seguir¨¢ construyendo su alternativa, que no se trata de un acuerdo de legislatura y que solo es presupuestario. No lo ser¨¢, pero el documento tiene casi 30 p¨¢ginas y se le parece bastante. La imagen tiene tambi¨¦n una importante carga simb¨®lica, pues consuma la ruptura de la pol¨ªtica de bloques entre independentistas y constitucionalistas que ya se iba resquebrajando esta legislatura con pactos trascendentales como los que alumbraron la ley de lenguas o la renovaci¨®n de la direcci¨®n de ¨®rganos como la Corporaci¨®n Catalana de Medios Audiovisuales.
El acuerdo tiene adem¨¢s otra variable y una doble lectura: despeja el final del mandato del presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, despu¨¦s de que los republicanos hubieran amenazado con retirarle su apoyo y dejar en el aire varias leyes como la de la vivienda o la reforma de la ley mordaza. No hubiera sido la primera vez porque ERC no vot¨® a favor del cambio en la reforma laboral. Los de Gabriel Rufi¨¢n facilitaron este mi¨¦rcoles el tr¨¢mite sobre la normativa de seguridad ciudadana, un movimiento que se ha producido tras la fumata blanca a las cuentas.
Mientras, en Catalu?a, se consuma lo que ya se presagiaba: la ruptura definitiva del bloque independentista. Junts ha puesto el grito en el cielo al acusar a ERC de haber roto la legislatura del 52% en referencia al porcentaje de votos independentistas de las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas. El l¨ªder parlamentario de Junts, Albert Batet, ha augurado el nacimiento de un nuevo tripartito entre PSC, ERC y los comunes, similar al que gobern¨® Catalu?a con Pasqual Maragall y Jos¨¦ Montilla a la cabeza. ¡°No volvemos al 2017, volvemos al 2004 y se constata un cambio de ciclo en la pol¨ªtica catalana. Aragon¨¨s ha abandonado la mayor¨ªa independentista¡±, ha apostillado. El partido de Laura Borr¨¤s se apresta ahora a usar el pacto para remarcar lo que considera el abandono de la apuesta secesionista por parte de los republicanos y sacar provecho de esa idea en la campa?a de las elecciones municipales.
La realidad es que con su pacto con el PSC, Aragon¨¨s ha dado de hecho un giro copernicano a su pol¨ªtica: durante la campa?a electoral firm¨® que no pactar¨ªa la investidura con los socialistas; logr¨® formar Govern gracias a Junts y la CUP y a?o y medio despu¨¦s aprobar¨¢ las cuentas con el PSC y, de nuevo, con En Com¨² Podem. Tras la ruptura con los exsocios, Oriol Junqueras, presidente de ERC, acus¨® al PSC de ser un partido de la represi¨®n y lo descart¨® como socio para las cuentas. La negociaci¨®n ha estado, por tanto, llena de espinas, desencuentros y recelos por mucho que las dos formaciones pacten en el Congreso y que el Gobierno concediera los indultos parciales y la reforma penal de la sedici¨®n y la malversaci¨®n.
En las filas de los socialistas catalanes sent¨® fatal que ERC intentara presionar directamente a S¨¢nchez para agilizar el ¨²ltimo tramo de las negociaciones. Desde el d¨ªa 22 de agosto, los de Illa hab¨ªan tendido la mano para tener las cuentas y siempre hab¨ªan recibido desplantes. De ah¨ª que el PSC se haya puesto como objetivo claro marcar la agenda pol¨ªtica del Ejecutivo de Pere Aragon¨¨s con el impulso de grandes infraestructuras, aunque incomodaran ideol¨®gicamente a las bases republicanas.
Una muestra de ese ¨²ltimo punto es el aparte espec¨ªfico sobre infraestructuras. All¨ª est¨¢n el aeropuerto de El Prat, un tramo de la autov¨ªa B-40 (orbital de la capital catalana) y el complejo recreativo y de convenciones Hard Rock (en Tarragona). Ambos tuvieron que hacer cesiones. El PSC hab¨ªa apostado hasta el final por ¡°un todo o nada¡±, exigiendo el cumplimiento ¨ªntegro de su acuerdo, y finalmente ha renunciado a que la palabra ¡°ampliaci¨®n¡± figure en el texto final. Ahora se habla de ¡°la modernizaci¨®n¡± del aeropuerto de El Prat, para que ¡°gane capacidad¡± respetando ¡°la biodiversidad¡±, aunque sin concretar c¨®mo. ERC quer¨ªa que se descartara ¡°el modelo impuesto por Aena¡± y comenzar de cero en una mesa bilateral. Los republicanos tuvieron que ceder en la autov¨ªa, asumiendo el coste pol¨ªtico y electoral en el territorio pues abanderaban el rechazo a lo que consideran una infraestructura ¡°anacr¨®nica¡±.
¡°Hablamos de aumentar el n¨²mero de vuelos de 70 a 90 la hora. Y eso quiere decir lo que quiere decir¡±, ha afirmado Illa. Para el socialista, con este pacto ¡°Catalu?a pasa de la inercia a la acci¨®n¡±. La portavoz de ERC, Marta Vilalta, por su parte, ha insistido en la necesidad de que El Prat sea un punto de conexi¨®n internacional, pero considera que la ampliaci¨®n de la pista afectando el espacio natural de La Ricarda ¡°ni es necesaria ni ¨²til ni responde al modelo aeroportuario de pa¨ªs¡±. Los comunes, comandados por J¨¦ssica Albiach, han considerado que el acuerdo Aragon¨¨s-Illa no pone en peligro su pacto con ERC. Los Presupuestos recibir¨¢n as¨ª 74 votos de los 135 posibles.
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