La deflactaci¨®n de Junts

Podr¨ªamos llamarla deflactaci¨®n, paso del valor nominal al valor real de su capital pol¨ªtico. O simplemente readaptaci¨®n a su espacio natural despu¨¦s de la huida hacia adelante como casa grande del proceso independentista. Se trata del reajuste de Junts per Catalunya, una organizaci¨®n atr¨¢palo todo a la que se le rompen las costuras, despu¨¦s de que, pasado el per¨ªodo de ficci¨®n del oto?o de 2017, se haya puesto en evidencia que el intento de convertirse en el gran movimiento nacional independentista era in...

Podr¨ªamos llamarla deflactaci¨®n, paso del valor nominal al valor real de su capital pol¨ªtico. O simplemente readaptaci¨®n a su espacio natural despu¨¦s de la huida hacia adelante como casa grande del proceso independentista. Se trata del reajuste de Junts per Catalunya, una organizaci¨®n atr¨¢palo todo a la que se le rompen las costuras, despu¨¦s de que, pasado el per¨ªodo de ficci¨®n del oto?o de 2017, se haya puesto en evidencia que el intento de convertirse en el gran movimiento nacional independentista era inviable. El principio de realidad se ha llevado por delante las fantas¨ªas que pretend¨ªan juntar a una gama de posiciones ideol¨®gicas y de grupos de intereses diferentes que s¨®lo pod¨ªa sostenerse mientras se estaba en el momento intenso de la carrera peleando a toda velocidad. Pero desde que se impuso la pausa las contradicciones fueron emergiendo. Y la desorientaci¨®n del grupo se hizo carne con su esperp¨¦ntica salida del gobierno.

Desde aquel momento, la coalici¨®n ha entrado en la par¨¢lisis de las organizaciones que no tienen una autoridad (persona o grupo) que las cohesione, por m¨¢s que en los momentos cr¨ªticos se busque la coartada Puigdemont, ni una estrategia clara, ni un espacio social definido. Y as¨ª lleva ya meses desdibuj¨¢ndose, lejos de ser reconocida como la aut¨¦ntica portadora de las esencias del independentismo. Hay conciencia del desconcierto, del riesgo de convertirse en un buque flotando sin rumbo, pero no hay ahora mismo qui¨¦n pueda marcar el paso. Y las elecciones municipales lo han puesto de manifiesto. El recurso a Xavier Trias, que estaba ya fuera de la pol¨ªtica, para intentar la reconquista de la ciudad de Barcelona, dice m¨¢s que mil palabras. Un l¨ªder moderado vuelve a escena para ofrecer confianza a los sectores conservadores de la sociedad catalana. Ausente de la primera l¨ªnea en el proceso independentista, procedente de la antigua Converg¨¨ncia, Trias es el encargado de polarizar el envite, en duelo directo (y de inter¨¦s compartido) con Colau que deja en el limbo la ret¨®rica independentista y nos devuelve a la din¨¢mica derecha e izquierda. Algunos han querido ver en la repentina reaparici¨®n de Jordi Pujol en la escena p¨²blica, como una apelaci¨®n a los nost¨¢lgicos de los tiempos del expresident, una manera de ilustrar el regreso de un sector de Junts a los or¨ªgenes. El terreno es vidrioso, tanto para Pujol como para quienes pretendan utilizarlo.

Las municipales marcar¨¢n el destino de Junts. La suerte de Trias acelerar¨¢ o frenar¨¢ el cambio. Si Trias fracasara, volver¨ªa el ruido. Pero ahora los motores apuntan a la moderaci¨®n. La cuesti¨®n es: ?c¨®mo reaccionar¨¢ el votante independentista sin complejos? En cualquier caso, el proceso de decantaci¨®n de las relaciones de fuerzas ¨Cuna vez las municipales hayan dado un primer veredicto- no ser¨¢ f¨¢cil. Los nombres suenan ( Artur Mas, Jaume Gir¨®, Josep Rull) los rumores abundan y hay incluso quien apunta ya a un hipot¨¦tico duelo de primarias cuando se acerquen las auton¨®micas que podr¨ªa dirimir, entre el seny i la rauxa, el destino de Junts y determinar les dimensiones de la desbandada.

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