Candidatos al borde de un ataque de nervios

A una semana de las votaciones, la pugna por la alcald¨ªa de Barcelona sigue sin decantarse. El empate a cuatro que daban las encuestas antes de la campa?a ha derivado en un empate a tres tan ajustado que las diferencias entre los candidatos mejor posicionados son menores que el margen de error de las propias encuestas. As¨ª que todo puede suceder. Ernest Maragall, el candidato de ERC, ha quedado descolgado y aunque en los ¨²ltimos sondeos ha detenido...

A una semana de las votaciones, la pugna por la alcald¨ªa de Barcelona sigue sin decantarse. El empate a cuatro que daban las encuestas antes de la campa?a ha derivado en un empate a tres tan ajustado que las diferencias entre los candidatos mejor posicionados son menores que el margen de error de las propias encuestas. As¨ª que todo puede suceder. Ernest Maragall, el candidato de ERC, ha quedado descolgado y aunque en los ¨²ltimos sondeos ha detenido la fuga de votos, es v¨ªctima de una corriente de signo contrario a la que le aup¨® como alcaldable m¨¢s votado en 2019, cuando aglutin¨® el voto ¨²til del electorado independentista. Uno de los aspectos m¨¢s notorios de estas elecciones es que el independentismo ha desaparecido de la ecuaci¨®n y ahora es Xavier Trias el favorito, pero ya no por defender esta bandera, sino por ocultarla.

En la comparativa de cinco encuestas publicadas desde que empez¨® la campa?a (CIS, Sigmados para Antena 3, Ipsos para La Vanguardia, Ipsos para 20M y GAD3 para ABC) Maragall oscila el 10,4% y el 16,3% de los votos, y entre 5 y 8 concejales. Trias en cambio, obtiene entre un 17,3% y el 21,6%, y entre 8 y 10 concejales. Pero la campa?a se le est¨¢ haciendo muy larga y se le nota. El efecto Trias se ha deshinchado. Ha cometido errores notables y se le ha visto alejado de la realidad y de los temas que centran el debate sobre las ciudades. En los ¨²ltimos d¨ªas se ha dado cuenta del peligro de defender un discurso periclitado y se ha dedicado a matizar y matizar.

Jaume Collboni est¨¢ haciendo una campa?a potente, con alguna estridencia para llamar la atenci¨®n. No ha conseguido, sin embargo, disipar la contradicci¨®n que representa desmarcarse y criticar la pol¨ªtica de Colau cuando ha sido parte de ella. A diferencia de Trias, que esconde las siglas, Collboni cuenta con una muy buena marca, y la hace valer. La cuesti¨®n inquietante para Collboni, y tal vez el motivo de cierto nerviosismo, es por qu¨¦, teniendo un viento de cola tan potente, no logra desmarcarse m¨¢s de sus rivales. Ha lanzado una profusi¨®n de propuestas, conoce bien la ciudad y, sin embargo, las encuestas le mantienen entre el 19,7% y el 22,5% de los votos, y de 9 a 12 concejales.

Ada Colau empez¨® la campa?a con sensaci¨®n de fortaleza asediada. Pocos pol¨ªticos han sido objeto de una campa?a de desgaste tan descarada y brutal. En el debate de la SER y EL PA?S se le not¨® la incomodidad. All¨ª donde ella buscaba una confrontaci¨®n derecha-izquierda sobre el modelo de ciudad, se encontr¨® una lluvia ca¨®tica de obuses. La campa?a empez¨® en modo ¡°Todos contra Colau¡± pero conforme avanzaba, ella se ha ido creciendo y el debate gira ya m¨¢s sobre el modelo de ciudad. Pero tampoco ha logrado tomar ventaja. En las encuestas oscila entre un 19,5% y un 24,8% de los votos, y entre 9 y 13 concejales. Estas encuestas, sin embargo, apenas recogen el efecto de la campa?a. A diferencia de Trias, a Colau se le est¨¢ haciendo corta. Se mueve bien sobre el terreno y cuenta con la baza de Yolanda D¨ªaz como Collboni cuenta con la de Pedro S¨¢nchez. Est¨¢n a siete metros para la meta y todos tienen motivos para sentirse al borde de un ataque de nervios.

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