Un pacto territorial para una sociedad plural
Amnist¨ªas aparte, el compromiso hist¨®rico que busca Puigdemont podr¨ªa basarse en el mism¨ªsimo pacto territorial que el PSOE ya plante¨® hace una d¨¦cada
El debate de investidura de Pedro S¨¢nchez se acerca y ¨Camnist¨ªas aparte¨C seguimos sin saber los t¨¦rminos del ¡°acuerdo hist¨®rico¡± por medio del cual los siete diputados de Junts per Catalunya, accionados por Carles Puigdemont, acabar¨¢n votando ¡°s¨ª¡± al candidato socialista, en contra...
El debate de investidura de Pedro S¨¢nchez se acerca y ¨Camnist¨ªas aparte¨C seguimos sin saber los t¨¦rminos del ¡°acuerdo hist¨®rico¡± por medio del cual los siete diputados de Junts per Catalunya, accionados por Carles Puigdemont, acabar¨¢n votando ¡°s¨ª¡± al candidato socialista, en contra de lo dicho y repetido durante la campa?a electoral.
Al parecer, los independentistas catalanes han pedido entre otras cosas el ¡°reconocimiento nacional¡± de Catalu?a, y seg¨²n una fuente solvente el t¨¦rmino ¡°minor¨ªa nacional¡± se habr¨ªa colado en las negociaciones como concreci¨®n de tal reconocimiento.
Algunos estrategas independentistas, como el director de Vilaweb, recibieron el t¨¦rmino con indisimulado alborozo. El 22 de octubre Vicent Partal escrib¨ªa que ¡°si se pone sobre la mesa el hecho de que los catalanes somos una minor¨ªa nacional, el derecho de autodeterminaci¨®n se convierte en una exigencia¡±. En realidad, es justo al rev¨¦s.
En el contexto europeo, si los catalanes fuesen reconocidos como minor¨ªa nacional lo suyo ser¨ªa aplicarles el Convenio Marco para la Protecci¨®n de las Minor¨ªas Nacionales del Consejo de Europa. La buena noticia es que Espa?a ya ha ratificado el Convenio, como han hecho otros 38 estados miembros del Consejo, y solo ser¨ªa necesario hacerlo extensivo a la minor¨ªa nacional catalana. (Hasta ahora, Espa?a aplica el Convenio a la poblaci¨®n gitana ¨²nicamente.) La mala noticia para los independentistas catalanes es que el Convenio Marco no abre ninguna puerta a la autodeterminaci¨®n.
Para empezar, seg¨²n el Convenio, la pertenencia o no a una minor¨ªa nacional es una cuesti¨®n de elecci¨®n individual, raz¨®n por la cual no podr¨ªa decirse que todos los habitantes de Catalu?a pertenecen a la minor¨ªa nacional catalana. En segundo lugar, el Convenio ¡°no implica el reconocimiento de derechos colectivos¡± ni siquiera para los que eligen pertenecer a una minor¨ªa nacional, tal como reza el explanatory report. En tercer lugar, el articulado del Convenio deja claro que nada de lo dispuesto en ¨¦l se puede interpretar en el sentido de que implica un derecho a realizar cualquier actividad o realizar cualquier acto contrario a ¡°la igualdad soberana, la integridad territorial y la independencia pol¨ªtica de los Estados¡±.
As¨ª las cosas, para concretar el acuerdo hist¨®rico los independentistas catalanes har¨ªan mejor en explorar otras v¨ªas menos contraproducentes. Una de ellas ser¨ªa recordar al PSOE la Declaraci¨®n que el PSOE firm¨® en Granada en 2013, en la que admit¨ªa sin ambages que el Estado de las Autonom¨ªas necesitaba una ¡°reforma en profundidad¡±. En la p¨¢gina web de los socialistas espa?oles todav¨ªa puede leerse una glosa de la Declaraci¨®n bajo el evocativo t¨ªtulo de Un nuevo pacto territorial para una sociedad plural. Amnist¨ªas aparte, el compromiso hist¨®rico que busca Puigdemont podr¨ªa basarse en el mism¨ªsimo pacto territorial que el PSOE ya plante¨® hace una d¨¦cada. El ¨²nico problemilla es que en 2013 los socialistas fiaban el pacto a una reforma constitucional con un nivel consenso ¡°al menos tan amplio como el que hizo posible la Constituci¨®n de 1978¡å, mientras que ahora estamos hablando del apoyo de un exiguo 51% de los diputados.
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