Puigdemont se prepara para dar el ¡®s¨ª¡¯ a S¨¢nchez con la inc¨®gnita de la consulta a las bases

La apuesta de Carles Puigdemont de apoyar la investidura de Pedro S¨¢nchez cruz¨® el rubic¨®n el pasado lunes, pero a¨²n hay trecho a recorrer. La reuni¨®n en Bruselas entre el fundador de Junts y el n¨²mero tres del PSOE, Santos Cerd¨¢n, qued¨® inmortalizada en una fotograf¨ªa que encierra varios significados. Adem¨¢s de ser la fumata blanca de un pacto que ambas partes dan casi por cerrado, implica la rehabilitaci¨®n del expresident como interlocutor pol¨ªtico v¨¢lido, tras siete a?os de haber sido destituido como president y huir a B¨¦lgica para no responder sobre su papel en el ¨®rdago del proc¨¦s independentista. Ahora le llega a Puigdemont el momento de enfrentarse a comandar la digesti¨®n del giro desde la v¨ªa de la confrontaci¨®n hasta la pactista, manteniendo intacto el objetivo de la secesi¨®n.

El capit¨¢n ¨²nico de las negociaciones en Junts se enfrentar¨¢ esta semana a la misma tarea que en los ¨²ltimos d¨ªas ha ocupado a S¨¢nchez: que sus bases entiendan el porqu¨¦ de unos movimientos, que en muchos casos deshacen el camino recorrido e implica muchas colisiones con la hemeroteca. ¡°Puigdemont era un problema hace cinco a?os, hoy es una an¨¦cdota¡±, lleg¨® a decir el jefe de Gobierno en una entrevista a eldiario.es el pasado 9 de junio. ¡°S¨¢nchez no ser¨¢ presidente con los votos de Junts¡±, asegur¨® por su parte el eurodiputado poco antes de las elecciones del 23-J.

La autoridad moral en el independentismo del expresident y su opci¨®n por ¡°la v¨ªa del exilio¡± ha permitido que unas acciones en ocasiones controvertidas se sostengan b¨¢sicamente gracias a la p¨¢tina personalista que brinda Puigdemont. Aqu¨ª estar¨ªa uno de los primeros retos: Junts ha basado su discurso en criticar lo que consideran el servilismo de ERC en sus negociaciones con el PSOE, quitando adem¨¢s importancia a acuerdos innegablemente relevantes como la reforma del C¨®digo Penal o los indultos a los condenados por el juicio al proc¨¦s. Contra ese ¡°dar los votos a cambio de nada¡±, en referencia a los apoyos de la pasada legislatura en el Congreso, Puigdemont acu?¨® la idea de que su formaci¨®n es la realmente exigente porque cobra ¡°por adelantado¡±.

De momento, Junts no ha logrado que esa m¨¢xima sea efectiva y uno de los ejemplos es la amnist¨ªa a los encausados al proc¨¦s. La contrapartida estrella de la negociaci¨®n choc¨® muy pronto con la realidad. En una conferencia en Bruselas, el propio Puigdemont plante¨® que la aprobaci¨®n de esa ley era un requisito previo para negociar la investidura. La crisis de confianza entre ambas partes, a?adida a la competencia entre independentistas en las negaciones, imped¨ªa que la mera promesa funcionara como garant¨ªa, adem¨¢s de lo ajustado del calendario. El acuerdo que permitir¨¢ que la propuesta de articulado se registre en el Congreso antes de este fin de semana es la salvaguarda con la que el expresident podr¨¢ intentar vender que s¨ª hay m¨¢s exigencia que la ejercida por los republicanos.

El hermetismo con que se han desarrollado las negociaciones y la alternancia de gestos de parte y parte desde que la misma noche electoral muestra que se ha construido una m¨ªnima base de confianza entre las partes, aunque muy endeble y vol¨¢til. Si no existiera, operaciones como la de la foto de Bruselas no habr¨ªan sido posibles. Pero otra cosa es que la fuerza de ese entendimiento permita a Junts dar el s¨ªa S¨¢nchez sin ninguna salvaguarda de que el PSOE har¨¢ lo mismo en la votaci¨®n definitiva de la amnist¨ªa en el Congreso. O que los socialistas se arriesgaran a ir a Bruselas a sabiendas del coste pol¨ªtico y electoral que tendr¨ªa si Puigdemont optara en ¨²ltimo minuto por descolgarse y llevar a la repetici¨®n electoral. La necesidad de elementos de verificaci¨®n de los acuerdos alcanzados vuelve a estar sobre la mesa en el ¨²ltimo tramo de las negociaciones.

Desde el primer acercamiento entre S¨¢nchez y el entonces president Quim Torra, posterior a la moci¨®n de censura a Mariano Rajoy en 2019, Junts siempre defendi¨® la existencia de un mediador, preferiblemente de origen extranjero, en la mesa de di¨¢logo que se pact¨® entre los Ejecutivos a cuenta del pacto ERC y PSOE. Esa figura, sin embargo, evocaba las negociaciones de conflictos internacionales de calado, algo imposible de asumir para el Gobierno. El rechazo lleg¨® no solo desde la derecha, sino que fue patente en las mismas filas socialistas y termin¨® por enterrar no solo la existencia de ese mecanismo, sino tambi¨¦n la legislatura, con los republicanos rechazando aprobar los Presupuestos Generales.

Mecanismos de verificaci¨®n

En La Moncloa respiraron tranquilos cuando, en su conferencia, Puigdemont evit¨® un planteamiento maximalista sobre ese punto y pidi¨® un ¡°mecanismo de mediaci¨®n y verificaci¨®n¡± para hacer seguimiento a los acuerdos alcanzados como contrapartida a la investidura. Fuentes cercanas al expresident explican que desde un principio se concibi¨® que esa figura independiente sirviera de garant¨ªa de que no se daba un cheque en blanco a los socialistas y se hiciera evidente qui¨¦n incumpl¨ªa qu¨¦. La falta de la salvaguarda de tener ya la amnist¨ªa en vigor (que tambi¨¦n implicaba las dudas en el PSOE sobre que Junts se desdijera sobre la investidura) reaviv¨® la reflexi¨®n sobre c¨®mo esa figura es la ¨²nica manera real de mantener su relato de exigencia y seguir marcando a ERC.

En Junts hay voces que ven inevitable que dentro del pacto se incluya c¨®mo asegurar la verificaci¨®n de los avances en los acuerdos. Pero en el pasado, el PSOE ya ha rechazado no ¨²nicamente la existencia de ¡°un mediador¡±, sino que adem¨¢s ostente esa posici¨®n una persona de relevancia internacional. La Moncloa, sin embargo, se ha esmerado en ir haciendo gestos que aumenten la confianza y tampoco se descarte que se pueda llegar a pactar una f¨®rmula alternativa en estos d¨ªas.

La necesidad de blindar la confianza se mantiene. Cerd¨¢n asegur¨® ayer tras la jura de la Constituci¨®n de la princesa Leonor que el pacto que se ultimaba era de ¡°legislatura¡± no solo para elegir a S¨¢nchez y una operaci¨®n as¨ª implica una gran sinton¨ªa. Junts, tambi¨¦n desde un principio, plante¨® que adem¨¢s del s¨ª al candidato socialista, garantizara que habr¨¢ Presupuestos Generales en 2024 para as¨ª dar pista de arranque al Ejecutivo y tres paquetes de medidas (lengua, econom¨ªa y bienestar y reconocimiento nacional), una especie de metas volantes y de cuyo grado de cumplimiento (que habr¨ªa de certificar el llamado mediador) depende que se siga apoyando al Ejecutivo.

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El 'n¨²mero 3' del PSOE se re¨²ne con Puigdemont en Bruselas

Aunque a¨²n hay margen para modificaciones, el nivel de riesgo de la operaci¨®n es muy alto y de ah¨ª que se hayan extremado todas las cautelas. Puigdemont decidi¨® que este martes no se celebrara la reuni¨®n en que se explicar¨ªa el minuto y resultado de las negociaciones a la Permanente del partido, un comit¨¦ creado especialmente para agilizar la toma de decisiones. El ejercicio pedag¨®gico del expresident comenzar¨¢ despu¨¦s de que se registre la proposici¨®n de ley, jueves o viernes, y tendr¨¢ sus dos momentos ¨¢lgidos en la reuni¨®n extraordinaria del Consejo Nacional de la formaci¨®n (a¨²n sin convocar, pero que posiblemente sea el s¨¢bado) y una consulta a la militancia que, pese a algunas dudas, tiene ahora m¨¢s n¨²meros para celebrarse que hace pocos d¨ªas.

Si bien el expresident no tiene rival dentro del partido que fund¨®, el paso por los ¨®rganos internos y de consulta a las bases le lleva por primera vez a tener que defender ante los suyos unos planes que ¨¦l mismo ha dise?ado y decidido. Que el PSOE, Sumar y ERC hayan anunciado o est¨¦n realizando consultas dejaba a Junts en una mala posici¨®n si no hac¨ªa lo propio. Decisiones delicadas, como la de salir del Ejecutivo que compart¨ªan con ERC en la Generalitat, hace un a?o, llevaron al partido a abrirse en canal, pero una formaci¨®n que presume desde el inicio de respetar la pluralidad interna tendr¨ªa complicado ahora justificar otro escenario que no sea una consulta a las bases.

En esa votaci¨®n sobre el Govern, el dedo providencial de Puigdemont decant¨® la balanza pese a tener en contra a gran parte de los consejeros y altos cargos del Ejecutivo. Hay pocas posibilidades de que tanto en el Consejo como en la consulta no salga victorioso, pero el expresident tambi¨¦n tiene otro reto a corto plazo. El electorado independentista, con graves s¨ªntomas de apat¨ªa hacia los partidos tradicionales y que en los ¨²ltimos comicios o bien se ha quedado en casa o prefiri¨® votar en clave nacional, tambi¨¦n dar¨¢ un veredicto, por ejemplo, en las elecciones europeas del pr¨®ximo a?o, sobre el coste de la factura del giro pactista a su otrora condici¨®n de ¡°l¨ªder en el exilio¡±.

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