¡®Violencia obrera¡¯¡ contra la transfobia
Nuestros responsables universitarios miran a otro lado para evitar enfrentamientos con alumnos y prefieren asumir que no se pueda impartir clase antes que contrariar a una docena de ni?atos
Hace dos a?os escrib¨ª Ni vencer¨¢n ni convencer¨¢n, defendiendo la libertad de c¨¢tedra. Lo hac¨ªa a prop¨®sito de Juana Gallego, una profesora de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, que supo que sus alumnas no asistir¨ªan a su M¨¢ster de G¨¦nero por su posicionamiento pol¨ªtico -s¨ª, su posici¨®n pol¨ªtica, s¨ª, alumnas universitarias que no toleran discrepancia ideol¨®gica-.
...
Hace dos a?os escrib¨ª Ni vencer¨¢n ni convencer¨¢n, defendiendo la libertad de c¨¢tedra. Lo hac¨ªa a prop¨®sito de Juana Gallego, una profesora de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, que supo que sus alumnas no asistir¨ªan a su M¨¢ster de G¨¦nero por su posicionamiento pol¨ªtico -s¨ª, su posici¨®n pol¨ªtica, s¨ª, alumnas universitarias que no toleran discrepancia ideol¨®gica-.
Hoy, a vueltas con la Aut¨®noma, me encuentro con otro caso no menos sorprendente. Hace unos d¨ªas, un colectivo denominado Organizaci¨®n Juvenil Socialista (OJS) colg¨® un v¨ªdeo en el que una joven, rodeada de una docena de encapuchados, se dirig¨ªa a la universidad exigiendo: ¡°Que se garanticen los derechos pol¨ªticos de los estudiantes; la expulsi¨®n inmediata de la profesora de antropolog¨ªa de la educaci¨®n y sus compa?eras de departamento abiertamente tr¨¢nsfobas y el control socialista sobre el contenido que se imparten¡±.
No voy a entrar, en el analfabetismo pol¨ªtico, ni en la desfachatez de exigir que despidan a una profesora, ni en la libertad de c¨¢tedra, ni en la verdad cient¨ªfica, ni en la falta de memoria hist¨®rica, ni siquiera en la cobard¨ªa de taparse cara, insinuando que tem¨ªan represalias.
Os pongo en antecedentes. Este grup¨²sculo de veintea?eros descontentos con la profesora, al comienzo del segundo trimestre, publica un mensaje en las redes sociales ¡°contra los discursos abiertamente tr¨¢nsfobos del profesorado del grado de antropolog¨ªa¡±. Ese mismo d¨ªa aparecen pintadas contra ella en varios lugares de la facultad y en el pasillo del Departamento de Antropolog¨ªa. Al d¨ªa siguiente, en clase, fotocopias con tuits suyos se?al¨¢ndola y amenazas: ¡°Os estamos vigilando¡±.
Lo dicho, veinte a?os, cosas de cr¨ªos, falta de lecturas, dejarse llevar por las modas¡ porque, la profesora se?alada _Silvia Carrasco, profesora desde hace 30 a?os_ impart¨ªa en su clase Antropolog¨ªa de la educaci¨®n¡ ?No os suena familiar? ?No hay un leve tufillo nacionalsocialista? ?franquista? No lo invento, he visto fotos.
Como es l¨®gico, el departamento de Antropolog¨ªa env¨ªa un comunicado a alumnos y profesorado se?alando que no son tolerables estas actitudes en un marco universitario. ?Qu¨¦ locura, no? Pedir en el siglo XXI que se respete la libertad de c¨¢tedra y la opini¨®n personal del profesorado. D¨ªas despu¨¦s publican en redes el v¨ªdeo del que he hablado al inicio. La profesora, siguiendo los consejos de nuestra Ministra de igualdad que anima a las mujeres a denunciar, pone una denuncia en los Mossos.
Al final, este 5 de marzo, Silvia Carrasco no ha podido dar clase. Un grupo de gente estaba en el aula con pancartas, gritando consignas que muestran su talla intelectual: violencia obrera contra la transfobia. No s¨¦ qu¨¦ opinar¨¢n los obreros que estuviesen en la facultad arreglando un grifo o una gotera de ser los sujetos protagonistas del eslogan¡ La decana llama a la profesora y le informa que anula la clase.
Yo s¨¦ lo que opina Silvia Carrasco, lo s¨¦ porque la leo y la sigo, pero no es relevante, lo que no s¨¦, y es verdaderamente relevante, es c¨®mo hemos llegado a esto en nuestras universidades. C¨®mo nuestros responsables universitarios han mirado a otro lado durante a?os para evitar enfrentamientos con alumnos y han preferido asumir que no se pueda impartir clase antes que contrariar a una docena de ni?atos. Y as¨ª, autorizando por omisi¨®n o por temor a la censura woke, suceden estas cosas en nuestras aulas. Consecuencia: la OJS se cree con poder para exigir despidos.
Qui¨¦n nos iba a decir que la lucha obrera consist¨ªa en bloquear la entrada a las profesoras a las aulas.
Puedes seguir a EL PA?S Catalunya en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal