Guerra entre taxistas y vecinos en el Park G¨¹ell de Barcelona

¡°Ni taxi ni VTC. Recuperemos el barrio de la Salut¡±, este es el mensaje que se puede leer en pancartas situadas en la Rambla de Mercedes de Barcelona justo a las puertas de la entrada de Park G¨¹ell de Antoni Gaud¨ª. La fuerte atracci¨®n tur¨ªstica de esta joya del Modernismo ha cambiado la fisonom¨ªa de los comercios del barrio de la Salut y la gran presencia de taxis ha enfadado a muchos vecinos, que creen insostenible la actual situaci¨®n donde calles de un solo sentido sirven para encochar y desencochar -continuamente- a centenares de turistas. Las molestias han llevado a un grupo de vecinos a exigir una soluci¨®n para hacer ¡°vivible¡± las calles cercanas al parque. La excepci¨®n en esta ocasi¨®n es que la reivindicaci¨®n vecinal ha contado con un nuevo -e imprevisto- enemigo: Tito ?lvarez, el l¨ªder de los taxistas de Barcelona. ?lvarez, el lunes pasado, envi¨® un comunicado a los socios de su entidad, ?lite Taxi, llamando a dejar de prestar servicio a los vecinos de la Salut ya que han protagonizado ¡°incluso manifestaciones en contra del taxi¡±.

?lvarez conoce su capacidad de movilizaci¨®n. Sabe que cuando ¨¦l llama a la acci¨®n, centenares de taxistas le hacen caso. Nadie rechista el liderazgo del l¨ªder de ?lite dentro de un sector que ya ha demostrado que es capaz de paralizar el centro de la capital catalana con sus protestas. ?lvarez lanz¨®, el pasado lunes, un comunicado con la propuesta de no prestar servicio a los vecinos del Park G¨¹ell. El l¨ªder denuncia que los vecinos culpabilizan a los taxistas de la masificaci¨®n y del exceso de turistas en la zona. Ninguna de las entidades vecinales que rodean el ic¨®nico parque de Gaud¨ª ha querido ¡°entrar al trapo¡± y enfrentarse a ?lvarez. Aseguran que el Ayuntamiento es su ¨²nico interlocutor y, a la vez, quien debe solucionar el problema que tienen con los taxistas.

Este mi¨¦rcoles la Salut, como cada d¨ªa, estaba totalmente invadida por los turistas y el goteo de taxistas y VTC era continuo. David Mar es un activista del consejo vecinal del Tur¨® de la Rovira. ¡°La problem¨¢tica en la Salut lleva enquistada m¨¢s de 15 a?os. Hemos calculado que hay d¨ªas que encochan y desencochan en el barrio cerca de 2000 taxis y VTC. Esto provoca que las calles se colapsen desde las 9.00 hasta las 23.00¡å, lamenta Mar.

Los excesos del turismo son de tal calibre que el Ayuntamiento consigui¨® que la l¨ªnea de autob¨²s 116 desapareciera de Google Maps y fuera, de este modo, invisible para los turistas y lo pudieran usar los vecinos. El Ayuntamiento entendi¨® entonces que hab¨ªa que mimar a unos vecinos que estaban al borde de un brote turismof¨®bico. Se increment¨® la frecuencia de otras l¨ªneas de autob¨²s como la 24 y la V19, cerraron en verano las taquillas del parque siendo solo posible el acceso previa compra de la entrada por internet y se anunci¨® (de cara a 2025) que se instalar¨ªan pilonas m¨®viles en algunas calles para que solo pudieran acceder los vecinos. Otro de los cambios afectaba directamente a la parada de taxis que hab¨ªa en la calle Mercedes. Se traslad¨® a la calle de la Mare de D¨¦u de la Salut con la calle Escorial y, adem¨¢s, se ampli¨® la otra parada del parque situada en la carretera de Carmel. Los vecinos creyeron que estaban a punto de solucionar uno de sus problemas, pero la eliminaci¨®n de la parada de la rambla Mercedes no ha servido para poner fin al colapso. Los vecinos denuncian que los taxistas y VTC siguen encochando y desencochando en mitad de la calle o sobre los aparcamientos de moto que se pintaron sobre la antigua parada de taxis de la rambla Mercedes. ¡°Estamos exactamente igual que antes¡±, lamenta un vecino. EL PA?S estuvo este mi¨¦rcoles varias horas en la antigua parada de taxis y comprob¨® como muchos profesionales de la conducci¨®n siguen utilizando este lugar -repleto de pancartas en su contra- para hacer bajar y subir a sus clientes.

¡°El Ayuntamiento sabe que tiene un problema y lo est¨¢ cambiando de lugar. Para hacer nuestros barrios vivibles necesitamos que se coloquen pilonas o barreras efectivas para que no puedan acceder taxis y VTC si no es para los vecinos. Es el Consistorio el que tiene que regular la movilidad¡±, lamenta Mar. ¡°Si no hay barreras f¨ªsicas pues que env¨ªen operarios municipales presenciales que gestionen el acceso a la zona en cada momento¡±, advierte el vecino del Tur¨® de la Rovira.

Rosa Anguas, activista de la plataforma Recuperem la Salut, denuncia: ¡°El problema de movilidad en el barrio es fara¨®nico. En la zona tenemos cuatro colegios, centros sociosanitarios, vecinos muy mayores¡­ y lo que nos encontramos es que para llegar a nuestras casas, colegios¡­ siempre hay un colapso generado por taxis, autocares y VTC que representa entre 10 y 15 minutos de caravana en nuestras propias calles¡±.

Los vecinos lamentan que circular por las calles se ha convertido en estresante y en un verdadero problema de seguridad viaria y culpabilizan a los taxistas. ¡°Si nosotros somos parte del problema sabemos que podemos gestionarlo. Hemos intentado sentarnos con los vecinos y no nos quieren. Lo que hacen es ponernos en el punto de mira con pancartas y manifestaciones¡±, defiende Tito ?lvarez en una conversaci¨®n telef¨®nica con EL PA?S. ¡°Si quieren conflicto, habr¨¢ conflicto¡±, amenaza el l¨ªder de la entidad que anuncia que puede hacer un llamamiento a que no haya servicio a los vecinos del barrio o ¡°todo lo contrario¡± y movilizar centenares de veh¨ªculos a la zona colapsando, todav¨ªa m¨¢s, las calles. ¡°Nosotros queremos dialogar pero los vecinos parece que no¡±, concluye el l¨ªder de los taxistas.

Los vecinos, que en ning¨²n momento han querido entrar a discutir las declaraciones del dirigente de ?lite Taxi, mantienen que la administraci¨®n que debe solucionar sus problemas es el propio Ayuntamiento. Desde el Consistorio defienden que el equipo de gobierno rechaza ¡°tanto el se?alamiento al sector del taxi como la intenci¨®n de dejar sin servicio de taxi a un barrio de la ciudad¡± y apuestan por seguir trabajando para solucionar el problema.