La semana ¡®horribilis¡¯ de Ximo Puig
Mientras el presidente valenciano depart¨ªa amablemente con el embajador brit¨¢nico, a poco m¨¢s de cuatro kil¨®metros decenas de regantes de Alicante, Almer¨ªa y Murcia se manifestaban
La reuni¨®n que mantuvo en Madrid el pasado lunes el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, con el embajador brit¨¢nico, Hugh Elliot, inaugur¨® una semana azarosa para el titular del Consell. Semana que culmin¨® con la crisis desatada en el ¨¢mbito sanitario por el anuncio de la no renovaci¨®n de contratos a m¨¢s de tres mil profesionales que, junto a otros, han reforzado las plantillas de la sanidad p¨²blica valenciana en los momentos m¨¢s duros y exigentes de la pandemia.
Nadie puede reprochar los esfuerzos de Puig por tratar de lograr que la Comunidad Valenciana, como destino tur¨ªstico preferencial de los ciudadanos brit¨¢nicos, sea contemplada por el gobierno de Boris Johnson como un territorio con una situaci¨®n epidemiol¨®gica segura y bajo control que no debe ser sometida a restricciones/penalizaciones. Con una incidencia acumulada de 32 casos por cada 100.000 habitantes, parece il¨®gico que el Reino Unido no discrimine positivamente a esta autonom¨ªa respecto a otras regiones espa?olas con par¨¢metros pand¨¦micos m¨¢s inquietantes.
?Nadie puede reprochar? Alguien, s¨ª. En el departamento de Asuntos Exteriores que dirige la ministra Arancha Gonz¨¢lez Laya hubo sus m¨¢s y sus menos ¨C en rom¨¢n paladino, cabreo- con la iniciativa del presidente valenciano. En el Palacio de Santa Cruz -sede del Ministerio- no se ha entendido por qu¨¦ el titular del Consell no reclam¨® a la ministra actuar ante el Gobierno de Reino Unido -de ministerio a ministerio- en lugar de hacerlo por su cuenta. Si el departamento de Asuntos Exteriores est¨¢ haciendo lo propio respecto a la defensa de los intereses tur¨ªsticos de Baleares y Canarias, con incidencias acumuladas superiores a la valenciana -39 y77, respectivamente- , va de suyo que incluya a la Comunidad Valenciana en el grupo de autonom¨ªas sanitariamente seguras para los s¨²bditos de su Graciosa Majestad. Pregunta al rev¨¦s: ?no se le ocurri¨® a ning¨²n alto funcionario del Ministerio poner en valor ante el gobierno de Reino Unido que la Comunidad Valenciana, con el turismo como su principal industria, presenta desde hace meses los mejores datos epidemiol¨®gicos de Espa?a y buena parte de Europa? Lo peor, con todo, es el pobre resultado del encuentro con el embajador: Elliot sac¨® de paseo sus dotes diplom¨¢ticas, dijo que la Comunidad Valenciana es una tierra ¡°muy querida por los brit¨¢nicos¡±, con la que existen ¡°lazos profundos¡±¡ pero no se comprometi¨® con Puig a que su Gobierno levante o aligere las restricciones que ha impuesto a los ciudadanos brit¨¢nicos que nos visiten, aunque nuestros datos epidemiol¨®gicos sean mejores que los suyos y la cepa india no circule por el Mediterr¨¢neo valenciano con la presteza que lo hace por territorio brit¨¢nico. En el fondo y en la superficie lo que el gobierno de Boris Johnson quiere es que sus ciudadanos se queden dentro de sus fronteras y hagan all¨ª el gasto vacacional. El Brexit tambi¨¦n es esto.
Mientras Ximo Puig depart¨ªa amablemente con el diplom¨¢tico brit¨¢nico, a poco m¨¢s de cuatro kil¨®metros de distancia decenas de regantes de Alicante, Almer¨ªa y Murcia con sus tractores, camiones y una cosechadora -como una versi¨®n actualizada de ¡°Novecento¡±- se concentraban frente a la madrile?a sede del ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica y el Reto Demogr¨¢fico. Protestaban por el cambio de reglas de la explotaci¨®n del trasvase Tajo-Segura, anunciado fechas antes por Teresa Ribera, la ministra del ramo y vicepresidenta cuarta del Gobierno de Espa?a. Con ministras socialistas tan ¡°amigas¡±, Ximo Puig y el Gobierno Valenciano van bien servidos. Empieza una nueva edici¨®n de la ¡°guerra del agua¡± entre territorios, con infinidad de matices t¨¦cnicos dif¨ªcilmente entendibles por los legos en la materia, susceptible, eso s¨ª, de ser utilizada como arma arrojadiza pol¨ªtica. El PP valenciano, con el alicantino Carlos Maz¨®n a la vanguardia, no va a soltar este hueso que, una vez m¨¢s, amenaza con convertirse en un potente reclamo electoral a favor de la derecha valenciana y en contra de los partidos que integran el Consell. Atendemos expectantes a la estrategia que vaya a desplegar el Gobierno valenciano para desactivar este nuevo frente abierto en el sur de la Comunidad, mientras el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano Garc¨ªa Page, tan bar¨®n socialista como Ximo Puig, observa con deleite ver satisfechos sus intereses y los de sus regantes. ?Nadie se plante¨® en el ministerio la posibilidad de una reuni¨®n con ambos presidentes auton¨®micos -Puig y Page- para evitar tensiones y oposici¨®n a los planes ministeriales avalados por el Consejo Nacional del Agua?
Con este panorama resulta sorprendente que a Ximo Puig a¨²n le quede ¨¢nimo para cerrar filas con Pedro S¨¢nchez y el Gobierno de Espa?a en apoyo a la pol¨ªtica de indultos a aplicar a los presos independentistas. Otros l¨ªderes socialistas, empezando por el propio Garc¨ªa Page, el extreme?o Fern¨¢ndez Vara, o el aragon¨¦s Javier Lamb¨¢n, se han desmarcado, convencidos, a la luz de las encuestas, de que los indultos no dar¨¢n votos a las siglas socialistas y s¨ª problemas en el corto y medio plazo. La v¨ªa federalista defendida por Puig aboga por el entendimiento con los soberanistas catalanes, por reconducir el conflicto sobre la base del di¨¢logo y la negociaci¨®n. Muy seguro debe estar de que al otro lado, en el nuevo gobierno de la Generalitat catalana, hay alguien dispuesto a arremangarse y hablar sin apriorismos ni maximalismos. La empresa demosc¨®pica GAD3 realiz¨® una consulta de ¨¢mbito estatal en octubre de 2020 y el resultado era muy esclarecedor respecto a los indultos: entre los votantes socialistas la medida de gracia inspiraba un rechazo del 61 por cien. Curioso que ni Puig ni otros dirigentes de alto rango proclives a la negociaci¨®n con los independentistas se hayan puesto a la faena negociadora con un ¨®rdago que muchos en las filas socialistas hubieran entendido mejor que quemarse otorgando unos indultos sin recibir nada a cambio. Ni tan siquiera las gracias. El ¨®rdago: pactar los indultos y la reactivaci¨®n inmediata de la llamada Mesa de Di¨¢logo a cambio de forzar la elecci¨®n de Salvador Illa como presidente de la Generalitat catalana, con un vicepresidente de ERC. Al fin y al cabo, el ex ministro de Sanidad fue el ganador de las recientes elecciones en la comunidad vecina.
La semana culmin¨® con Ximo Puig teniendo que defender desde la tribuna de las Cortes Valencianas la gesti¨®n sanitaria de la pandemia llevada a cabo por su gobierno, enturbiada en los ¨²ltimos d¨ªas al hacerse p¨²blico que m¨¢s de 3000 trabajadores contratados en el punto ¨¢lgido de la crisis sanitaria -aplaudidos cada tarde a las 20 horas durante el confinamiento- no ver¨ªan renovado su contrato. Anunci¨® Puig que la ¡°inmensa mayor¨ªa¡± de los afectados ¡°volver¨¢n a ser contratados¡± con cargo a la partida destinada a reforzar las plantillas sanitarias en temporada estival. Cuando el Presidente del Consell en persona tiene que salir a defender la gesti¨®n de un departamento, deshacer los entuertos informativos que desde all¨ª se generan, y contrarrestar las opiniones adversas, es que algo no funciona muy bien. Lo dicho, semana ¡°horribilis¡± de Ximo Puig.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.