¡®Realpolitik¡¯ a la valenciana

Apenas cuatro meses despu¨¦s de arrancar, el Consell afront¨® una Depresi¨®n Aislada en Niveles Altos (DANA) que arras¨® la comarca alicantina de la Vega Baja. Impacto econ¨®mico: cerca de 1500 millones de euros. Cinco meses despu¨¦s, en marzo de 2020, estall¨® la pandemia: m¨¢s de 9.000 decesos en la Comunidad Valenciana. Ahora, la invasi¨®n rusa de Ucrania: estamos abocados a la mayor crisis humanitaria desde la II Guerra Mundial y a una descomunal escalada de precios. El impacto econ¨®mico de las dos ¨²ltimas calamidades est¨¢ por cuantificar porque siguen activas y sometidas a desenlaces inciertos. ?Podemos descartar la irrupci¨®n de una nueva cepa mientras amplias franjas de la poblaci¨®n mundial siguen sin tener acceso a la vacuna? ?C¨®mo y cu¨¢ndo se resolver¨¢ el conflicto b¨¦lico?

En esa trama ha tenido que ejercer el actual Consell tripartito, integrado por el PSPV- PSOE, Comprom¨ªs y Unidas Podemos, afectados por sus puntuales desencuentros como socios de gobierno y por sus particulares dificultades internas.

En las filas de la oposici¨®n, al contexto general tambi¨¦n se han sumado sus crisis org¨¢nicas: el hundimiento de Ciudadanos (Cs) y la disgregaci¨®n de su grupo parlamentario, con su portavoz, Toni Cant¨®, partiendo a Madrid de la mano del PP e Isabel D¨ªaz Ayuso; y los trances del PP, en la doble vertiente auton¨®mica y nacional: relevo de Isabel Bonig por Carlos Maz¨®n y de Pablo Casado por Alberto Nu?ez Feij¨®o. Mientras tanto, Vox transita con el viento a favor y altas expectativas electorales.

A la vuelta del pr¨®ximo verano la Comunidad Valenciana entrar¨¢ en modo electoral de cara a la convocatoria de las urnas auton¨®micas y municipales, prevista para la primavera de 2023. Las opciones postelectorales se reducen a dos: reedici¨®n del Pacto del Bot¨¢nico, con Unidas Podemos si alcanza el cinco por cien de los votos, o en modo bipartito, de la mano de socialistas y Comprom¨ªs; o gobierno del PP y Vox. La posibilidad de que Ciudadanos supere la barrera electoral del cinco por cien resulta quim¨¦rica. No hay m¨¢s. La fragmentaci¨®n de la oferta pol¨ªtica en el ¨¢mbito nacional da m¨¢s juego. No es el caso de la Comunidad Valenciana. Aqu¨ª, estos son los mimbres.

Esta explicaci¨®n hay que recordarla de tanto en tanto, cuando algunas declaraciones o gestos de nuestros dirigentes pol¨ªticos nos desconciertan por su obsceno empe?o en negar la mayor.

Que Ximo Puig y otros destacados dirigentes socialistas amparen a M¨®nica Oltra en sus m¨¢s bajas horas pol¨ªticas tiene que ver con lo que acabo de escribir. La necesitan. Sin Oltra y sin Joan Rib¨® como candidato al Ayuntamiento de Valencia, no habr¨¢ tercera edici¨®n del Bot¨¢nico. Que Carlos Maz¨®n y Mar¨ªa Jose Catal¨¢, principales dirigentes y candidatos del PP valenciano, traten con guante de seda a Vox y se alejen del cord¨®n sanitario dictado por Gonz¨¢lez Pons contra los de Santiago Abascal, tiene que ver con lo mismo: cualquier aspiraci¨®n de gobierno del PP en la autonom¨ªa pasa por acuerdos con Vox. S¨ª o s¨ª.

Se llama realpolitik: utilizar los medios legales al alcance para conseguir y/o consolidar el poder. Lo de Pedro S¨¢nchez con ERC y EH Bildu es realpolitik, y lo del PP en Castilla y Le¨®n, con Vox, tambi¨¦n. Aunque nos irrite. Aunque pueda volverse contra sus protagonistas. La ¨²ltima palabra la tendremos los ciudadanos.

Glosemos a Matteo Renzi, ex primer ministro italiano, al dirigirse al l¨ªder de la ultraderecha patria, Matteo Salvini: ¡°Hagamos pol¨ªtica y no payasadas¡±.