El PSOE busca el poder en Orihuela tras cuatro alcaldes del PP imputados
Los socialistas pactan con Ciudadanos una moci¨®n de censura en la ciudad alicantina
Una moci¨®n de censura fraguada entre concejales del PSOE y Ciudadanos, con la ayuda externa de Cambiemos, y firmada ante notario arrebatar¨¢ la alcald¨ªa de Orihuela (Alicante) al PP. Los 14 concejales del nuevo gobierno municipal igualar¨¢n la mayor¨ªa con la que, hasta este mes, la formaci¨®n naranja hab¨ªa facilitado la segunda legislatura al mando de Emilio Bascu?ana, el alcalde que en el pleno extraordinario de ma?ana deber¨¢ entregar la vara de mando a la socialista Carolina Gracia. Acabar¨¢n as¨ª m¨¢s de tres d¨¦cadas de poder popular en la ciudad alicantina, solo interrumpido durante una legislatura desde 1987 y repartido entre cuatro alcaldes: Luis Fernando Cartagena, Jos¨¦ Luis Medina, M¨®nica Lorente y Emilio Bascu?ana. Los cuatro vencieron en las urnas con un apoyo mayoritario o suficiente y los cuatro acabaron sentados ante un tribunal por diferentes causas judiciales, entre el simple hurto y la corrupci¨®n en cadena.
Las diferencias entre Bascu?ana y los cinco representantes de Ciudadanos, Jos¨¦ Aix, Luisa Bon¨¦, Mar Ezcurra, ?ngel Noguera y Antonio S¨¢nchez, han acabado por dinamitar el gobierno. Sus encontronazos se evidenciaron desde el principio, con continuas trifulcas y desencuentros que se suced¨ªan a pleno sol y sin que nadie tratara de evitar su irrupci¨®n en los titulares de prensa. El acuerdo entre populares y liberales repet¨ªa el esquema que hab¨ªa asegurado para ambos partidos las riendas de la Diputaci¨®n Provincial o el Ayuntamiento de Alicante. Y Orihuela, la hist¨®rica capital de la comarca de la Vega Baja del Segura, lim¨ªtrofe con Murcia, no era un municipio cualquiera. Con 80.000 habitantes y unas proporciones geogr¨¢ficas descomunales, que llegan a encajonar localidades enteras en su t¨¦rmino municipal, era un bot¨ªn demasiado jugoso que el PP no se pod¨ªa permitir perder, como sucedi¨® en las elecciones de 2011, cuando un tripartito formado por Los Verdes, PSOE y CLR-Claro, un partido local, otorg¨® las llaves de la alcald¨ªa al ecologista Monserrate Guill¨¦n.
Inicialmente, el traje de dos piezas de PP y Ciudadanos dise?ado tras los comicios de 2019 parec¨ªa creado a medida para la ciudad. Pese a ser el pueblo de Miguel Hern¨¢ndez y Ram¨®n Sij¨¦, la monumental, episcopal, agr¨ªcola y, en las ¨²ltimas d¨¦cadas, tur¨ªstica Orihuela representa buena parte del argumentario que defienden ambas formaciones. Atravesada por los ¨²ltimos coletazos del r¨ªo Segura y rodeada de cultivos, la capital de la Vega Baja sit¨²a en todos los mapas la defensa del trasvase Tajo-Segura, en eterna lucha con la red de desaladoras que pretende instaurar la izquierda. Tambi¨¦n es el castillo que blinda el uso del castellano y que frena su progresiva implantaci¨®n en los centros educativos, como capital de la ¨²nica comarca de la Comunidad en la que el valenciano solo se escucha en una localidad, Guardamar del Segura. Como fort¨ªn del PP, se persiguen las bajadas de impuestos, el anticatalanismo y, desde que el Gobierno auton¨®mico baraja implantar una tasa tur¨ªstica, aprovecha sus 18 kil¨®metros de costa, repletos de residentes extranjeros y colindantes con Torrevieja, para ejercer de palad¨ªn antitasa.
Presupuesto prorrogado
Nada de esto, sin embargo, ha servido para que los nueve concejales del PP y los cinco de Ciudadanos acerquen posturas. De hecho, ni siquiera han sido capaces de pactar unos presupuestos municipales, prorrogados desde 2018. Las cuentas oriolanas son anteriores a la dana que inund¨® la ciudad en 2019, cuando cayeron 500 litros por metro cuadrado que borraron todos los accesos al n¨²cleo urbano por carretera y anegaron las calles y los terrenos que lo circundan. Son anteriores al estallido de la pandemia, a las restricciones de movilidad, al cese de la actividad y la crisis comercial y de suministros desencadenada el pasado verano. Son anteriores a la invasi¨®n rusa de Ucrania, la subida de la inflaci¨®n y el encarecimiento desmedido de la electricidad y los combustibles. La necesidad de activar un presupuesto nuevo es la principal raz¨®n que esgrime el PSOE para el fichaje de los liberales y para convencer a los ediles de Cambiemos, la marca local de Podemos, de sacar adelante la inminente moci¨®n de censura.
La figura del alcalde Bascu?ana tampoco ha ayudado demasiado, seg¨²n manifest¨® su futura sucesora, Carolina Gracia. Y no solo por su car¨¢cter, poco proclive al consenso, en palabras de la concejala socialista, que cuenta con el respaldo del presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Pese a que esta semana obtuvo el refrendo de la direcci¨®n auton¨®mica del partido, con el l¨ªder popular Carlos Maz¨®n a su lado, el primer edil, m¨¦dico de profesi¨®n, tiene pendiente un juicio por presunta apropiaci¨®n indebida de fondos p¨²blicos. Seg¨²n la fiscal¨ªa, entre 2007 y 2014 percibi¨® m¨¢s de 200.000 euros como director territorial en Alicante de la Consejer¨ªa de Sanidad, sin que consten informes con su firma ni su presencia en despacho alguno. Una imputaci¨®n que entibia el apoyo del PP, que a¨²n se escuda en la presunci¨®n de inocencia.
Con su paso por los banquillos, Bascu?ana prolonga el legado de sus antecesores en el cargo. Con ¨¦l, todos los alcaldes populares de Orihuela han protagonizado alguna causa. El primero fue Luis Fernando Cartagena, quien lleg¨® a ser consejero de Obras P¨²blicas en el Gobierno de Eduardo Zaplana. Fue condenado a cuatro a?os de c¨¢rcel por apropiarse de 48.000 euros que unas monjas recaudaron para ayudas sociales y que Cartagena decidi¨® esconder bajo la tapa de un piano e ir adelgaz¨¢ndolo poco a poco. Despu¨¦s estall¨® la trama de corrupci¨®n masiva conocida como caso Brugal, que envi¨® a juicio tanto a Jos¨¦ Manuel Medina como a M¨®nica Lorente, ambos absueltos despu¨¦s de que un juez declarara ilegales los pinchazos telef¨®nicos que evidenciaban, presuntamente, su implicaci¨®n en la adjudicaci¨®n irregular de la contrata de basuras municipal. No obstante, Medina fue condenado y posteriormente absuelto de un delito de prevaricaci¨®n y Lorente, condenada por firmar el contrato de obras de una plaza que hab¨ªa inaugurado 17 d¨ªas antes.
La exalcaldesa est¨¢ imputada tambi¨¦n en el juicio, actualmente en curso en la Audiencia de Alicante, de la rama de Brugal relativa a la adjudicaci¨®n del plan zonal de residuos de la Vega Baja, en el que la acusaci¨®n pide para ella cuatro a?os de reclusi¨®n. En este caso, el principal acusado es Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll, expresidente de la Diputaci¨®n Provincial y exl¨ªder del PP en Alicante, que supuestamente ama?¨® la ubicaci¨®n de un vertedero comarcal para la Vega Baja en una finca ubicada en una de las pedan¨ªas oriolanas, Torremendo, y negociada por dos empresarios, Enrique Ortiz y ?ngel Fenoll, a cambio de diferentes contraprestaciones econ¨®micas y regalos como dos pisos, vacaciones en yate, viajes o el respaldo econ¨®mico a una televisi¨®n local.
Peligro en la relaci¨®n de Maz¨®n con Ciudadanos
La moción de censura de Orihuela enfría la buena sintonía que el líder popular valenciano, Carlos Mazón, había mantenido tanto con el exlíder naranja valenciano Toni Cantó, con quien fraguó la gobernabilidad de la Diputación de Alicante, como con Inés Arrimadas, con quien allanó el terreno para futuros compromisos conjuntos. La formación naranja no avala el acuerdo alcanzado por sus ediles oriolanos, a quienes ha expedientado. Por este motivo, Mazón exigió el pasado martes a la dirección nacional de Cs que clarifique su posición ante la moción. “Mazón está muy nervioso y despistado”, replicó la coordinadora de los liberales en la Comunidad Valenciana, María Muñoz. “Pocas explicaciones puede pedir un partido como el PP”, siguió, “que dinamita gobiernos por intereses puramente electoralistas”, como “el de Castilla y León”. “Lecciones, las justas por parte del PP”, zanjó Muñoz.
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