Maz¨®n y Catal¨¢ se vigilan de reojo
Son muchos en sus respectivos entornos que los ven m¨¢s como una pareja de conveniencia
Un tanto crecidos por los ¨²ltimos resultados electorales provenientes de Andaluc¨ªa y con una evidente moral demosc¨®pica, el t¨¢ndem popular valenciano formado por el presidente del PP en la Comunidad Valenciana, Carlos Maz¨®n, y la portavoz parlamentaria y candidata a la alcald¨ªa de Valencia, Mar¨ªa Jos¨¦ Catal¨¢, no deja de hacerse fotos juntos con la mejor de sus sonrisas intentando trasladar que el retorno de los populares al frente de las principales instituciones valencianas est¨¢ muy cerca. No solo aparentan en p¨²blico ser, pol¨ªticamente hablando, un matrimonio perfecto sino que, entre ellos, se prometen fidelidad absoluta y eterna por los siglos de los siglos. Sin embargo, son muchos en sus respectivos entornos que los ven m¨¢s como una pareja de conveniencia; es m¨¢s, pronostican un divorcio abrupto a partir del d¨ªa despu¨¦s de las elecciones auton¨®micas y municipales que, todo apunta, coincidir¨¢n el ¨²ltimo domingo de mayo de 2023.
El resultado de las urnas puede depararles cuatro escenarios. Si ninguno de los dos consigue su objetivo de acceder a la presidencia de la Generalitat y a la alcald¨ªa, ambos tendr¨¢n muy mal su continuidad en tareas tan destacadas en su partido como hasta ahora. El segundo supuesto pasa porque uno de ellos consiga su fin y el otro u otra no, con lo que habr¨ªa un ganador y un perdedor que ver¨ªa truncada su carrera pol¨ªtica. Por ¨²ltimo, si ambos triunfan, Maz¨®n se consolidar¨ªa como gran l¨ªder con poder casi absoluto aunque es muy posible que dejara bastante autonom¨ªa org¨¢nica y de gesti¨®n a Catal¨¢ en la capital a imagen y semejanza de lo que en su d¨ªa hiciera Eduardo Zaplana con Rita Barber¨¢.
Todo empez¨® en mayo del pasado a?o cuando la c¨²pula de G¨¦nova forz¨® la dimisi¨®n de Isabel Bonig e impuls¨® a Carlos Maz¨®n hacia la presidencia auton¨®mica del PP. Pablo Casado y Teodoro Garc¨ªa Egea ten¨ªan una estrecha relaci¨®n de amistad con el presidente de la Diputaci¨®n de Alicante y se volcaron para que, unos meses despu¨¦s, fuera refrendado en el congreso que celebraron en el Palau de les Arts. Con algunas indicaciones madrile?as, Maz¨®n decidi¨® y vio en Catal¨¢ la figura id¨®nea para ayudarle en su proyecto d¨¢ndole soporte en su desembarco en el cap i casal y siendo su voz en la portavoc¨ªa de Les Corts y la secretar¨ªa general del partido. Muchos en su entorno pensaron y siguen pensando que le daba demasiado poder a una compa?era que, en un momento dado, pudiera convertirse en rival. Sin embargo, hizo y sigue haciendo o¨ªdos sordos a esos consejos aunque cada vez los escucha con m¨¢s atenci¨®n.
Consciente de esos comentarios, Catal¨¢ volvi¨® a jurar fidelidad durante el reciente acto del primer aniversario de Maz¨®n como presidente del PP valenciano asegurando que iba ¡°a ser tu fiel escudera¡±. Si nos acogemos al s¨ªmil del Quijote, podemos pensar que Sancho Panza acept¨® el ofrecimiento del Hidalgo con la promesa de que alg¨²n d¨ªa recibir¨ªa un premio por sus servicios, como el de ser gobernador de su propia isla y casar a sus hijas con nobleza. Tambi¨¦n podr¨ªamos decir que fruto de su delirio ven gigantes en lugar de molinos o, tra¨ªdo a nuestro tiempo, una Comunitat destrozada y al borde de ser absorbida por Catalunya.
Lo cierto es que m¨¢s all¨¢ de la ficci¨®n, en la realidad pol¨ªtica del momento, ambos no se acaban de fiar entre s¨ª, se vigilan de reojo como esos dos ciclistas que encaran la recta final de una dura etapa y esperan el momento de ver la debilidad del otro para esprintar y hacerse con la victoria.
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