Los afectados del incendio de Bej¨ªs, al volver a casa: ¡°Con todo quemado, aqu¨ª no vienen turistas en 10 a?os¡±
Vecinos de los pueblos azotados por el fuego, que ha arrasado 19.000 hect¨¢reas de bosque en Castell¨®n, intentan recuperar sus vidas sobrecogidos por el desastre
El paisaje es desolador y el olor a quemado da cuenta del desastre. Las monta?as que rodean los municipios de Bej¨ªs, Tor¨¢s o Teresa, en Castell¨®n, est¨¢n cubiertas por un espeso manto de ceniza que todav¨ªa humea despu¨¦s de seis d¨ªas de un fuego sin cuartel que ha calcinado m¨¢s de 19.000 hect¨¢reas de unos bosques que atraen cada a?o a miles de visitantes. Son las cuatro de la tarde del lunes y el sol cae a plomo en Bej¨ªs mientras Santos P¨¦rez carga en su tractor m¨¢s de 200 garrafas de agua de la embotelladora cercana para abastecer a los vecinos del municipio castellonense. Al pueblo han vuelto la luz y el agua, pero no la wifi. Dos operarios tratan de restablecer los cables de fibra ¨®ptica que las llamas echaron a perder.
P¨¦rez, agricultor de 38 a?os, trabaja en la planta embotelladora, pero se gana la vida, sobre todo, con su actividad en el campo. Hombre de pocas palabras, relata c¨®mo fue el peor momento de su vida, despu¨¦s de regresar a su hogar. ¡°Tem¨ªa por mi casa, por mis almendros y por el pueblo¡±, recuerda. Ha perdido su cosecha de almendra de este a?o y sus ¨¢rboles est¨¢n da?ados. ¡°Mal, muy mal. Es un desastre para mi econom¨ªa¡±, protesta. El anuncio del presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, que visit¨® por la ma?ana las zonas devastadas por el fuego y anunci¨® ayudas econ¨®micas extraordinarias, lo dejan fr¨ªo. ¡°Tambi¨¦n dijeron que iban a dar ayudas cuando el volc¨¢n y no han recibido un duro. Pues aqu¨ª vamos a recibir menos¡±, asegura sin pelos en la lengua. ¡°A lo mejor recibo algo este a?o pero, ?qu¨¦ hago los tres o cuatro a?os que necesito para que se recuperen los ¨¢rboles?¡±, plantea.
La pe?a Escabia, a unos metros del nacimiento del r¨ªo Palancia, es la joya natural de Bej¨ªs, y atrae cada a?o a cientos de visitantes. El fuego ha afectado a una parte. ¡°Con todo quemado, aqu¨ª no vienen turistas en 10 a?os¡±, conjetura con pesar. En 2012, cuando se produjo otro de los grandes incendios en la Comunidad Valenciana, el fuego respet¨® Bej¨ªs, pero esta vez no se ha librado.
Junto al castillo de esta bonita poblaci¨®n castellonense, dos grandes edificios muestran toda su fachada calcinada. Son de las pocas residencias da?adas por el incendio, porque los bomberos han logrado preservar el resto. Bartolom¨¦ Ib¨¢?ez, uno de los due?os, cuenta c¨®mo el fuego prendi¨® el monte bajo que rodea el frente de la casa y de ah¨ª salt¨® a unas planchas adosadas al edificio a modo de aislante. Este jubilado de unos grandes almacenes lleva veraneando en Bej¨ªs desde 1973 ¡ªsu esposa es de la localidad¡ª y el pasado martes, ya con el incendio en marcha, se levant¨® sin sensaci¨®n de peligro. Parec¨ªa que el fuego estaba medio controlado. Pero a la una de la tarde, el viento vir¨® con fuerza y se desat¨® el infierno. Por megafon¨ªa y por WhatsApp, el Ayuntamiento les advirti¨® que deb¨ªan dejar el pueblo con lo puesto. Era urgente irse porque las llamas avanzaban r¨¢pido. Un d¨ªa despu¨¦s vio una foto calcinada de su fachada y el mundo se le vino abajo.
Cuando entraron en casa el s¨¢bado, vieron que el fuego solo hab¨ªa afectado a la terraza. ¡°Parec¨ªa que hubiese ca¨ªdo una bomba. El resto de la casa estaba igual que la dejamos¡±, a?ade Bartolom¨¦, que tiene seguro y cree que no tendr¨¢ problemas para cubrir unos da?os que, a ojo, calcula en 4.000 o 5.000 euros. Ahora, solo espera que llueva pronto y el agua arrastre el negro que cubre todo lo que le alcanza la vista.
En la finca de al lado, Carmen y Miguel, una pareja de Bej¨ªs que vive en Valencia, ya han examinado los destrozos de su segunda residencia: el ventanal desde el que se avista toda la monta?a se desintegr¨® y el humo ha arruinado muebles y cuadros. ¡°Lo de mi casa se arregla con dinero, pero el monte ya no lo voy a ver como estaba¡±, asegura Carmen, con la emoci¨®n cerr¨¢ndole la garganta.
A pocos kil¨®metros de Bej¨ªs, est¨¢ la peque?a poblaci¨®n de Tor¨¢s. En lo alto, ?scar Escolano y su mujer se encargan del hotel del pueblo, con 32 plazas. Regentan el negocio desde Semana Santa y antes del incendio ten¨ªan reservas hasta mediados de septiembre. Despu¨¦s del fuego se han anulado todas. ¡°Supongo que recuperaremos las p¨¦rdidas por los alimentos perecederos pero ?qui¨¦n se hace cargo de las reservas de ahora y de las del futuro?¡±, inquiere abiertamente. ¡°Adem¨¢s, los agricultores lo han perdido todo; dicen que el terreno es un desierto¡±, apostilla.
En Teresa, otro pueblo pasto de las llamas, su alcalde, Ernesto P¨¦rez, se abraza con alguno de los vecinos de la localidad, evacuada por el incendio hasta el pasado domingo. M¨¢s del 70% del t¨¦rmino municipal qued¨® arrasado hace una d¨¦cada por otro siniestro y ahora, seg¨²n el primer edil, puede que se supere el destrozo. ¡°Hemos tenido miedo¡±, confiesa. Y pide que les dejen limpiar los bosques, aunque sea metiendo ganado. Pronostica cuantiosos da?os en la agricultura (almendros y olivos, sobre todo), no solo para este a?o sino para los cinco o seis a?os siguientes. En los 19 a?os que porta la vara de mando municipal, ya ha visto dos veces arrasado su municipio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.