Nacidos en 1982: cinco cuarenta?eros que han vivido a la sombra del Estatut
Son una generaci¨®n que ha crecido con una norma de la que apenas saben pero que les ha influido en sus vidas
Nacieron en 1982, el a?o en el que se aprob¨® el Estatut d¡¯Autonom¨ªa valenciano, pero han crecido con una norma de la que apenas saben nada. Aun as¨ª, intuyen que algo ha influido en la vida que han tenido. Aprovecharon la educaci¨®n p¨²blica y tienen en la actualidad un puesto de trabajo que les llena, les permite vivir y, en muchos casos, haber formado una familia. Varios de ellos acabaron su formaci¨®n acad¨¦mica fuera de la Comunidad Valenciana y eso les ha dado perspectiva, en algunos casos, y ha pro...
Nacieron en 1982, el a?o en el que se aprob¨® el Estatut d¡¯Autonom¨ªa valenciano, pero han crecido con una norma de la que apenas saben nada. Aun as¨ª, intuyen que algo ha influido en la vida que han tenido. Aprovecharon la educaci¨®n p¨²blica y tienen en la actualidad un puesto de trabajo que les llena, les permite vivir y, en muchos casos, haber formado una familia. Varios de ellos acabaron su formaci¨®n acad¨¦mica fuera de la Comunidad Valenciana y eso les ha dado perspectiva, en algunos casos, y ha provocado a?oranza en los que a¨²n no han vuelto. No sienten envidia por lo que han conocido fuera de la terreta a la que tienen apego y a la que muchos decidieron retornar. Al contrario, si miran a su alrededor, se dicen satisfechos y valoran lo que ven y tienen, aunque sean hipotecas. La crisis de 2009, a sus 27 a?os, les pill¨® de pleno, en lo que deb¨ªa ser su auge profesional. Les marc¨®. Por sus consecuencias directas o por las que afectaron a sus familias.
Saben que la Sanidad es otra de las competencias transferidas y, sin haber sufrido ninguna dolencia especial, se muestran satisfechos con su funcionamiento y, vista la atenci¨®n gratuita y universal desde fuera, el valor aumenta. Pero no acaban de calibrar la importancia de las otras patas del autogobierno y creen que igual deber¨ªa explicarse m¨¢s y mejor, tanto este como celebraciones como la del 9 d?Octubre.
Ninguno polemiza con el valenciano. Unos lo estudiaron y otros no. Alguno porque las l¨ªneas a¨²n no hab¨ªan alcanzado todos los centros, algo que ahora les provoca extra?eza. Unos lo hablan y otros no, pero sin controversia.
En su juventud, se interesaron m¨¢s por la pol¨ªtica. Fueron a alguna manifestaci¨®n y recuerdan un pasado m¨¢s reivindicativo. En cualquier caso, viven el presente y miran al futuro.
Laura Sanchis: ¡°Estar¨ªa bien ver de d¨®nde partimos los valencianos¡±
Laura Sanchis naci¨® en Valencia en junio de 1982 pero creci¨® en X¨¤tiva desde los cinco a?os. En casa hablaba valenciano pero en el colegio estudi¨® en castellano. ¡°No hab¨ªa l¨ªnea¡± confirma ahora con un punto de extra?eza.
Tiene el recuerdo de asistir de peque?a a varias manifestaciones con sus padres, un ambiente reivindicativo que cree que se ha dulficidado con la historia oficial de la Transici¨®n, lo mismo que cree que ha pasado con el Estatut. ¡°En los institutos no se explica que la Transici¨®n fue tan dura, con tanta tensi¨®n, y con el Estatut debi¨® pasar algo parecido. Se habla de ilusi¨®n y de esperanza pero se obvia muchas veces la mal llamada batalla de Valencia y la violencia que ejerc¨ªan los fascistas¡±, apunta.
Ella es dramaturga y en los ¨²ltimos meses ha hecho una inmersi¨®n en la ¨¦poca y en las reivindicaciones del Estatut para escribir, siguiendo el libro de Francesc Bayarri, la obra de teatro Bomba va, bomba ve, Joan Fuster, que parte del atentado terrorista que sufri¨® el escritor en su casa de Sueca. Estos d¨ªas est¨¢n con pases para estudiantes. ¡°Ha sido maravilloso ver c¨®mo la recib¨ªan los adolescentes, c¨®mo entraban a entender la identidad valenciana no tanto desde la parte pol¨ªtica sino desde la po¨¦tica¡±, afirma.
En el mundo del artisteo asegura que las ¨²ltimas dos d¨¦cadas han sido de una incertidumbre a¨²n mayor que la propia del sector y no olvida el impacto que tuvo la crisis econ¨®mica de 2009. ¡°Lo vi y lo viv¨ª en mi familia y recuerdo c¨®mo afect¨® a la vivienda. Me da la sensaci¨®n de que nos est¨¢ volviendo a pasar, que est¨¢ viniendo otra situaci¨®n econ¨®mica parecida¡±, se?ala. Adem¨¢s, constata que en el mundo de la cultura, y especialmente en el de la actuaci¨®n, hasta hace bien poco la Comunidad sufr¨ªa su propia centralizaci¨®n. ¡°Un actor en Alicante o en Castell¨®n no era lo mismo que uno de Valencia. Se quejaban y con raz¨®n. Ahora parece que se est¨¢ rompiendo un poco aunque hay que hacerlo con cuidado para que la cultura y la lengua no pierdan protecci¨®n¡±, dice.
Laura pide no llevar m¨¢s all¨¢ la nostalgia sino preparar los pr¨®ximos 40 a?os. ¡°Estar¨ªa bien retomar esos an¨¢lisis de Fuster de Nosaltres els valencians para ver de d¨®nde partimos realmente¡±, apunta. / NACHO HERRERO (Valencia)
Lled¨® Rosas: ¡°La crisis de 2008 marc¨® nuestra generaci¨®n¡±
Lled¨® Rosas naci¨® en el hospital general de Castell¨®n 23 d¨ªas antes de que el Congreso aprobara el Estatut. Siempre vota, aunque lo hace ¡°por inercia¡± o porque ¡°as¨ª me lo inculcaron mis padres¡ hay que votar¡±. Sin embargo, se confiesa desencantada con la pol¨ªtica y los pol¨ªticos: ¡°El que es v¨¢lido, acaba desilusionado o se va por principios; los que se quedan, quieren seguir calentando la silla. Est¨¢n muy lejos de la sociedad¡±, explica. Reconoce que no siempre fue as¨ª, que cuando rondaba la veintena su atenci¨®n e inter¨¦s fue mayor. Estudi¨® en un colegio p¨²blico, igual que sus dos hermanas. ¡°Era el ¨²nico que ten¨ªa l¨ªnea en valenciano¡±, recuerda. Para sus hijos, de 9 y 11 a?os, busc¨® un centro p¨²blico con una filosof¨ªa similar, la potenciaci¨®n del trabajo en grupo y las ideas m¨¢s abiertas. Quiz¨¢ por eso no percibe mucho cambio entre su educaci¨®n y la que ahora ha elegido para sus hijos. No cree que en la Comunidad Valenciana haya ning¨²n conflicto con la lengua ¡°pero porque no somos conflictivos¡±. Aun as¨ª piensa que el valenciano s¨ª ha calado en las instituciones pero no en la calle: ¡°Creo que se ha estancado¡±, afirma.
Nunca hab¨ªa pensado que era coet¨¢nea al Estatut, del que duda sobre si es un conjunto de leyes valencianas, y pensaba ¡°que era m¨¢s nuevo¡±, pero sabe que entre las competencias propias de la Generalitat est¨¢n la sanidad y la educaci¨®n. Respecto a la primera, se dice ¡°bastante contenta¡±. Tampoco reniega de la educaci¨®n, sobre todo de las infraestructuras, aunque admite que hace falta m¨¢s personal. Y lo sabe bien porque se dedica a la ense?anza, aunque es arquitecta de formaci¨®n. Lled¨® Rosas estudi¨® la carrera universitaria en Barcelona. Pero la crisis le devolvi¨® a Castell¨®n, le hizo pasar de poder elegir d¨®nde trabajaba a ¡°la nada¡±. ¡°Fue una crisis que marc¨® nuestra generaci¨®n¡±, afirma, pero no le guarda rencor. ¡°Soy feliz dando clases de Matem¨¢ticas, sabiendo mis horarios, conociendo a los chavales¡±.
Recuerda que la ¨²ltima manifestaci¨®n en la que particip¨® fue un 25 de abril, la Diada valenciana, aunque tambi¨¦n se acuerda del No a la guerra. No percibe que la Comunidad Valenciana est¨¦ por detr¨¢s de otras autonom¨ªas y cree que el problema es que ¡°nos hacemos poca propaganda¡±. / MAR?A FABRA (Castell¨®n)
Salom¨¦ Mas: ¡±Hay que explicar a los ni?os el 9 d¡¯Octubre¡±
Cuando su hijo mayor, Pau, que ahora tiene seis a?os, entr¨® en el ciclo escolar, Salom¨¦ Mas decidi¨® volver a la Comunidad Valenciana. Tras estudiar un m¨®dulo de Educaci¨®n Infantil y la carrera de magisterio en Educaci¨®n F¨ªsica en la Universidad de Alicante (UA), aprovech¨® que ¡°en Catalu?a hab¨ªa una hora lectiva m¨¢s y la bolsa era m¨¢s amplia¡± para presentarse a las oposiciones catalanas de ense?anza. Tras 12 a?os en centros de Barcelona y Blanes (Girona), pidi¨® un concurso de traslados y ahora da clase en el CEIP Nuestra Se?ora de la Esperanza de su municipio natal, Crevillente.
A Mas se le hace dif¨ªcil comparar la situaci¨®n actual con la hist¨®rica anterior. Pero se identifica con ¡°la lengua, las tradiciones, los rasgos que nos identifican y nos diferencian de un madrile?o o un andaluz¡±, sostiene. Tras los a?os pasados en Catalu?a, se ha apuntado a una k¨¢bila de Moros y Cristianos y considera que ¡°hay que explicar a los ni?os por qu¨¦ se celebra el 9 d¡¯Octubre¡±. ¡°En el colegio tenemos clase de pilota valenciana¡±, contin¨²a. ¡°Son cosas que de otra forma no conocer¨ªan y nos ayudan a compartir¡±.
Su hijo Pau habla en castellano, ¡°aunque todos nos dirigimos a ¨¦l en valenciano¡±. Su sueldo como profesora, ¡°lejos de un mileurista¡±, le obliga a trasladar a su casa ¡°muchas horas de trabajo¡± entre correcciones y la elaboraci¨®n de proyectos para sus clases ¡°que la gente no suele reconocer¡±. Tambi¨¦n ejerce de ¡°psic¨®loga, enfermera e incluso dentista, cuando a alg¨²n alumno se le cae un diente y lo guardamos para el Ratoncito P¨¦rez¡±, bromea. La marcha a Barcelona tras las oposiciones forz¨® su emancipaci¨®n a los 25 a?os, apenas tres antes que su hermana. ¡°Ella trabajaba en un centro concertado y sus circunstancias eran distintas, sali¨® de casa cuando se cas¨®¡±, explica.
Tanto ella como su marido tuvieron suerte a la hora de volver. A ella le correspondi¨® una plaza en un centro escolar que est¨¢ a siete minutos de su casa y ¨¦l logr¨® hacerse con un puesto de directivo de secci¨®n en su empresa. ¡°Fue a finales de 2019, justo antes de que la pandemia provocara cierres y p¨¦rdidas de empleo¡±, se?ala. Hace cuatro meses tuvieron una hija, Iris. / RAFA BURGOS (Alicante)
Manuel Limonchi: ¡°No existen demasiados beneficios por el autogobierno¡±
Manuel Limonchi naci¨® en Elche unos meses antes de que se aprobase el Estatut. Creci¨® en el centro de la ciudad junto a sus tres hermanos, su abuela y su madre, porque sus padres se separaron cuando era muy peque?o. Ahora reside en un piso en propiedad junto a su mujer y su hija de seis meses en el barrio de Altabix, una de las zonas en expansi¨®n del municipio. Estudi¨® un grado de Automoci¨®n, cuando la FP no contaba con el prestigio del que goza en la actualidad, pero acab¨® ejerciendo de cocinero.
Siente un gran apego, m¨¢s que por la Comunidad, por Elche. Apenas habla valenciano pese a que su madre y su abuela s¨ª lo hacen. Aunque considera que ¡°no existen demasiados beneficios por el autogobierno¡± pero es consciente de que en materias como Educaci¨®n o Sanidad se ha conseguido una notable evoluci¨®n positiva en los ¨²ltimos 40 a?os. Limonchi recuerda que cuando comenz¨® a estudiar, por ejemplo, las clases eran de m¨¢s de 40 estudiantes y ahora la ratio ha bajado a en torno la veintena, lo que considera que facilita una mayor calidad de la ense?anza. Adem¨¢s, en comparaci¨®n con otras comunidades aut¨®nomas como Madrid, asegura que en la Comunidad Valenciana existe una mejor prestaci¨®n de servicios p¨²blicos. Aun as¨ª, fuera del ¨¢mbito educativo y sanitario, tampoco sabr¨ªa decir en qu¨¦ ha contribuido el autogobierno. Pero tambi¨¦n es consciente de que el gobierno de la Generalitat es el que ¡°pelea¡± ante el Ejecutivo central para defender los intereses de la poblaci¨®n valenciana. Sin embargo, asegura que la situaci¨®n pol¨ªtica que se ha vivido en estos ¨²ltimos 40 a?os tambi¨¦n ha sido determinante para la obtenci¨®n de beneficios. Manuel Limonchi cree que es muy significativo que cuando en la Comunidad gobierna el mismo partido que a nivel central, las reivindicaciones no son las mismas que estando en la oposici¨®n y, por tanto, no se mira tanto por la ciudadan¨ªa. MARIO ABRIL (Elche)
Tono Juli¨¢: ¡°Ahora me siento mucho m¨¢s ligado a Valencia que antes¡±
Tono Juli¨¢ L¨®pez-Barrantes naci¨® el 2 de julio de 1982, al d¨ªa siguiente de que el Bolet¨ªn Oficial del Estado publicara el Estatut d¡¯Autonomia valenciano pero no es un texto que conozca o que recuerde haber estudiado. ¡°Es algo desconocido para m¨ª, la verdad¡±. Tal vez, apunta, el ser de familia castellano hablante o haber crecido lejos de ambientes autonomistas puede haber influido. Su sensaci¨®n, no obstante, es que poco a poco se ha avanzado en asentar de manera m¨¢s amplia en la sociedad aspectos singulares. ¡°Creo que ahora hay una mayor incidencia en la cultura valenciana de lo que hab¨ªa antes¡±, apunta.
Intuye que el Estatut puede haber apuntalado un sistema que a ¨¦l le ha permitido tener su vida actual. Vive desde hace 13 a?os en Colonia (Alemania) y, parad¨®jicamente, estar fuera le ha unido mucho m¨¢s a la tierra donde naci¨®. ¡°Emocionalmente ahora me siento mucho m¨¢s ligado a Valencia que antes¡±, asegura. Hay un punto de nostalgia pero sobre todo agradecimiento a las estructuras educativas y sanitarias que se lo han permitido. ¡°Yo me vine aqu¨ª con el programa Erasmus de la Universitat Polit¨¨cnica de Val¨¨ncia y gracias a la educaci¨®n p¨²blica universitaria porque yo seguramente no me podr¨ªa haber permitido pagarme unos estudios de telecomunicaciones de manera privada¡±, reflexiona. Pero hay m¨¢s. Su padre arrastra desde hace tiempo problemas de salud. ¡°Sin la sanidad que hay en Espa?a yo no podr¨ªa estar aqu¨ª, me tendr¨ªa que haber vuelto. Toda esa infraestructura p¨²blica ha sido fundamental¡±, afirma.
Se fue para seis meses en 2009 y el estallido de la gran crisis econ¨®mica le pill¨® all¨ª empezando a crear lazos sociales que ahora son ya ra¨ªces. ¡°Se junt¨® todo. Al final hice la tesis aqu¨ª, al profesor que me la dirigi¨® le gust¨® mucho y me sali¨® la oportunidad de trabajar. Adem¨¢s, las perspectivas de trabajo que ten¨ªa si volv¨ªa eran negras¡±, recuerda. ¡°Ahora cuando vuelves lo valoras m¨¢s y cuando no est¨¢s lo echas m¨¢s de menos¡±, asegura. / N. HERRERO (Valencia)