El fantasma del descenso agita Valencia
La divisi¨®n social entre la afici¨®n del club de Mestalla y Peter Lim se recrudece con la posibilidad de bajar a Segunda y el impacto se traslada fuera del estadio
Dos multitudinarias concentraciones, pintadas amenazantes e insultos en las redes, prioridad en las agendas pol¨ªticas y reportajes en medios extranjeros¡. Desde que el 10 de febrero el Valencia cay¨® a los puestos de descenso, la guerra entre buena parte de los seguidores del club y su m¨¢ximo accionista, Peter Lim, se ha recrudecido y el temor por el futuro del club agita la ciudad.
El 28 de mayo se celebrar¨¢n elecciones municipales y auton¨®micas y el Valencia se puede estar jugando la permanencia en la pen¨²ltima jornada liguera. Una combinaci¨®n explosiva a la que hay que sumar la compleja variable econ¨®mica. En 2020, la C¨¢mara de Comercio de Alicante cifr¨® en 20 millones la merma econ¨®mica que se iba a producir en la ciudad por el descenso del Elche, un club de mucho menos peso.
Detr¨¢s de las concentraciones contra Lim est¨¢ Libertad VCF. Su presidente, Jos¨¦ P¨¦rez, confirma que este partido se juega fuera del c¨¦sped. ¡°El Valencia es una sociedad an¨®nima deportiva, pero tambi¨¦n un sentimiento y un elemento hist¨®rico y vertebrador de la ciudad y la Comunidad. El inter¨¦s porque trascienda lo deportivo es porque tenga su marco real. Lo deportivo es el s¨ªntoma de la enfermedad¡±, asegura. Denuncian que Lim y el agente Jorge Mendes han trasladado al club el ¡°negocio de compra-venta de jugadores¡± que ten¨ªan en una empresa tras prohibirlo la FIFA. ¡°Necesitaban un escudo para sus negocios¡±, afirma.
Tras a?os sin demasiado eco, el aumento de las protestas y la cercan¨ªa de las elecciones han multiplicado su impacto. Los partidos quieren reunirse con ellos, acuden a sus manifestaciones y respaldan sus propuestas. Hace una semana el Ayuntamiento apoy¨® con una rara unanimidad la declaraci¨®n del Valencia (y del Levante) como Bien de Inter¨¦s Cultural. ¡°Ha demostrado la gente que ahora llevamos detr¨¢s. Comprom¨ªs, PSPV y PP sab¨ªan hace un a?o que est¨¢bamos con ese tema y parec¨ªamos unos locos a los que daban una palmadita en la espalda pero ahora han corrido a rubricarlo¡±, resume.
¡°Vamos a seguir presionando. No se trata de anteponer el Valencia a la sanidad o a la educaci¨®n, pero igual que queremos saber qu¨¦ har¨ªa cada partido ah¨ª, tambi¨¦n queremos saber qu¨¦ har¨ªan con el Valencia¡±, apunta. ¡°Los pol¨ªticos negocian muchas cosas del ¨¢mbito privado. Negocian para que se quede Ford o para que venga Volkswagen y se tienen que sentar con Lim, hacer de intermediarios y decirle que el futuro es sin ¨¦l. No se trata de que nos regalen el club, el dinero debe salir de nuestros bolsillos¡±, afirma P¨¦rez. Su propuesta es que CaixaBank, principal acreedor del club, facilite microcr¨¦ditos a los seguidores para que recompren las acciones. Pero habr¨¢ otras, asegura.
Desde la sala de m¨¢quinas de uno de los grandes partidos admiten que en el ¡®cap i casal¡¯ dos cosas pueden ¡°distorsionarlo¡± todo: ¡°las Fallas y el Valencia¡±. Por eso todas las formaciones quieren tener un discurso y una ¡®hoja de servicios¡¯. ¡°La situaci¨®n es compleja y se trata de estar cerca de lo aficionados, de tener m¨¢s contacto con ciertas entidades. De remar a favor¡±, explican.
¡°Se hablar¨¢ bastante aunque la repercusi¨®n parece limitada a los muy futboleros¡±, auguran. Otra cosa, reflexionan, es si alg¨²n partido presenta una ¡°soluci¨®n m¨¢gica¡± que, aunque irreal, obligue a posicionarse al resto. ¡°Es un tema muy emocional y tambi¨¦n puede afectar a la marca de ciudad¡±, analizan. A¨²n as¨ª, la sensaci¨®n es que los seguidores asumen la complejidad y ¡°culpan¡± a Lim. Eso ha permitido apretar con el Nou Mestalla y reduce las ganas de fotos con los suyos.
Amenazas y coacciones
Ya ha habido incidentes. A finales de enero decenas de seguidores bloquearon la salida de los jugadores de Mestalla y aporrearon el coche de Yunus Musah, que huy¨® por la acera a gran velocidad. Hace unos d¨ªas aparecieron pintadas record¨¢ndole a Lim el salmo de ¡®vida por vida, ojo por ojo¡¯. En las redes, se suceden los insultos y amenazas. Las reciben desde Lim a la presidenta Layhoon Chan, de leyendas como Ricardo Arias al capit¨¢n Jos¨¦ Luis Gay¨¤.
Pero no s¨®lo ellos. Trabajadores de la entidad denuncian el ¡°se?alamiento¡± al que est¨¢n sometidos. ¡°Las redes sociales son las flechas¡±, advierten angustiados. Creen que violencia en el ambiente ya no es controlable.
¡°Nuestros jugadores y nuestros empleados est¨¢n sufriendo ataques verbales y violencia material en las redes sociales. No podemos cruzar las l¨ªneas rojas. Estoy preocupada por la seguridad y el bienestar de nuestros jugadores y nuestros empleados¡±, ha denunciado Chan.
El mito de 1986
El Valencia y la ciudad ya vivieron un descenso, el de 1986, pero ¡°el escenario actual no se parece en nada¡±, reflexiona el veterano periodista Alfonso Gil. ¡°Aquella trascendi¨® a lo deportivo pero nada que ver. No era una SAD, no hab¨ªa redes, ni si quiera estaba Canal 9 ni hab¨ªa televisiones privadas. Aquel f¨²tbol era distinto. Hab¨ªa un problema econ¨®mico real, dos mil millones de pesetas de deuda, pero se vivi¨® como un problema deportivo. El enfado era futbolero. Ahora el club vive una situaci¨®n de crisis absoluta y una de ellas es la deportiva¡±, apunta.
¡°Hubo un cambio de caras en la directiva aquel verano y eso gener¨® cierta ilusi¨®n. Hubo unidad alrededor de aquella frase de Arturo Tuz¨®n, el nuevo presidente, de ¡®El Valencia ser¨¢ lo que los valencianos quieran¡¯. Subieron los socios, los pol¨ªticos apoyaron y se mantuvo el patrocinio de la Caja de Ahorros. Se trataba de poner todo para hacer corta la traves¨ªa¡±, rememora.
La imagen id¨ªlica de aquel breve paso por Segunda tiene una explicaci¨®n, sostiene el escritor Rafa Lahuerta: el ascenso. ¡°Ahora se ha mitificado lo que pas¨® por el paso del tiempo y porque sali¨® bien. Se tiende a dulcificar pero hubo partidos bastante crispados¡±, recuerda.
¡°En la temporada del descenso no hab¨ªa crispaci¨®n porque el fantasma apareci¨® tarde. Tampoco ten¨ªa tanta presencia social. Cuando baj¨®, la gente s¨ª que se dio cuenta de que era un golpe duro para el imaginario de la ciudad pero no durante el camino¡±, afirma.
De la fiesta al drama
Valencianista ac¨¦rrimo, Lahuerta rezuma resignaci¨®n. ¡°Llevo diez a?os haci¨¦ndome a la idea. Cuando escrib¨ª La balada del Bar Torino era una especie de necrol¨®gica para coger distancia y sufrir lo menos posible. Sab¨ªa que esto pod¨ªa pasar, las cosas se han hecho mal y no se ha querido ver la realidad. Lim es causa y tambi¨¦n consecuencia. Era impensable que un tipo de Singapur viniera a pagarnos la fiesta. Era una fantas¨ªa¡±, resume.
Como seguidor augura ¡°meses de mucho sufrimiento¡± y cree que ¡°no hay que dramatizar tanto¡±. Se trata, afirma, ¡°de conseguir los puntos necesarios¡±. Adem¨¢s defiende que el impacto, siendo mayor que el de 1986, no es tan generalizado como pueda parecer. ¡°Pensamos que el Valencia es el centro del mundo y no es as¨ª. La gente tiene m¨¢s problemas, la situaci¨®n de muchas familias es muy complicada¡±, recuerda.
37.000 abonados y un lastre de deuda
El Valencia tiene un presupuesto de 109,8 millones, de los que 68 llegan de la televisión. Para valorar lo que le podría suceder si baja se puede mirar al ‘vecino’, salvando las distancias por el diferente volumen de uno y otro. El Levante descendió la pasada campaña con un presupuesto de 65,8 millones y ahora tiene 38 (cerca de un 42% menos), y es uno de los más altos de la categoría. Sus ingresos televisivos han bajado de 50 a 10,3 millones, aunque recibió casi 19 millones del fondo de compensación de la Liga para los clubes que pierden la categoría. En el caso del Valencia serían más incluso que los cerca de 30 que se llevó el Espanyol en 2020, el récord hasta ahora. Esa ayuda hace que para los históricos que descienden sea clave subir en la siguiente campaña. El impacto dependerá también de la reacción de los más de treinta y seis mil abonados que tiene y que le han hecho ingresar casi trece millones. Además, la elevada deuda (367 millones a largo plazo y 179 a corto plazo) lo complica todo y habría que ver si afectaría a la reanudación de las obras del Nou Mestalla, planificado para cerca de setenta mil espectadores, aunque en ese caso el grueso del dinero para acabar el estadio (unos ochenta millones) le llega a través del acuerdo de la Liga con el fondo cvc, que le inyectará un total de 120,8 a cuenta de un porcentaje de sus futuros derechos audiovisuales.
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