De anzuelos y estocadas en el Gobierno valenciano
En lo que nos hemos fijado menos de los presupuestos es en el recorte del 33,9% en la Consejer¨ªa de de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio
A veces resulta complicado discernir el anzuelo de la espada; los une la sangre, el metal, el dolor. Punzan, hieren, desgarran. Sin embargo, hay una diferencia fundamental: uno te arrastra all¨ª donde te despiezar¨¢n, y la otra te mata justo donde est¨¢s... o a donde te han conseguido empujar.
A la manera de un pescador paciente que disfruta del presagio del bot¨ªn, al Consell le ha bastado con recauchutar el cebo de siempre ¡ªel odio al valenciano y el fantasma del catalanismo¡ª para que (casi) todos nos lancemos a morder las m¨²ltiples declaraciones que han hecho en las ¨²ltimas semanas. Son proclamas insultantes, borbotones de rencor e ignorancia que provocan malestar y verg¨¹enza ajena. Y es justamente por ello que resulta dif¨ªcil resistirse a contestarlas. Pero, con cada respuesta, nos clavamos un poquito m¨¢s el arp¨®n en el paladar. Pensamos que, si somos lo suficientemente ingeniosos o nuestra r¨¦plica es afilada y certera, nos desharemos del garfio met¨¢lico y podremos volver a nadar libres. No es as¨ª. Mientras andamos perge?ando estrategias para escapar de la trampa, empiezan las estocadas. Estas s¨ª, diestras.
En los ¨²ltimos d¨ªas se ha hablado mucho de presupuestos. De algunas decisiones indignas, como las subvenciones a la Fundaci¨®n Toro de Lidia, radicada en Madrid. De los salvajes recortes a entidades que trabajan por la cultura y tambi¨¦n de la imp¨²dica inyecci¨®n de dinero a quienes s¨®lo buscan llenar sus bolsillos a base de pseudociencia, mentiras y confrontaci¨®n. En lo que nos hemos fijado menos, eso s¨ª, es en el recorte del 33,9% en la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio.
El departamento que dirige Salom¨¦ Pradas es uno de los pilares de las pol¨ªticas del nuevo Consell. Es una conselleria capaz de redefinir un pa¨ªs y, lo que es m¨¢s importante a¨²n, de hipotecarlo y lastrarlo durante d¨¦cadas. Para ello -para lo importante- no hace falta presupuesto. Si el Consell de Maz¨®n ha dado un bocado de tal magnitud al departamento ambiental es porque lo importante no es lo que ¨¦ste haga: es lo que permita que otros hagan. Las competencias en evaluaci¨®n ambiental, urbanismo y territorio son la llave que abre la puerta al modelo devorador (en lo territorial, econ¨®mico y social) que predica, de palabra y obra, el Partido Popular.
Pradas ha expresado ya su voluntad de revisar el PATIVEL, el plan valenciano de protecci¨®n del litoral avalado por la justicia en 2022 y que paraliza la construcci¨®n de miles de viviendas en la costa. Ha anunciado que reabrir¨¢ la guerra del agua. Ha defendido la anacr¨®nica ampliaci¨®n del Puerto de Valencia, ap¨¦ndice f¨®sil de un modelo caduco. Y, muy particularmente, ha insistido en numerosas ocasiones sobre la ¡°necesidad¡± de ¡°abrir¡± los parques naturales al ¡°desarrollo¡±, calific¨¢ndolos de ¡°valiosas herramientas para luchar contra la despoblaci¨®n y crear empleo verde¡±. Me pregunto qu¨¦ pensar¨¢n de esto -y en particular de la cuesti¨®n demogr¨¢fica y laboral- los habitantes de Calp, ciudad tur¨ªstica y turistificada, cuya renta por hogar es de las m¨¢s bajas de toda Espa?a para municipios de m¨¢s de 20.000 habitantes, y cuyo parque natural, el Penyal d¡¯Ifac es el m¨¢s visitado del Pa¨ªs Valenciano, con m¨¢s de cien mil visitas al a?o. O el mill¨®n de vecinos de las urbes cuyos t¨¦rminos municipales conforman l¡¯Albufera de Val¨¨ncia, espacio natural de importancia internacional disfrazado de parque tem¨¢tico; tambi¨¦n de postal amarillenta tapizada de campos de cultivo, en la que se escuchan cada a?o miles de disparos entre restaurantes, carreteras y discotecas.
El anzuelo del Consell de Maz¨®n no nos ha trasladado a unas nuevas coordenadas espaciales, sino temporales. Volvemos a 1995. Ellos saben perfectamente d¨®nde est¨¢n, pero ?lo sabe la sociedad valenciana?
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