Jes¨²s, exgerente comercial que vive en la calle: ¡°No sabes ad¨®nde ir ni qu¨¦ hacer¡±
Una noche con las personas sin hogar y los voluntarios de la Fundaci¨®n Conci¨¦nciate en el barrio Carr¨²s de Elche, uno de los m¨¢s pobres de Espa?a
Poco antes de las 20 horas, algunas personas aguardan en la calle hasta que el centro de pernocta de la Fundaci¨®n Conci¨¦nciate de Elche, ubicado en un pol¨ªgono industrial, abre sus puertas. El term¨®metro apenas marca 10 grados. Las temperaturas han ca¨ªdo en los ¨²ltimos d¨ªas en la ciudad por debajo de los cinco grados, por lo que el Ayuntamiento, en coordinaci¨®n con las entidades sociales del municipio, ha puesto en marcha un dispositivo de fr¨ªo para atender a las personas sin hogar. Seg¨²n el ¨²ltimo estudio realizado por las diferentes organizaciones y la concejal¨ªa de Acci¨®n Social, en Elche hay un total de 96 personas en situaci¨®n de calle. En su mayor¨ªa son hombres de origen espa?ol que se ubican, sobre todo, en las zonas de Palmerales o Carr¨²s, considerado como el barrio m¨¢s pobre de Espa?a por la Agencia Tributaria y su renta per c¨¢pita.
Jes¨²s lucha por no perder la esperanza. Lleva en situaci¨®n de calle un a?o y medio. Se qued¨® sin trabajo como gerente comercial y, aunque se ha ido ¡°apa?ando¡±, a partir de la pandemia le cost¨® reengancharse a la vida laboral. Adem¨¢s, tiene una discapacidad visual del 48%, es asm¨¢tico y apenas puede utilizar la mano izquierda. Aun as¨ª, sigue echando curr¨ªculos, pero considera que ¡°entrar en la vida laboral a los 58 a?os, cuesta¡±. Durante el d¨ªa cuida de un compa?ero que tambi¨¦n est¨¢ en situaci¨®n de calle; sin embargo, su d¨ªa a d¨ªa se hace ¡°muy pesado¡±. Explica que ¡°no sabes ad¨®nde ir, no sabes qu¨¦ hacer. Vives 24 horas en la calle, pero no tienes ni un momento para poder descansar en condiciones y descansar la mente. Se pasa bastante mal¡±. Y aunque se encuentra en esta delicada situaci¨®n, Jes¨²s no quiere recurrir a sus familiares para no preocuparles. ¡°A lo mejor ellos tambi¨¦n lo est¨¢n pasando mal. A lo mejor me pueden ayudar dos o tres d¨ªas, pero no pueden ayudarme m¨¢s y luego se van a quedar mal porque saben que estoy en esta situaci¨®n. Ellos siempre me han visto capacitado¡±.
El centro de pernocta de la fundaci¨®n, puesto en marcha a principios del mes de diciembre con la colaboraci¨®n de varias empresas privadas y el propio Ayuntamiento, ha habilitado sus 48 camas para atender a las personas sin hogar del municipio para que puedan refugiarse de las bajas temperaturas. Inicialmente, el centro est¨¢ destinado a atender a las personas que son derivadas por parte de los servicios sociales del Consistorio ilicitano. Seg¨²n explica el presidente de la organizaci¨®n, Gorka Chazarra, tienen en estos momentos reservadas algo m¨¢s de una veintena de plazas por personas en riesgo de exclusi¨®n social, a las que durante un plazo inicial de seis meses se les facilita el acceso a los t¨¦cnicos de integraci¨®n social para favorecer su reinserci¨®n. Chazarra insiste en que este recurso ¡°est¨¢ destinado a lograr su retorno al mercado laboral o para que puedan acceder a una cobertura m¨¢s espec¨ªfica¡±. En definitiva, ¡°un medio para sacar a las personas que est¨¢n en situaci¨®n de calle¡±, apunta el presidente de la entidad.
Chazarra asegura que el perfil mayoritario se sit¨²a en la franja de edad de 20 a 27 a?os. ¡°Hay personas j¨®venes que han tenido dificultad de acceder a la vivienda o que han salido de un centro de menores y no han tenido un recurso. La mayor¨ªa de situaciones son por falta de apoyos familiares y econ¨®micos¡±, apunta. Es el caso de Hakim y Amira. Son argelinos. Tienen 23 y 22 a?os, respectivamente. Ella lleva en Espa?a en torno a cuatro a?os. ?l solo dos, pero ha vivido anteriormente en Francia y el Reino Unido, donde ha trabajado como rider. Adem¨¢s, tiene idiomas. Cuenta que sabe cuatro lenguas: ¨¢rabe, franc¨¦s, ingl¨¦s y espa?ol. ¡°Lo he aprendido en la calle, con la gente¡±, aclara. En Elche, viv¨ªan en una casa, pero no pod¨ªan pagar el alquiler, por lo que el due?o les ech¨®. Adem¨¢s, llegan al centro con su gato Pisu, que duerme en la zona habilitada para animales. ¡°Estar¨¢ conmigo hasta la muerte¡±, sentencia emocionado. Amira asegura que quiere trabajar. Est¨¢ haciendo un curso de auxiliar de almac¨¦n y carretilla. ¡°Cuando lo termine empezar¨¦ a trabajar para ganar algo de dinero y conseguir nuestro sue?o¡±. Su deseo es comprarse una caravana y recorrer el mundo. Porque para ellos, esta situaci¨®n que est¨¢n atravesando forma parte de la vida. ¡°Creemos en Dios. En la vida hay momentos malos y buenos¡±, a?ade ella. Por las ma?anas se van a la playa porque est¨¢n ¡°en situaci¨®n mala, pero no triste. Cuando la persona est¨¢ triste no se puede hacer nada¡±, aclara Amira.
El centro tiene un car¨¢cter de baja exigencia. Est¨¢ abierto a personas que arrastren alguna adicci¨®n, siempre que no consuman en las instalaciones ni perjudiquen al resto de usuarios y usuarias. La trabajadora social de la fundaci¨®n, Sonia Agull¨®, indica que primero se les recibe y se les pregunta c¨®mo han pasado el d¨ªa. ¡°Es una personalizaci¨®n que les encanta. Les preguntamos qu¨¦ necesitan, te cuentan sobre su vida y se les hace sentir como en casa¡±. De hecho, en Navidad se han hecho talleres de pastas navide?as, cinef¨®rum o juegos de mesa ¡°para que se puedan relajar y disfrutar del dispositivo y que no sea solo cubrir sus necesidades b¨¢sicas¡±.
Estefan¨ªa acude a la fundaci¨®n porque quiere recuperar a sus hijos que viven con su padre en Ecuador. Tiene 30 a?os y su problema llega, asegura ella, al volver a Espa?a cuando una mujer la estafa. Toda la vida ha vivido en Ecuador, aunque es de Alicante. Ahora se siente mejor en el albergue que con su propia familia. ¡°Mi familia no me sirve de nada¡±, remarca. Por su parte, Joaqu¨ªn lleva m¨¢s de un a?o en la calle por problemas econ¨®micos. Explica que ¡°nadie te aguanta si no est¨¢s bien¡±. En este sentido, apunta que el sinhogarismo ¡°es una situaci¨®n dura, pero te acabas adaptando¡±. Ahora sobrevive de pedir con un vaso en la iglesia. A?ade que ¡°la gente ayuda, pero se agradecer¨ªa m¨¢s¡±. Sobre esto, Jes¨²s insiste en que ¡°no es la gente la culpable de que no haya ese apoyo¡±, porque en algunas ocasiones ha visto c¨®mo han comprado alimento a alguno de sus compa?eros y luego lo han tirado. ¡°Est¨¢n escarmentados y prefieren hacer las donaciones a una ONG¡±.
Y aunque todav¨ªa el centro de pernocta cuenta con camas libres en los dos m¨®dulos: el de hombre y el de mujer; hay algunas personas que prefieren continuar en la calle, a los que la fundaci¨®n lleva la cena caliente los fines de semana y durante todos los d¨ªas con este dispositivo de fr¨ªo. Es el caso de Manuel, de 56 a?os, que vive en un coche con sus dos perros. ¡°Me he entregado al alcohol, porque estoy amargado¡±, aclara. Tiene una discapacidad, por lo que cuenta con una paga para ir aliment¨¢ndose. Adem¨¢s, busca cosas para luego vender. Lleva m¨¢s de tres a?os en esa situaci¨®n desde que le echaron de su casa. Manuel tampoco pierde la esperanza. ¡°A veces juego a la ONCE. Si un d¨ªa me tocase me comprar¨ªa una casa y le pondr¨ªa buenos dispositivos para que no me echen a la calle¡±.
Francisco Javier tampoco quiere ir al centro. Vive con otros seis compa?eros bajo el Pont del Bimil.lenari, en un asentamiento que han nombrado como ¡°Villabajo¡± del que ¨¦l es el ¡°alcalde¡±. ¡°Todos conf¨ªan en m¨ª. Siempre lucho por ellos¡±, a?ade. Tiene un hijo de 19 a?os que vive con ¨¦l aunque, en este caso, s¨ª que hace uso del recurso de la fundaci¨®n. Pero Francisco Javier se niega porque en la calle ¡°hacemos lo que queremos¡±. Gorka Chazarra aclara que estas personas no quieren la cobertura de las entidades sociales porque son situaciones que suelen estar ¡°muy cronificadas¡±. ¡°A veces son personas con adicciones muy pronunciadas y que deciden no acceder porque no quieren dar esos pasos. Es un trabajo lento conseguir que poco a poco accedan¡±, a?ade. Recuerda que consiguieron que las personas que viv¨ªan en ¡°Villarriba¡±, al otro lado del puente, abandonasen su asentamiento para hacer uso de la Fundaci¨®n Conci¨¦nciate.
Alejandro Valera, uno de los m¨¢s de 400 voluntarios de la entidad, explica tambi¨¦n que ¡°se ha creado una ruta que permite conocer el lugar en el que normalmente est¨¢n estas personas para entregar las cenas¡±. Insiste en que ¡°hay muchas personas que por desgracia no quieren dar el paso de ir al albergue porque son almas libres o porque no quieren estar en ning¨²n recinto. Nos da pena no poder ayudar a todas las personas que lo necesiten, pero es una decisi¨®n propia y respetable¡±. Aun as¨ª, los usuarios y usuarias de este recurso agradecen la labor, cobertura y atenci¨®n que reciben porque, como a?ade ¡°el alcalde¡±, son los que m¨¢s han ayudado y peleado por ellos.
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