Un gobierno sin ideas
Es manifiesto que Maz¨®n ha perdido el respeto y la confianza de un buen n¨²mero de valencianos, aunque no creo que la evidencia le lleve a modificar en lo m¨¢s m¨ªnimo su l¨ªnea de conducta.
Carlos Maz¨®n puede sentirse c¨®modo entre los empresarios de obra p¨²blica, como vimos el pasado martes en la entrega de los premio Fopa, pero la ovaci¨®n que recibi¨® no deber¨ªa llamarle a enga?o. Le ayudar¨ªa m¨¢s reflexionar sobre el incidente que protagoniz¨® en la Universidad de Alicante, durante la toma de posesi¨®n de Amparo Navarro. Nada expone mejor el nivel al que ha llegado su credibilidad que las risas de los asistentes cuando presumi¨® de haber puesto fin al conflicto de Medicina entre las universidades alicantinas. ?Qu¨¦ pasa por la cabeza de un presidente de la Generalitat para subestimar a un auditorio universitario de esta manera? No he logrado encontrar una respuesta satisfactoria para esta inquietante pregunta.
Es manifiesto que Maz¨®n ha perdido el respeto y la confianza de un buen n¨²mero de valencianos, aunque no creo que la evidencia le lleve a modificar en lo m¨¢s m¨ªnimo su l¨ªnea de conducta. Quien intenta salvar su futuro profesional debe ignorar cualquier p¨¦rdida de respeto y mantenerse firme en su prop¨®sito: un asomo de duda podr¨ªa interpretarse como una debilidad en beneficio del contrario. En cuanto a la grandeza de ¨¢nimo, nunca ha sido, que sepamos, un requisito para ocupar la presidencia de la Generalitat.
Conforme pasan los d¨ªas, toma cuerpo la idea de que la carrera pol¨ªtica de Maz¨®n est¨¢ acabada, y su sustituci¨®n queda a expensas de las necesidades del Partido Popular. Es probable que la apreciaci¨®n sea cierta, aunque la pol¨ªtica tiene siempre algo de impredecible. En todo caso, el problema es saber si la Comunidad Valenciana podr¨¢ resistir todo ese tiempo hasta que llegue una soluci¨®n. Desde la cat¨¢strofe de la dana, el Gobierno est¨¢ centrado en el corto plazo y nadie parece pensar en el d¨ªa de despu¨¦s. Si miramos hacia el futuro, todo cuanto encontramos son generalidades o castillos en el aire, como los que desgran¨® Feijo¨® en su ¨²ltima visita.
Mi opini¨®n es que las consecuencias de la dana -y no subestimo su gravedad- est¨¢n ocultando la falta de ideas que ya se vislumbraba en los primeros meses del gabinete Maz¨®n. Basta recordar cu¨¢les fueron sus actuaciones durante ese tiempo para advertirlo: al margen de revertir las medidas del Botanic, que parec¨ªa ser su objetivo principal, la hoja de ruta de Maz¨®n y sus consellers podr¨ªa caber en un papel de fumar. Uno tiene la impresi¨®n de que aquellas personas llegaron al poder con el manual de Zaplana bajo el brazo como ¨²nico bagaje. Quiz¨¢ el caso que mejor ilustra esta l¨ªnea de conducta sea el del conseller Jos¨¦ Antonio Rovira: en cuanto agot¨® el discurso de endosar todos los obst¨¢culos que encontraba al gobierno anterior, Rovira ha creado m¨¢s problemas que soluciones, recurriendo al desplante como l¨ªnea de defensa. Y en ello sigue.
No pongo en duda que el turismo y la construcci¨®n son los dos grandes pilares de la econom¨ªa valenciana, pero limitarnos exclusivamente a ellos es continuar poniendo todos los huevos en la misma cesta. Mientras el mundo cambia a nuestro alrededor, nosotros miramos hacia el pasado: de no haber ocurrido la cat¨¢strofe de la dana, ahora mismo estar¨ªamos ocupados con el regreso de la Copa del Am¨¦rica a Valencia, para que la ciudad ¡°tenga el relumbr¨®n que se merece¡±, como declaraba Carlos Maz¨®n a finales del pasado mes de octubre. ?Son esas todas nuestras aspiraciones? Confiemos en que los nuevos consellers tengan algo m¨¢s que ofrecernos y, al menos en sus competencias, logren enderezar el rumbo.
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