Los cines del centro comercial que cobijaron a 300 personas en la dana pugnan por volver a abrir

El tiempo pasa, los titulares quedan atr¨¢s y los problemas persisten. El centro comercial MN4 de Alfafar lleg¨® a estar en boca de muchos tras desatarse la dana el 29 de octubre. Los multicines de la segunda planta se convirtieron esa noche en el refugio de unas 300 personas, entre clientes, trabajadores del centro y alrededores y conductores perdidos en la cercana autov¨ªa V-31. El plan de evacuaci¨®n funcion¨® y no se hall¨® en su inmenso aparcamiento ning¨²n cuerpo de los 224 fallecidos, a pesar de los bulos.

Fue la propietaria de una zapater¨ªa, uno de los cerca de 70 comercios del complejo, quien avis¨® de que un poco m¨¢s arriba, a la altura de Ikea, estaba llegando mucha agua. ¡°Llamamos a la polic¨ªa local, no sab¨ªan nada; llamamos a la Guardia Civil, no sab¨ªan nada, pero un teniente nos dijo que ten¨ªan una reuni¨®n urgente y que si ten¨ªamos dudas, mejor evacuar bajo nuestro criterio. Y as¨ª lo hicimos¡±, explica Antonio Mart¨ª, directivo y miembro de la familia propietaria del recinto, que contin¨²a cerrado tres meses despu¨¦s de las inundaciones. Y lo que le queda.

El complejo, que daba empleo directo e indirecto a un millar de trabajadores, activ¨® el plan de evacuaci¨®n minutos antes de que la alarma de Emergencia de la Generalitat llegara a los m¨®viles de la ciudadan¨ªa. Los guardas de seguridad mandaron a todos hacia las plantas superiores y cerraron las barreras de los dos s¨®tanos del aparcamiento, que qued¨® anegado en 12 minutos. No muri¨® nadie, pero durante casi un mes, hasta que al final los bomberos pudieron acceder al ¨²ltimo rinc¨®n de los s¨®tanos, en el centro comercial vivieron con el temor de que pudieran aparecer alg¨²n cad¨¢ver. ¡°La evacuaci¨®n se hizo bien, los guardas nos aseguraban que hab¨ªan sacado a todo el mundo del parking, pero est¨¢bamos asustados por los bulos, escuchando a unos y a otros. En las redes sociales se dijo que los cuerpos iban como un r¨ªo que se met¨ªa dentro, entre otras cosas¡±, explica Mart¨ª, mientras se dirige al s¨®tano menos dos, de 22.000 metros cuadrados.

All¨ª se ubica el cuarto de las m¨¢quinas del sistema antiincendios de todo el complejo. Hay que cambiarlas, estuvieron al menos 30 d¨ªas bajo el agua. Sin ellas no se puede reabrir el centro por una cuesti¨®n de seguridad. Tambi¨¦n hay que cambiar las escaleras mec¨¢nicas, los montacargas y algunos ascensores. ¡°A¨²n no hay fecha de reapertura. Depende¡±, comenta. Si las m¨¢quinas para extraer el agua y el lodo hubieran llegado en diciembre y no ya avanzado enero.... se lamenta. ¡°Ha habido abandono y falta de medios y a veces la maquinar¨ªa ha estado parada por mala gesti¨®n o por tr¨¢mites burocr¨¢ticos¡±, a?ade. Tiene palabras de elogios especialmente hacia los bomberos, ¡°que son de otra pasta¡±. Ahora siguen trabajando las empresas enviadas por la diputaci¨®n de Valencia junto con las contratadas por la propiedad. Ya no hay lodo, pero queda mucha faena. La estructura de hormig¨®n armado ha resistido bien. Las tiendas peor paradas, l¨®gicamente, han sido las de la planta baja, adonde el agua ascendi¨® hasta casi metro y medio, distribuidas en torno a una plaza.

Mart¨ª conf¨ªa en que el Consorcio de Seguros se haga cargo de los da?os del complejo. Pueden ascender a 10 o 15 millones de euros solo a nivel de reparaci¨®n, seg¨²n una estimaci¨®n que var¨ªa conforme van saliendo ¡°m¨¢s cosas¡±. De momento, no le ha llegado el adelanto anunciado por el Consorcio que ya ha trabajado sobre el terreno. ¡°Pero no podemos estar parados y vamos haciendo camino¡±, comenta mientras atraviesa la plaza. El centro fue inaugurado en 2004 en el frente comercial e industrial que se fue formando de manera un tanto an¨¢rquica entre los municipios de Sedav¨ª, Alfafar y Massanassa hasta convertirse en la mayor superficie comercial, ¨²til, alquilable de la Comunidad Valenciana y una de las m¨¢s extensas de Espa?a, apunta el propietario. Es una zona inundable, como buena parte de los municipios de la Horta Sud de Valencia afectados por la dana.

Antonio sonr¨ªe ante la reciente afirmaci¨®n de un pol¨ªtico de que ya no hay campas de coches siniestrados en las poblaciones y se?ala dos muy cercanas. Admite que se han hecho muchas cosas, pero incide en que a¨²n no se ha superado la fase de limpieza y reparaci¨®n, antes de llegar a la recuperaci¨®n. Puntualiza que una parte importante de las tiendas de los centros comerciales no pertenece a grandes cadenas sino a peque?os propietarios. Cada uno se gestiona sus ayudas. Algunos no volver¨¢n a levantar la persiana.

Ayudas

Los multicines del MN4 han recibido una ayuda de 59.000 euros del Ministerio de Cultura por el cierre de sus 16 salas. Son los ¨²nicos cines que no han podido abrir de nuevo, junto con los del centro comercial Bonaire de Aldaia (gestionados por Cinesa), en el que ya han vuelto a la actividad algunos comercios. Fue uno de los centros comerciales m¨¢s afectados por la dana y tambi¨¦n objeto de bulos sobre los supuestos centenares de muertos en su aparcamiento. Tampoco se rescat¨® a ninguna v¨ªctima mortal.

Fue la sala 13 del MN4 la que acogi¨® a las afectados por la dana, incluida la mujer rescatada con cuerdas y que se rompi¨® la tibia y el peron¨¦ por la embestida del agua, recuerda Mart¨ª en el cine que gestiona la familia directamente. Se ven carteles descoloridos de La infiltrada, de los estrenos de hace tres meses. El tambi¨¦n exhibidor lamenta la p¨¦rdida de la taquilla de los mejores fines de semana del a?o, pero agradece las iniciativas y los apoyos del sector.

Especialmente, el gesto de los Cines Lys de Valencia, que ofrecen la posibilidad de incluir donativos de uno, dos o cinco euros en cada entrada y de comprar carteles de pel¨ªculas entre sus espectadores para recaudar fondos destinados al MN4, uno de los complejos con mayor n¨²mero de espectadores de la provincia de Valencia. ¡°La gente se ha volcado. Y tambi¨¦n las distribuidoras. Es emocionante. Empezamos el 2 de diciembre y hasta que no vuelvan a abrir los cines continuaremos con la campa?a para ayudar en lo que podamos¡±, indica Silvino Puig, director de Programaci¨®n y Servicios Generales de los Lys.