Deb¨¦is conocer vuestro pa¨ªs
La visi¨®n respetuosa y serena del excursionismo ha sido fagocitada por el llamado ¡®thatcherismo¡¯ alpinista, que ha revestido el contacto con la naturaleza de prisa, ansiedad y competitividad
Hace unos meses me tropec¨¦ con un p¨®ster precioso. Muestra unas monta?as al atardecer, azuladas y r¨¢pidamente reconocibles como parte de nuestro paisaje mediterr¨¢neo; es un horizonte escarpado y menos amable de lo que dicta el t¨®pico. El grafismo es impactante, con un cromatismo que realza las cortantes vertientes y los estratos que las conforman. Sobre la imagen, un lema: Deveu con¨¦ixer vostre pa¨ªs.
El cartel, que fue editado e impreso por la Colla Excursionista el Sol, fundada en 1932 y predecesora del querido y ya desaparecido Centre Excursionista de Val¨¨ncia. Auspiciados por el aire libre de la Rep¨²blica, los movimientos de renovaci¨®n pedag¨®gica y el ansia de contacto con la naturaleza que emanaba de ciudades cada vez m¨¢s contaminadas, el excursionismo del primer tercio de siglo trascendi¨® su consideraci¨®n de pr¨¢ctica deportiva para configurarse como un espacio de libertad y aprendizaje. En Excursionisme i Ciutadania, publicado en 1934, el m¨¦dico y excursionista catal¨¢n Francesc Pujol i Alguer¨® liga indisolublemente ambos conceptos. Entiende que el excursionista es un ciudadano que se aproxima a la monta?a desde su condici¨®n como civil, y no s¨®lo como mero deportista. Pujol i Alguer¨® nos habla de empat¨ªa, del deseo del bien, de respeto y serenidad, de amistad, amor y compa?erismo, y muy especialmente de educaci¨®n, cuando afirma que ¡°el excursionismo es el deporte educativo por excelencia, no hay otro que ejerza una influencia m¨¢s poderosa y benefactora sobre el esp¨ªritu de los hombres¡±.
Esta visi¨®n del excursionismo ha sido fagocitada por lo que el escritor Pablo Batalla llama thatcherismo alpinista, que ha revestido el contacto con la naturaleza de prisa, ansiedad y competitividad, valores capitalistas por antonomasia. Frente a esta moda de trasladar el desasosiego y la velocidad de los runners a la monta?a, que la hace a ratos impracticable e indeseable, debemos reivindicar la lentitud de un excursionismo ilustrado, lento, profundamente humano. La virtud de una mirada curiosa, el paso consciente de un visitante temporal que se adentra en un espacio lleno de maravillas y espejos, de sonidos imposibles y silencios perdidos.
Deb¨¦is conocer vuestro pa¨ªs, me orden¨® aquel p¨®ster. Una empresa que sigue siendo necesaria y urgente casi cien a?os despu¨¦s. Los valencianos vivimos a¨²n en el espejismo que teji¨® Zaplana con los mimbres pol¨ªticos, econ¨®micos y sociales del desarrollismo franquista. Deslumbrados por el brillo cegador de un Mediterr¨¢neo cada vez m¨¢s caliente, nuestra vista queda atrapada en la arena y el cemento, olvidando las ra¨ªces e identidad que quedan a nuestra espalda. Y lo que es m¨¢s grave todav¨ªa, nos convierte en unos completos ignorantes de nuestro propio pa¨ªs. Un error que, como hemos podido constatar, puede ser mortal.
Ni Carlos Maz¨®n ni el conseller de Territorio, Vicente Mart¨ªnez Mus, conocen el pa¨ªs en el que viven. No s¨®lo eso: no muestran el menor inter¨¦s por hacerlo, ni se les intuye un m¨ªnimo destello de humildad, el ingrediente esencial para convertirse en buen alumno. Se le atribuye al fil¨®sofo de la ciencia Karl Popper la frase ¡°La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimiento, sino el rechazo a adquirirlo¡±.
Si hubieran pisado nuestro territorio m¨¢s all¨¢ de las sedes del partido, las fiestas con las patronales y los coches oficiales, hubiesen sin duda actuado de forma distinta en octubre de 2024. Si lo conocieran y apreciasen, no se les ocurrir¨ªa proponer modificaciones legislativas encaminadas a permitir edificar al lado de un mar creciente, entre humedales y barrancos. Si tuviesen nociones de historia y geograf¨ªa, no se les pasar¨ªa por la cabeza -?ni por un solo momento!- insistir en la destrucci¨®n de un patrimonio de incalculable valor como l¡¯Horta de Val¨¨ncia, que provee a la capital de mucho m¨¢s que alimentos.
El Pa¨ªs Valenciano es un territorio extraordinariamente rico en paisajes, con una biodiversidad que supera de largo a la de muchos pa¨ªses europeos de mayor extensi¨®n. Posee infinitas tipolog¨ªas de poblamiento y una riqueza ling¨¹¨ªstica que, a pesar de los reiterados intentos por borrarla y silenciarla, se mantiene vivaz y floreciente. Lamentablemente, nos gobiernan personas cuyo mayor defecto no es su incompetencia, su ausencia de experiencia, su insuficiente formaci¨®n o su limitada capacidad intelectual -carencias que resultan especialmente hirientes y preocupantes en un president de la Generalitat- , sino el desinter¨¦s absoluto por conocer y entender el suelo que pisan y el aire que respiran. No s¨®lo ignoran el pa¨ªs que gobiernan, lo desprecian.
Eso s¨ª: quiz¨¢s ellos no conozcan al pa¨ªs, pero el pa¨ªs ya los conoce.
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