La pandemia hunde 25,6 puntos la participaci¨®n pese al auge del voto por correo

Este domingo se cumplieron los peores augurios sobre la participaci¨®n en las elecciones catalanas: la pandemia hundi¨® la participaci¨®n en 25,6 puntos en relaci¨®n con los comicios de diciembre de 2017. Es una ca¨ªda sin paliativos, que el aumento espectacular del voto por correo no pudo compensar. Catalu?a no ve¨ªa una abstenci¨®n tan alta en unas auton¨®micas desde 1992. El otro gran temor que sobrevolaba el 14-F se disip¨® en las primeras horas: aunque con retrasos y m¨¢s incidencias de lo habitual, todas las mesas electorales pudieron constituirse.

El primer avance de participaci¨®n, pasado el mediod¨ªa, marcaba una tendencia que iba a consolidarse a las 18.00, apenas dos horas antes del cierre de los colegios electorales y con la ¨²ltima franja reservada a las personas infectadas de coronavirus. Al final de la jornada, y ya con la inclusi¨®n del voto por correo, la participaci¨®n se situ¨® en el 53,42%, muy lejos del 79,09% de los comicios del 21 de diciembre de 2017. El voto por correo ha sido excepcionalmente alto (ha crecido un 350%, r¨¦cord absoluto en unas elecciones), pero no ha compensado la ca¨ªda del voto en urna.

El censo ¡ªel n¨²mero de ciudadanos con derecho a voto en estos comicios¡ª est¨¢ formado por 5,3 millones de personas. Para el 14-F han votado por correo un total de 265.647 personas, lo que supone el 4,94% del censo. En las elecciones de 2017 ¡ªcelebradas tras el refer¨¦ndum del 1 de octubre¡ª lo hicieron el 1,48%. Con el voto por correo, la participaci¨®n apenas ha superado ligeramente el umbral del 50%.

Fotogaler¨ªa: La jornada electoral de las elecciones catalanas 2021

Como en otros comicios celebrados en los ¨²ltimos meses en pa¨ªses del entorno europeo, la pandemia ha tenido un papel decisivo y ha disparado la abstenci¨®n. No solo por el temor al contagio en los colegios electorales, sino tambi¨¦n por las sucesivas crisis (sanitaria y econ¨®mica) derivadas del virus. Algunos ciudadanos pueden haber trasladado, con su no participaci¨®n, un mensaje de reproche a los gobernantes por las restricciones y la gesti¨®n de la crisis.

La participaci¨®n, que fue alt¨ªsima en 2017, cay¨® de forma generalizada y en picado en toda Catalu?a. El desplome lo lider¨® Tarragona (-24 puntos) seguida de Barcelona (-22,6), la m¨¢s poblada y la que concentra la mayor parte del voto constitucionalista. La abstenci¨®n fue m¨¢s elevada en zonas urbanas que en la Catalu?a rural. Las grandes ciudades ¡ªBarcelona, L¡¯Hospitalet, Terrassa, Badalona o Sabadell¡ª registraron ca¨ªdas de participaci¨®n de entre 22 y 23 puntos, lo que hac¨ªa prever un peor resultado de los partidos contrarios a la independencia.

Aunque la participaci¨®n fue discreta en todo el territorio, Girona se situ¨® a la cabeza en la cita con las urnas, seguida de Lleida. En comarcas que suelen ser feudo independentista, las ca¨ªdas fueron de entre 19 y 20 puntos.

El consejero de Asuntos Exteriores y Participaci¨®n de la Generalitat, Bernat Sol¨¦ ¡ªencargado de la organizaci¨®n de las elecciones¡ª atribuy¨® el descenso de participaci¨®n al hecho de ¡°celebrar elecciones en plena pandemia¡±. El Gobierno catal¨¢n aplaz¨® inicialmente las elecciones por la crisis sanitaria derivada del coronavirus al 30 de mayo. Pero el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a tumb¨® el decreto y confirm¨® la fecha del 14 de febrero.

Las primeras horas se reservaron a personas mayores y vulnerables, lo que seg¨²n Sol¨¦ pudo influir en la baja participaci¨®n registrada a las 13.00. El voto, sin embargo, no remont¨® durante la tarde pese a que la lluvia ca¨ªda a primera hora en Barcelona ces¨®.

Pese a la ca¨ªda del voto en urna, las elecciones pudieron celebrarse con ¡°plena normalidad¡±, destac¨® Sol¨¦. Otro de los temores de la jornada era que un porcentaje notable de mesas electorales no se constituyese a tiempo por la ausencia de sus miembros. El aluvi¨®n de alegaciones de excusas por parte de presidentes y vocales para no formar parte de una mesa electoral (m¨¢s de 34.000) hac¨ªan pensar en una espantada. Exist¨ªa el riesgo de que la votaci¨®n, en su conjunto, quedase tocada. No fue as¨ª. Las dificultades, sobre todo en Barcelona, se resolvieron y las 9.139 mesas electorales quedaron constituidas.

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