Galicia es mujer
El 18-F coincide con la fiesta del Entroido (Carnaval), celebraci¨®n ritual de un nuevo tiempo. Con los servicios p¨²blicos y la demograf¨ªa en cuarto menguante, la econom¨ªa varada y un rebrote en emigraci¨®n, el voto femenino puede ser decisivo
Pase lo que pase, ser¨¢ el mar quien diga la ¨²ltima palabra. Ese pu?ado decisivo de votos, del que todo el mundo habla, si est¨¢ en alg¨²n lado, est¨¢ en la Galicia orillera de las r¨ªas y en la naci¨®n del acantilado. La participaci¨®n del pa¨ªs anfibio. M¨¢s all¨¢ de las leyendas, el gran mito compartido de Galicia, la ¡°fundadora¡±, es una mujer real, Rosal¨ªa de Castro. La que fue por delante. Feminista, ecologista, solidaria. Las mujeres son hoy vanguardia social y cultural en Galicia. En un contexto de pa¨ªs menguante, en los servicios p¨²blicos y en la demograf¨ªa, con un varamiento en la econom¨ªa y el rebrote de emigraci¨®n en gente joven, el voto femenino puede ser decisivo para un cambio. Las elecciones gallegas coinciden con la gran fiesta tradicional del Entroido (Carnaval). Entroido significa entrada en un nuevo tiempo. Parece casi imposible, pero, ?habr¨¢, con el voto democr¨¢tico, una revoluci¨®n de Entroido?
La centinela del mar
Llevan desde v¨ªsperas de Navidad sin poder trabajar. El marisco est¨¢ muerto y el horizonte, enfermo. Pero Mar¨ªa Porto, 44 a?os, mariscadora de Carril, en la r¨ªa de Arousa, est¨¢ siempre en la orilla. En la del mar y en la de la vida. Las mujeres mariscadoras son una vanguardia social en Galicia. Y unas resistentes, como las campesinas. ?C¨®mo no van a ser resistentes? Nunca saben lo que va a pasar al d¨ªa siguiente. Una compa?¨ªa el¨¦ctrica decide abrir la presa en pleno invierno, y lo hace siempre sin avisar, en lo mejor de la campa?a. Los bivalvos, el berberecho y las almejas, mueren por la riada de agua dulce. O una empresa aprovecha esa riada, o la oscuridad de la noche, para echar sus residuos al mar. U otra empresa, esta vez minera, una explotaci¨®n a cielo abierto, tambi¨¦n suelta su mierda aprovechando la confusi¨®n de las aguas.
Mar¨ªa Porto es nieta e hija de mariscadoras. Su madre comenz¨® a los nueve a?os. Ella tambi¨¦n echaba una mano cuando era muy joven. Tuvo su primera hija a los 19 a?os y se puso a trabajar de limpiadora en un colegio. Y otros trabajos para sostener la familia, como cantar los fines de semana en un hotel de Sanxenxo (Pontevedra). Hay canciones que siempre la acompa?an. La m¨ªtica Negra sombra, la del poema de Rosal¨ªa de Castro, o Laurindinha, de Dulce Pontes. Pero cuando faena en el mar no lleva cascos, como ya hacen muchas j¨®venes. ¡°En el mar hay que estar con todos los sentidos¡±.
Volvi¨® al marisqueo con esperanza. ¡°Es un trabajo duro, pero me gusta¡±. Es impactante ver a las mariscadoras faenando casi sumergidas, como seres anfibios. ¡°Hay muchas enfermedades profesionales, lo que pasa es que no te las reconocen. Artrosis, lumbalgias, el t¨²nel carpiano¡ Yo tengo una epicondilitis cr¨®nica, noto el dolor en el codo, pero me voy acostumbrando¡±. R¨ªe: ¡°Le llaman codo de tenista, ?pero lo m¨ªo no es el tenis!¡±.
Desde hace cuatro a?os preside la asociaci¨®n de mariscadoras. Ahora est¨¢ desolada. No han podido trabajar desde el 20 de diciembre. Los bancos de marisco de Carril amanecieron como cementerios. ¡°La Navidad es nuestra mejor ¨¦poca; ganamos para resistir todo el invierno. Nos quedamos de piedra. Demasiados golpes. Ya hab¨ªamos tenido otro par¨®n, en verano¡±. Atribuyen este mal, como causa principal, al desag¨¹e incontrolado de presas hidroel¨¦ctricas en el r¨ªo Ulla en d¨ªas de temporal y que provocan una desmesura de agua dulce en la r¨ªa. ¡°Nunca avisan. Hemos intentado hablar con las empresas, pero no responden. Es la ley del m¨¢s fuerte. Hemos denunciado a Aguas de Galicia, pero nada¡±.
¡ª?Y la Xunta?
¡ª En plena campa?a electoral, el 5 de enero, despu¨¦s de que nos manifest¨¢ramos en Santiago, anunciaron una ayuda de 550 euros para cada mariscadora. ?Sabes qu¨¦ nombre tiene eso en gallego? Esmola (limosna). No queremos esmolas, queremos trabajo. Lo que hay que hacer es regenerar la r¨ªa. Nosotras sembramos, ponemos 660 euros al a?o para semillas, pero luego se muere. Controlar los desencoros (desag¨¹es), la contaminaci¨®n, recuperar los lombos, los bancos de la desembocadura. La gente del mar podr¨ªa hacer ese trabajo.
En el a?o 2001 hab¨ªa en la r¨ªa de Arousa 2.631 mariscadoras con permex (autorizaciones). En el 2022, ya eran mil menos, 1.613. ¡°Aqu¨ª, en Carril, ya solo quedamos unas supervivientes, 70 mariscadoras de a pie. Pero de ese basti¨®n de mariscadoras, ?vive mucha gente, eh! Los vendedores, la hosteler¨ªa, los comercios¡Yo creo que quieren acabar con esto, con la pesca y el marisqueo artesanal, y que quede la acuicultura industrial y privada. No se me ocurre otra explicaci¨®n¡±.
Mar¨ªa Porto podr¨ªa ser el rostro de la mujer an¨®nima que pint¨® Isaac D¨ªaz Pardo, la que llevaba en la cabeza todas las cosas necesarias para la vida. Sabe lo que se podr¨ªa hacer. Lo piensa cada d¨ªa. La r¨ªa da de todo. Tambi¨¦n da que pensar.
¨DNo hay f¨¢brica comparable a la r¨ªa. La riqueza, los puestos de trabajo, el medio ambiente para vivir. ?Qui¨¦n puede inventar algo mejor?
A veces, piensa en decir adi¨®s a todo esto. ¡°Pero me da rabia decir que abandono el barco. Seguir¨¦ luchando. Y ojal¨¢ haya un cambio¡±.
De los de la Boina a los del Birrete
En la conversaci¨®n pol¨ªtica convencional, la condici¨®n de Galicia como ¡°feudo conservador¡± se acepta como un axioma. Esa era la idea populista de Fraga: una fuerza pol¨ªtica geol¨®gica, que se confundiera con el paisaje y el paisanaje. A ¨¦l, la etiqueta de ¡°populista¡± no le molestaba nada. ¡°Populista viene de pueblo. ?Y a qui¨¦n no le gusta el pueblo? ?A usted no le gusta el pueblo?¡±, me dijo en una entrevista, cuando ya era presidente de la Xunta. Lo hab¨ªa empujado a Galicia ese personaje clave en todo esto y m¨¢s: Jos¨¦ Manuel Romay Beccar¨ªa. Para llegar al poder, se hab¨ªa producido una metamorfosis. Como se dijo de los suevos, la derecha hab¨ªa tenido que enterrar la espada y empu?ar el arado. Y ha gobernado con mayor¨ªa absoluta, salvo dos per¨ªodos de excepci¨®n. Pero en el c¨®mputo global, en la mayor¨ªa de los comicios, es mayor¨ªa la suma de votos progresistas. La fragmentaci¨®n de la izquierda gallega ha facilitado el paso a la maquinaria pesada popular.
A las izquierdas, en Galicia, les ha pasado lo que dec¨ªa Curzio Malaparte de los escritores contempor¨¢neos: ¡°No se leen entre s¨ª, se vigilan¡±. Pero tampoco es cierta la estampa de una unidad pastoril de la derecha en Galicia. Hubo dos momentos de grave crisis. Primero, en los a?os ochenta, con la rebeli¨®n de Xos¨¦ Luis Barreiro. Cuando Barreiro buscaba adeptos a su causa, se entrevist¨® con el alcalde de Porri?o, el peso pesado [Jos¨¦ Manuel] Barros, y este le dijo lloroso: ¡°Yo no tengo huevos. ?El que los tiene es Pepe Cui?a!¡±. Xos¨¦ Cui?a, conocido como el Caudillo del Deza, no se sum¨® a aquella rebeli¨®n, pero se erigi¨® en l¨ªder del llamado sector de la Boina, confrontado con el de los Birretes. Simplificando, el bando del ¡°pueblo llano¡±, con l¨ªderes hechos a s¨ª mismos, galleguistas, y el bando de los ¡°se?oritos¡± urbanos, y neocentralistas al estilo Aznar. Los nacidos para mandar. La lucha entre Boinas y Birretes no fue una broma. El Partido Popular estuvo a punto de estallar. Durante la crisis del Prestige, Cui?a, que era vicepresidente y delf¨ªn de Fraga, fue defenestrado. El PP perdi¨® el poder en las urnas. Fue la hora del bipartito, la coalici¨®n de los socialistas con el BNG, en un tiempo en que hablar de ¡°Gobierno de coalici¨®n¡± en Espa?a, y con nacionalistas ¡°perif¨¦ricos¡±, era mentar la bicha. Galicia estaba siendo un laboratorio. A la derecha y a la izquierda. La ca¨ªda en desgracia de Cui?a no significaba la desbanda de la Boina. Era una facci¨®n fuerte. Y aqu¨ª reaparece de nuevo Romay Beccar¨ªa. ?Por qu¨¦ este viaje a la prehistoria? Conocido en confianza como El Obispo, numerario del Opus, hombre muy culto, con pecaminosa pasi¨®n por los autores liberales, Romay era el gran padrino de los Birretes. El dedo que design¨® a Mariano Rajoy. Y el que se fij¨® en un joven llamado Alberto N¨²?ez Feij¨®o. ¡°Es un fen¨®meno¡±, le dijo a Cascos: lo nombraron director de Correos. ¡°Chicos como Feij¨®o no aparecen todos los d¨ªas, a m¨ª me apareci¨® y yo por lo menos no lo estrope¨¦¡±, recordaba Romay en 2022. ?Por qu¨¦ l¨ªder en Galicia y candidato a la Xunta? ¡°Yo no pod¨ªa aspirar a ser presidente¡±. Con ¨¦l era ¡°m¨¢s f¨¢cil¡± someter a los de la Boina. Y Feij¨®o cumpli¨® esa misi¨®n. Ya sin Cui?a, domados e integrados los de la Boina, el bipartito progresista fue desalojado por un pu?ado de votos, en la primera campa?a ¡°trumpista¡±, la gallega del 2009. Un bombardeo de fake news, comenzando por la de la ¡°imposici¨®n¡± ling¨¹¨ªstica. El PP de Galicia, B&B (Boinas y Birretes), populismo de ¨¦lites, entraba de lleno en una nueva fase. Galicia entraba en una nueva fase que el profesor Albino Prada bautiz¨® como ¡°neoliberalismo provinciano¡±.
La ley de especies picantes
Romay Beccar¨ªa, mentor de Feij¨®o, es uno de los grandes anfibios en la transici¨®n de la dictadura a la democracia. El hombre que lo sabe todo, tambi¨¦n los misterios de la G¨¹rtel y la financiaci¨®n del PP: se pas¨® dos a?os encerrado en el despacho que fue de B¨¢rcenas, repasando papel a papel. Cada a?o, por Navidades, en el Congreso regalaba un libro a todos los parlamentarios. Uno de esos libros fue La sociedad abierta y sus enemigos, de Karl Popper. Como disc¨ªpulo, lo razonable es que Feij¨®o lo tuviese de libro de cabecera. Popper ten¨ªa una mirada cr¨ªtica hacia la deriva sensacionalista en los medios, en lo que denominaba con iron¨ªa ¡°la ley de especies picantes¡±. Para mantener la atenci¨®n, cada d¨ªa hay que aumentar la dosis. Cada d¨ªa, las palabras tienen que picar m¨¢s, y Feij¨®o se ha vuelto un adicto al picante. La alternativa al PP no era una potencial coalici¨®n entre BNG, los socialistas y, tal vez, Sumar. No. Ese era un espejismo, un se?uelo. Lo que se decid¨ªa el 18-F ser¨ªa si triunfaba o no ¡°el modelo S¨¢nchez¡±. Esa primera intervenci¨®n de Feij¨®o en la campa?a, el 2 de febrero, en Pedrafita do Cebreiro, entrada en Galicia del Camino de Santiago, dijo: ¡°Galicia no necesita un Puigdemont con otro nombre¡±. ?M¨¢s picante!
El ¡®caucus¡¯ de Feij¨®o
La ley de especies picantes se intensific¨® en v¨ªsperas de las auton¨®micas gallegas. ¡°Espa?a no va a amnistiar al PSOE¡±. Galicia era un factor subalterno en las elecciones gallegas, planteadas como una especie de caucus a favor de Feij¨®o y ¡°un primer golpe a un Gobierno nefasto¡±. Por lo visto, quienes dise?aron la campa?a en ning¨²n momento debieron de considerar que esta estrategia pod¨ªa tener un efecto bumer¨¢n. En lugar de candidato principal, Rueda parec¨ªa un sparring al servicio del campe¨®n Feij¨®o. Y como a veces ocurre en los pre¨¢mbulos del boxeo, se fueron calentando las bocas. El dilema era ¡°o Waterloo o Galicia¡±. Estaban a punto de comparecer en campa?a los agentes de Vlad¨ªmir Putin cuando se produjo el extra?o giro.
?Qu¨¦ pas¨® en el ecuador de la campa?a? En la ya c¨¦lebre comida-mitin de Sarria, el 10 de febrero, parece que se hab¨ªa acabado el piment¨®n Puigdemont. ¡°Claro que estamos a favor de la reconciliaci¨®n¡±, dijo Feij¨®o sobre Catalu?a. ¡°Galicia es mucho m¨¢s que S¨¢nchez. Estas elecciones van de nuestro pueblo¡±, remach¨®. No s¨¦ si es un dato decisivo, pero es muy probable que Feij¨®o, con casa en Coru?a, visitase estos d¨ªas a Romay Beccar¨ªa. El ¨²ltimo libro que estaba leyendo era La b¨²squeda de la felicidad, de Victoria Camps.
La campa?a de la Santa Compa?a
La Santa Compa?a ha estado presente de forma indirecta en la campa?a. Durante el ¨²nico debate al que acudi¨®, el celebrado en la TVG el 5 de febrero, Rueda present¨® como punto estelar de su programa ampliar las bonificaciones del impuesto de sucesi¨®n a los parientes ¡°colaterales¡± del difunto, incluidos los cu?ados. Es una visi¨®n muy integradora y transversal de la Santa Compa?a, en clave tributaria. Ni paro, ni sanidad, ni educaci¨®n, ni vivienda. ?Los difuntos y los colaterales! Juan Manuel de Montenegro, el gran personaje de Valle-Incl¨¢n en las Comedias b¨¢rbaras, una versi¨®n montaraz de Bradom¨ªn, mantiene la altivez cuando se encuentra en la noche con la Santa Compa?a en medio de un camino: ¡°?Sois voces de otro mundo, sois almas en pena o sois hijos de puta?¡±. Por ahora, nadie imagina a Montenegro diciendo: ¡°?Me gusta la fruta!¡±. S¨ª que aparece en el v¨ªdeo de campa?a de Alfonso Rueda: ¡°Galicia non para¡±. El candidato conduce un autob¨²s y va recogiendo viajeros. Uno de los que pretende subir es Puigdemont; Rueda lo deja a la intemperie, bajo la lluvia. Hay que ver c¨®mo la imaginaci¨®n abre paso a la inesperada realidad. Sigamos en el bus. Una de las cosas que los animados pasajeros pueden ver por la ventanilla es un tenderete con un gran letrero o pancarta en la que se lee: Me gusta la fruta (sic). Rueda sonr¨ªe. Como quien dice: ?Son votos!
El ¡®doppelg?nger¡¯
Feij¨®o, por fin, se centr¨®. El martes 13, con tres im¨¢genes de s¨ª mismo saludando en un mitin, lanz¨® este mensaje en las redes: ¡°El mejor presidente para Galicia¡±. Cierto que aparec¨ªa una petici¨®n para Rueda. Pero a esas alturas, ya todo el mundo hab¨ªa identificado a Rueda como un heter¨®nimo de Feij¨®o. O m¨¢s bien un doppelg?nger, el doble fantasmag¨®rico de una persona viva. En tiempos de la Restauraci¨®n, el paso de un joven pol¨ªtico a Madrid se llamaba ¡°el salto del tigre¡±. Y ese fue el salto de Feij¨®o. Pero en la zoopol¨ªtica del poder en Espa?a abundan y compiten m¨¢s que fieras. Gente que disfruta en lo que en la Guerra Fr¨ªa se llam¨® brickmanship, la estrategia de ir al borde. A partir de la noche del 18-F, veremos episodios de lucha ritualizada y si funcionan los inhibidores de la agresividad. El Caballero de la Blanca Luna fue elegante y generoso con Don Quijote despu¨¦s de vencerlo en la playa de Barcelona. Pero los pol¨ªticos de la derecha espa?ola de hoy son muy poco cervantinos. Prefieren la arenga.
El neoliberalismo provinciano
Paro, sanidad, educaci¨®n, vivienda. Esas son las primeras preocupaciones de la poblaci¨®n gallega en todas las encuestas. El principio de realidad. Algo que no percibe u oculta la pol¨ªtica zombi, entretenida con la ley de especies picantes. Si algo en especial moviliza en Galicia es el estado de malestar de la sanidad. Literalmente. La lengua bate donde duele el diente. La sanidad es un modelo de esa pol¨ªtica zombi a la que habr¨ªa llevado el ¡°neoliberalismo provinciano¡± de la actual Xunta. Lo zombi, explicado por Ulrich Beck: ¡°Vivimos, pensamos y actuamos con conceptos anticuados que, no obstante, siguen gobernando nuestro pensamiento y nuestra acci¨®n¡±.
¨D?Y en qu¨¦ consiste el ¡°neoliberalismo provinciano¡±?
¡ªEn los asuntos econ¨®micos y sociales, el neoliberalismo de la Xunta est¨¢ siempre escondido bajo una capa de tecnocracia y eficiencia. Ese lema: ¡°Galicia funciona¡±. Pero, atenci¨®n, no quieren ver ni en pintura un balance objetivo, real, de lo conseguido durante a?os y a?os de Gobierno. B¨¢sicamente, este es neoliberalismo provinciano: entregarles a los amigos ricos sustanciosas subvenciones, darles beneficios fiscales, y escatimar todo lo posible a los servicios p¨²blicos.
Quien habla es Albino Prada, doctor en Ciencias Econ¨®micas y autor de ?Sociedad de mercado o sociedad decente? (Universidad de Vigo, 2023). Hay una elocuencia dram¨¢tica en los datos reales. Por ejemplo, la p¨¦rdida demogr¨¢fica no se detiene a?o tras a?o. En el primer censo, en 1787, uno de cada ocho espa?oles era gallego. Ahora, es gallego uno de cada 18 espa?oles. ¡°La poblaci¨®n joven, entre 16 y 34 a?os, pas¨® de 750.000 en 2002 a 470.000 en 2023. Una ca¨ªda que va camino de la mitad en 20 a?os, mientras en Espa?a es casi estable. Para salir corriendo¡±, dice Prada.
El libro del desasosiego
Dos d¨ªas despu¨¦s de las primeras elecciones democr¨¢ticas, el 17 de junio de 1977, un ni?o de ocho a?os asist¨ªa a un acto m¨¢gico en una galer¨ªa de Lugo. La creaci¨®n de una nueva editorial. Hace 20 a?os, Henrique Alvarellos hered¨® aquella empresa. Y desde hace cuatro, preside la Asociaci¨®n Galega de Editoras, integrada por 45 empresas. Habla de cada libro con la pasi¨®n del bot¨¢nico que descubre una nueva especie de planta medicinal. ¡°No editamos mercado, editamos cultura, pero somos conscientes de que vivimos en el mercado¡±. Ha o¨ªdo cosas duras, pero quiz¨¢ lo que m¨¢s doli¨® fue esta pedrada: ¡°Est¨¢is fabricando zapatos para quien no quiere zapatos¡±. ?l est¨¢ convencido de que los libros son tan necesarios en la vida como saber atarse los propios zapatos. Por eso le perturba el tener que usar con tanta frecuencia el prefijo des- (en el diccionario RAE, ¡°Denota negaci¨®n o inversi¨®n del significado de la palabra simple a la que va antepuesto¡±). Por ejemplo, desmantelamiento. En los ¨²ltimos 15 a?os, se han perdido la mitad de los empleos directos y se editan la mitad de los libros en gallego: se ha pasado de dos mil a mil. En este per¨ªodo, ha disminuido en un 60% la aportaci¨®n de la Xunta para dotar de libros a las bibliotecas p¨²blicas. Una librer¨ªa, sea en un barrio o en un pueblo, es un punto cero, un lugar de encuentro y de iniciativas creativas. ¡°Pero estamos sufriendo la peor sequ¨ªa, la del desamparo¡±, afirma Alvarellos. En 2006, en el Parlamento gallego se aprob¨® la Ley del Libro y de la Lectura. Por unanimidad. Se declaraba que el del libro era un sector estrat¨¦gico. Pero todo ha ido a peor en estos ¨²ltimos a?os. ¡°La comparaci¨®n con el n¨²mero de lectores del euskera y catal¨¢n es tremenda. Nos doblan y triplican. Hay una involuci¨®n acusad¨ªsima. ?C¨®mo resistimos 45 editoriales? Mucha austeridad, mucho esfuerzo y un p¨²blico lector a prueba de incendios¡±.
¨D?Y no ser¨¢ culpa de los ¡°zapatos¡±?
¨DEn Galicia se vive, en creaci¨®n literaria, y en todos los g¨¦neros, un tiempo extraordinario. Un dato significativo: en los cinco ¨²ltimos a?os, la literatura gallega ha dado 10 premios nacionales de Espa?a, en poes¨ªa, narrativa y teatro. La mayor¨ªa, escritoras. Algo excepcional. Esa eclosi¨®n tambi¨¦n se da en la literatura infantil y juvenil. Los ¡°zapatos¡± son magn¨ªficos, pero no est¨¢n visibles. Los recortes y la marginaci¨®n ling¨¹¨ªstica nos est¨¢n desertificando. La Xunta no escucha. Lo hemos intentado muchas veces, a?o tras a?o, pero no hemos conseguido que nos reciban ni Feij¨®o ni Rueda. La desafecci¨®n. No somos pedig¨¹e?os. Es el libro el que llama.
La crisis de los grelos
En Galicia, las principales cat¨¢strofes ambientales se producen por siniestros mar¨ªtimos. Se vive en primera l¨ªnea de riesgo: por el corredor atl¨¢ntico pasan casi 40.000 buques cada a?o, muchos de ellos transportando mercanc¨ªas peligrosas. Despu¨¦s del Prestige, la ¨²ltima crisis, la marea de pellets o micropl¨¢sticos, volvi¨® a mostrar a esta Xunta como una instituci¨®n zombi. Durante la campa?a, Feij¨®o, en sinton¨ªa con Vox, no alert¨® contra la cat¨¢strofe clim¨¢tica sino contra quienes tratan de frenarla. El dogmatismo clim¨¢tico. La mejor respuesta la ha dado la naturaleza. Una potente se?a de identidad comestible en Galicia son los grelos. Es inconcebible un cocido de carnaval sin grelos. Como San Patrick explic¨® la sant¨ªsima trinidad con el tr¨¦bol, s¨ªmbolo de Irlanda, hab¨ªa curas en Galicia que explicaron el misterio de tres personas y un solo Dios verdadero con esta planta: nabo, nabiza y grelo. En los ¨²ltimos a?os escasean los grelos. Y este carnaval, el milagro era conseguirlos. La tesis del ¡°dogmatismo ambiental¡± lo que viene a demostrar es que los conservadores son muy poco conservadores. Hay que ir a la ra¨ªz de las palabras. Los verdaderos conservadores en Galicia son gente como las de Mar de F¨¢bula, una asociaci¨®n de la Costa da Morte, que cada domingo sale a recoger la basura pl¨¢stica en las playas.
El negacionismo informativo
La Xunta procura estar omnipresente en los medios. Pero hay un peri¨®dico al que nunca concedieron entrevistas ni Feij¨®o ni Rueda. Es el peri¨®dico m¨¢s joven de Galicia, creado en 2020. Nativo en papel y escrito en gallego. La redacci¨®n de N¨®s Diario, con 15 personas fijas, y unas 115 como colaboradoras, anda en su mayor¨ªa entre los 30 y los 40 a?os. Distribuido en toda Galicia, adem¨¢s de la venta en quioscos, el principal sost¨¦n son sus tres mil suscriptores. Su directora, Mar¨ªa Obelleiro, de 38 a?os, cuenta que era tanto el escepticismo que, cuando naci¨® el peri¨®dico, hab¨ªa gente que la felicitaba con cara de funeral: ¡°Yo respond¨ªa que lo imposible es lo que no se intenta. Fue muy dif¨ªcil, pero la nave va¡±.
Lo que nunca pens¨® Mar¨ªa Obelleiro es que iban a vivir una experiencia de ¡°serie negra¡± en la que el escenario principal ser¨ªan las oficinas del poder pol¨ªtico. Esta es la trama, en sinopsis de la directora de N¨®s Diario: ¡°Este peri¨®dico podr¨ªa verse como un hito hist¨®rico. De las 12 cabeceras que hay, la ¨²nica en gallego. Pues bien, hemos sido excluidos, a?o tras a?o, de todas las ayudas previstas para las empresas period¨ªsticas, de todo convenio y de toda publicidad p¨²blica. Cumplimos todas y cada una de las condiciones que se exigen en el Diario Oficial de Galicia. Estamos auditados, tanto por OJD como el EGM. No solo eso. Se nos boicotea. Se nos niega el acceso a la informaci¨®n oficial, lo que dificulta cualquier periodismo de investigaci¨®n. A m¨ª me expulsaron de las tertulias en las que participaba en los medios p¨²blicos. Nos bombardean con burofaxes con presiones y amenazas de querellas. Tenemos que preguntarnos por qu¨¦. Y la respuesta es que no somos d¨®ciles. El lado positivo es que tenemos independencia, con el apoyo de las suscripciones, para romper el silencio en casos nunca contados¡±.
¨D?Por ejemplo?
¨DUna exconsejera de Medio Ambiente es nombrada, al poco de dimitir, alto cargo de una gran empresa energ¨¦tica sobre la que hab¨ªa emitido informes para concesiones. La gerente de la Sanidad p¨²blica es hermana del gerente de la patronal de la Sanidad privada. El proceso por acoso laboral a directivos de la CRTVG¡
¨D?Le hab¨¦is dado la palabra a la Xunta?
¨DNunca han accedido a ser entrevistados. Ni Feij¨®o, ni Rueda. Y ese negacionismo informativo es un problema para nosotros¡y para ellos. Solo est¨¢n acostumbrados al halago. ?Al botafumeiro!
La instituci¨®n zombi
Feij¨®o encaden¨® cuatro mayor¨ªas absolutas. El referente Feij¨®o era polis¨¦mico. Autonomista recentralizador, privatizador p¨²blico. Cuando Feij¨®o dej¨® el Gobierno de Galicia en manos de Rueda para liderar la derecha espa?ola, la Xunta era ya lo que el soci¨®logo alem¨¢n Ulrich Beck, autor de La sociedad del riesgo, llamar¨ªa una ¡°instituci¨®n zombi¡±.
El Almeiro y la Marca do Medo
En el fondo submarino de Galicia, la gente del mar distingue dos espacios contrapuestos. Por un lado, el Almeiro (cardume), el lugar de la vida, del deseo, de la cr¨ªa, con sus grutas, refugios y prados de posidonia. La excitaci¨®n creativa. Por otro, la Marca do Medo, el lugar del abandono, de la memoria del esquilme y la sobrepesca. La excitaci¨®n destructiva. Eros y T¨¢natos en el oc¨¦ano. Esos espacios pueden servir tambi¨¦n para un mapa psicogeogr¨¢fico del pa¨ªs atl¨¢ntico. En lugar de los t¨®picos souvenirs, en el Almeiro gallego podr¨ªan figurar obras que invitasen a una mirada alejada del tipismo. Por ejemplo, A derradeira lecci¨®n do mestre (La ¨²ltima lecci¨®n del maestro), ¨®leo de 1945, que se conserva en el Centro Galicia de Buenos Aires. Conocido como el Guernica gallego, homenajea a los maestros y maestras objetivo de caza despu¨¦s del golpe de 1936. O la fotograf¨ªa O home e o neno (El hombre y el ni?o), de Manuel Ferrol, tomada en el puerto de A Coru?a en 1957, censurada durante a?os en Espa?a, y que es ya un icono del drama de la emigraci¨®n. Y el cuadro que pint¨® Isaac D¨ªaz Pardo en 1974: A muller que leva na cabeza as cousas que vai precisar na vida (Mujer que lleva en la cabeza las cosas que va a precisar en la vida). En este primer cuarto de siglo XXI, hay en Galicia una revoluci¨®n cultural, sea en literatura, cine o m¨²sica, una revoluci¨®n cultural protagonizada por mujeres. Y en cuanto a la Marca del Miedo, est¨¢ claramente en retroceso. En 1981, de pr¨¢cticas en el centro de TVE en Galicia, en plena pol¨¦mica sobre el aborto, me encargaron entrevistar a la gente en la calle para saber su opini¨®n. En la plaza do Toural, en Santiago, abord¨¦, micr¨®fono en ristre, a una mujer de aspecto campesino, con una cesta encima de la cabeza. Le pregunt¨¦, me mir¨® con estupor y me dijo: ¡°Yo no soy de aqu¨ª que vine a comprar unos zapatos¡±. Estoy seguro de que hoy me dir¨ªa lo que piensa de las elecciones. O contestar¨ªa a la manera de un personaje de Castelao: ¡°Pues ya que lo sabes, te lo voy a contar¡±.