El PP de Galicia monopoliza el espacio de la derecha en una re?ida pugna entre bloques
La suma de populares y Vox aventaj¨® en menos de dos puntos al conjunto del disperso voto de la izquierda
Debajo de la fotograf¨ªa que ofrece la gran victoria del PP en las elecciones auton¨®micas del pasado domingo se oculta una Galicia mucho m¨¢s partida ideol¨®gicamente de lo que pudiera parecer. La distancia entre los bloques de derecha e izquierda en esta comunidad ...
Debajo de la fotograf¨ªa que ofrece la gran victoria del PP en las elecciones auton¨®micas del pasado domingo se oculta una Galicia mucho m¨¢s partida ideol¨®gicamente de lo que pudiera parecer. La distancia entre los bloques de derecha e izquierda en esta comunidad suele ser de apenas unos miles de votos, poco m¨¢s de 26.000 de un total de casi 1,5 millones este 18-F. La tendencia se repite desde hace ya dos d¨¦cadas. En las elecciones auton¨®micas, la balanza se inclina a la derecha, como en esta ocasi¨®n. Y en generales y municipales se decanta levemente por la izquierda, como sucedi¨® en mayo y julio de 2023. La gran diferencia es que el PP no ha dejado crecer nada a su derecha, mientras la izquierda arrastra divisiones varias, la principal, entre nacionalistas y no nacionalistas. De ese modo los populares cuentan cada cita para renovar el Parlamento gallego desde hace 15 a?os como triunfos arrasadores.
El porcentaje de votos obtenido por la candidatura que encabezaba este domingo Alfonso Rueda es casi una fotocopia exacta del que cosech¨® en otras auton¨®micas Isabel D¨ªaz Ayuso el pasado mayo: 47,36% el presidente gallego frente a 47,32% la madrile?a, solo cuatro cent¨¦simas de diferencia a favor del primero. El paralelismo entre ambas comunidades desaparece cuando se pasa a comparar bloques ideol¨®gicos. En Madrid, a los datos de Ayuso se le sum¨® el 7,35% cosechado por Vox, lo que arroj¨® como resultado que la derecha en su conjunto barriese a la suma de las fuerzas de izquierda. En Galicia, en cambio, la extrema derecha no pas¨® del 2,19% y todo result¨® mucho m¨¢s igualado visto desde la perspectiva de los ejes ideol¨®gicos.
La izquierda alimentaba sus frustradas aspiraciones de acabar con el largo mandato del PP en Galicia apelando a lo sucedido el 23-J. Con ese mensaje martillearon Pedro S¨¢nchez y Yolanda D¨ªaz durante toda la campa?a. En las elecciones generales del pasado a?o, el conjunto de la izquierda ¡ªPSOE, Sumar y BNG¡ª hab¨ªa aventajado en casi 27.000 votos a las dos formaciones de la derecha, 50,94% contra 49,26%. Ahora la correlaci¨®n de fuerzas se ha invertido, con pr¨¢cticamente la misma diferencia de sufragios pero en favor de la derecha. En porcentajes, la suma de PP y Vox alcanz¨® el 49,55% y la de los partidos de izquierda 47,77%.
En esta comparaci¨®n no se contabiliza a Democracia Ourensana (DO), debutante en el Parlamento gallego, por la dificultad de su adscripci¨®n ideol¨®gica. Las encuestas ya indicaban que la formaci¨®n del alcalde de Ourense, Gonzalo J¨¢come, se llevaba votos de ambos lados del espectro. El an¨¢lisis de las cifras de este domingo parece confirmar que DO ¡ªcon cerca de un 9% en la provincia y de un 18% en la capital¡ª ha picado tanto en los caladeros del PP como en los del PSdeG-PSOE. Los populares han retrocedido tres puntos en esa circunscripci¨®n y los socialistas siete, dos m¨¢s que el crecimiento registrado por el BNG.
La suma de las dos formaciones de la derecha recogi¨® m¨¢s de la mitad de la papeletas escrutadas en tres de las cuatro provincias gallegas. Solo en Pontevedra se impuso claramente la izquierda, con un 52% contra un 46%. En esta circunscripci¨®n, como en las dem¨¢s, el PP concentr¨® casi todo el espacio de la derecha ¡ªse situ¨® en un 44%¡ª por lo que en esca?os se registr¨® empate entre ambos ejes: 11 para el PP, 8 para el BNG y 3 para el PSdeG. Una prueba m¨¢s de c¨®mo el sistema electoral penaliza la dispersi¨®n de candidaturas. Tanto es as¨ª que el PP podr¨ªa haber alcanzado la mayor¨ªa absoluta en Galicia incluso reuniendo menos votos que el conjunto de la izquierda. Ya sucedi¨® en 2009, cuando Alberto N¨²?ez Feij¨®o reconquist¨® la Xunta para el PP al conseguir 38 de los 75 esca?os del Parlamento gallego, pese a que se anot¨® 9.000 sufragios menos que los reunidos entre socialistas y nacionalistas, las dos fuerzas que hab¨ªan gobernado en coalici¨®n los cuatro a?os anteriores.
La fractura entre bloques ideol¨®gicos cabalga en Galicia sobre otras dos brechas interrelacionadas: una generacional y otra geogr¨¢fica. Las encuestas apuntaban que el BNG era con diferencia la opci¨®n preferida entre los menores de 30 a?os y que el PP arrasaba entre los mayores de 65, lo que a su vez se solapa con la distancia entre la mayor juventud de las ciudades y el envejecimiento de las zonas rurales. El escrutinio lo ha confirmado plenamente. En nuevos barrios de Vigo y A Coru?a con baja media de edad, el BNG super¨® el 40%, mientras que el rodillo del PP se muestra aplastante en las peque?as localidades del interior.
En Galicia se habla siempre de siete ciudades principales, las cuatro capitales de provincia m¨¢s Vigo, Santiago y Ferrol. La suma de la izquierda se impuso en todas menos en Lugo, donde el PP por s¨ª mismo super¨® la mitad de los votos (en la provincia la suma de la derecha lleg¨® al 55%). La diferencia por ¨¢mbitos geogr¨¢ficos se ilustra comparando territorios muy pr¨®ximos. El PP obtuvo en Santiago el 45,63% mientras que se dispar¨® por encima del 60% en O Pino, Santa Comba o Val do Dubra, tres ayuntamientos rurales y agr¨ªcolas que rodean la capital auton¨®mica. En Vigo, la primera ciudad de Galicia, los populares cayeron hasta el 35%, 10 puntos menos que en el cercano y peque?o municipio de Mondariz.
Seg¨²n los c¨¢lculos del equipo de datos de EL PA?S, Rueda se qued¨® en el 42% de los sufragios en los ayuntamientos de m¨¢s de 23.000 habitantes y escal¨® hasta el 52% en el resto. En este aspecto, la ley electoral gallega tambi¨¦n juega a favor del PP, ya que prima a las dos provincias m¨¢s rurales y menos pobladas, Lugo y Ourense. Los pontevedreses eligen un diputado por cada 41.000 electores; los lugueses, uno por cada 24.000 censados.