El PP resiste con fuerza en Galicia y mantiene la mayor¨ªa absoluta

El PP gallego volvi¨® a ofrecer este domingo una apabullante muestra de su capacidad de resistencia. Ni el desgaste de 15 a?os en el poder, ni la presencia de un candidato nuevo, ni una campa?a err¨¢tica que provoc¨® el desconcierto entre sus propias filas, ni siquiera una gran movilizaci¨®n de votantes como la que so?aba la izquierda¡­ Nada afect¨® en lo m¨¢s m¨ªnimo a la fortaleza popular, que, pese a ceder dos esca?os, mantiene holgadamente la mayor¨ªa absoluta en el Parlamento gallego ¡ª40 diputados sobre 75¡ª, la quinta consecutiva desde 2009.

Las urnas confirmaron el fuerte crecimiento del nacionalismo que, como era previsible, rompi¨® su techo hist¨®rico y super¨® el 30% de los votos. Pero toda esa ganancia del BNG se produjo a costa del PSdeG-PSOE, v¨ªctima de una sangr¨ªa que lo ha dejado en apenas nueve esca?os, la tercera parte de lo que lleg¨® a tener en sus mejores ¨¦pocas. Peor le fue a¨²n al otro socio del Gobierno central, Sumar, que no lleg¨® ni al 2%.

Si las elecciones gallegas se hab¨ªan presentado como una prueba para Alberto N¨²?ez Feij¨®o, el liderazgo en el PP del pol¨ªtico gallego ha salido inc¨®lume del envite. Entre Feij¨®o y el sucesor a quien cedi¨® el testigo en la Xunta hace dos a?os, Alfonso Rueda, han logrado romper las marcas que parec¨ªan imbatibles del viejo patr¨®n Manuel Fraga. El fundador del PP hab¨ªa alcanzado la haza?a de encadenar cuatro mayor¨ªas absolutas antes de perderla en 2005. Rueda disfrutar¨¢ ahora de la quinta consecutiva y podr¨¢ prolongar el mandato del PP hasta casi dos d¨¦cadas. Un abrumador dato lo resume todo: desde la primera victoria de Fraga en 1989, en Galicia se han celebrado 10 elecciones y los populares han obtenido la mayor¨ªa en nueve de ellas. ¡°Galicia mand¨® un mensaje a Espa?a¡±, dijo Rueda cerca de la medianoche. ¡°No queremos chantajes. Ni privilegios de ning¨²n tipo¡±.

La izquierda fiaba toda su suerte a una gran participaci¨®n, en la creencia de que los rutilantes triunfos del PP en las auton¨®micas se beneficiaban de una mayor apat¨ªa del electorado que en generales o municipales. Y la participaci¨®n, efectivamente, se dispar¨®, hasta alcanzar el 67%, nueve puntos m¨¢s que en los anteriores comicios. Pero todo result¨® un espejismo para los adversarios del PP.

Aunque cediesen dos esca?os, los populares conservan casi intacto el fuerte respaldo logrado en 2020. Solo bajan unas d¨¦cimas y se mantienen por encima del 47%. Como la participaci¨®n fue mayor, Rueda ha logrado recoger incluso unos 70.000 votos m¨¢s que Feij¨®o en 2020. En la provincia m¨¢s inclinada a la izquierda, Pontevedra, el PP avanz¨® m¨¢s de un punto.

La mayor p¨¦rdida de los populares ¡ªunos tres puntos¡ª se registr¨® en Ourense, donde la formaci¨®n populista del alcalde Gonzalo J¨¢come logr¨® finalmente colocar un diputado en el Parlamento de Santiago, de escaso valor ante el rotundo triunfo de Rueda. Todo indica que Democracia Ourensana ha acabado da?ando en mayor medida al PSdeG, que perdi¨® siete puntos en esta provincia. El PP volvi¨® adem¨¢s a mantener a raya a Vox, que confirm¨® que Galicia es territorio hostil para la extrema derecha. Los de Santiago Abascal volvieron a quedarse en apenas el 2%.

Para el BNG fue una noche agridulce. El ¨¦xito de la candidatura de Ana Pont¨®n result¨® tan incontestable como vaticinaban las encuestas. Subi¨® casi ocho puntos y se encaram¨® hasta el 31%, a mucha distancia de su techo hist¨®rico del 25%. Alcanz¨® algunos hitos de gran simbolismo, como ser la fuerza m¨¢s votada en Vigo, la primera ciudad de Galicia. Pero el fort¨ªsimo crecimiento del nacionalismo deriv¨® en algo muy pr¨®ximo al juego de suma cero que muchos se tem¨ªan en la izquierda. Casi todo se aliment¨® de la bajada del PSdeG y del espacio ahora dividido entre Sumar y Podemos. La distancia entre los dos ejes derecha e izquierda apenas se movi¨® respecto a 2020, cuando la participaci¨®n hab¨ªa sido casi 10 puntos inferior. Las cifras hacen pensar que la posibilidad de que los nacionalistas se hiciesen por primera vez con el poder en la Xunta acab¨® movilizando tambi¨¦n al electorado de la derecha.

Con todo eso, el PSdeG se encamin¨® a un desastre monumental. Ven¨ªa ya de los peores resultados de su historia hace cuatro a?os y se hundi¨® todav¨ªa m¨¢s, al perder cinco esca?os y m¨¢s de cinco puntos. Se qued¨® por debajo del 15% cuando en otras ¨¦pocas no tan lejanas lleg¨® a estar por encima del 30%. La concentraci¨®n del voto de la izquierda en el BNG y el escaso tiempo para lanzar a su candidato, Jos¨¦ Ram¨®n G¨®mez Besteiro, que toda la campa?a apareci¨® como subalterno de los nacionalistas, le han pasado una enorme factura. Y el rev¨¦s tambi¨¦n lo sufre el Gobierno central, despu¨¦s de que Pedro S¨¢nchez y sus ministros se volcasen en la campa?a en un intento de arrinconar a Feij¨®o con un mal resultado electoral.

Tanto o m¨¢s dolorosa fue la jornada para los socios de S¨¢nchez en el Ejecutivo. Yolanda D¨ªaz encaj¨® en su tierra la peor derrota pol¨ªtica en mucho tiempo despu¨¦s de que su electorado se pasase en masa al BNG. La candidatura que encabezaba su exportavoz en el Congreso Marta Lois no lleg¨® ni al 2%, por detr¨¢s incluso de Vox, cuando en las elecciones generales del pasado julio hab¨ªa recogido en Galicia un 10%. Lo de Podemos resulta a¨²n m¨¢s dram¨¢tico: su 0,26% lo supera hasta el PACMA.