Feij¨®o entierra el l¨ªmite de no cogobernar con Vox y acelera ahora los pactos con los ultras
Las conversaciones con la extrema derecha en la Comunidad Valenciana ya estaban avanzadas cuando los populares pidieron el paso atr¨¢s del condenado por violencia machista, aunque el candidato de Abascal no se marcha e ir¨¢ al Congreso
Hace solo unos d¨ªas, el lunes 5 de junio, el portavoz de campa?a del PP, Borja S¨¦mper, promet¨ªa en la rueda de prensa tras el comit¨¦ de direcci¨®n que el partido iba a hacer todo lo posible para evitar los gobiernos conjuntos con Vox. ¡°Vamos a intentar hasta el final conformar gobiernos tambi¨¦n en las comunidades solo por el PP. Este es nuestro compromiso y nuestra decisi¨®n¡±, sostuvo S¨¦mper, uno de los dirigentes populares m¨¢s cr¨ªticos con el partido de la extrema derecha, al que en esa comparecencia llam¨® ¡°ultra¡±. Apenas una semana despu¨¦s, sin embargo, cuando solo hab¨ªan pasado 16 d¨ªas de las elecciones y en la primera reuni¨®n p¨²blica entre el PP y Vox en la Comunidad Valenciana, ambos partidos anunciaron un acuerdo para gobernar de forma conjunta esa comunidad aut¨®noma con la ¨²nica condici¨®n de que el candidato ultra no entrara en el Gobierno (ir¨¢ al Congreso). Es decir, sin intentar evitarlo ¡°hasta el final¡±, al contrario; porque las Cortes Valencianas no se constituyen hasta el 27 de junio. El PP ha cambiado de estrategia y ahora acelera los acuerdos con la extrema derecha, a pesar de que su primera intenci¨®n era postergarlos, y pese a que lastra la credibilidad del discurso de Feij¨®o de que gobernar¨¢ en solitario si gana las generales.
No solo fue S¨¦mper. Unos d¨ªas antes, el 1 de junio, el l¨ªder del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, inst¨® a Vox a dejar gobernar al PP en solitario en las seis autonom¨ªas y la treintena de ayuntamientos en los que tiene la llave. ¡°Si esa fuerza [Vox] quiere derogar al sanchismo, est¨¢ en disposici¨®n de facilitarlo¡±, dijo el l¨ªder popular, emplazando al partido de Santiago Abascal a entregarles sus votos. ¡°Si lo que pretende [Vox] es una cuota de poder con consejer¨ªas o ministerios, eso es otra cosa. Pero que lo digan. Yo espero que no se interrumpa el camino y si en Valencia, en Baleares ha ganado el PP, que nadie interrumpa lo que ha ganado en las urnas¡±, inst¨® Feij¨®o a Vox. El tira y afloja ha durado en realidad apenas dos semanas. El PP ni siquiera ha escenificado un largo proceso negociador con la extrema derecha para tratar de evitar cogobernar en la cuarta autonom¨ªa m¨¢s poblada de Espa?a.
?Qu¨¦ ha ocurrido para que se diera ese aceler¨®n en el acuerdo en la Comunidad Valenciana, en principio el m¨¢s delicado de todos? La secuencia de los hechos apunta a unas negociaciones mucho m¨¢s avanzadas de lo que se hac¨ªa ver en p¨²blico, como reconocen fuentes del PP. ¡°No estaba hecho, pero ya hab¨ªan hablado¡±, admiten en el partido. El lunes, el portavoz de campa?a del PP defini¨® como ¡°l¨ªnea roja¡± la presencia en el futuro Gobierno valenciano de Carlos Flores Juber¨ªas, el candidato de Vox que fue condenado hace dos decenios por maltrato a su exmujer. Y apenas 24 horas despu¨¦s, Vox aceptaba dejarlo fuera, aunque a cambio ir¨¢ de candidato al Congreso en las elecciones generales del 23 de julio. ¡°Yo no doy un paso al lado, doy un paso adelante¡±, se reivindic¨® el dirigente condenado, que sostiene que tiene intenci¨®n de hacer en el Congreso ¡°lo mismo¡± que ha hecho en las Cortes Valencianas: ¡°Colaborar en la formaci¨®n de un Gobierno de cambio¡±.
El PP cree que puede vender como un ¨¦xito que Flores Juber¨ªas se aparte del Gobierno valenciano, mientras se desentiende de que vaya a ir al Congreso como n¨²mero de Vox uno por Valencia. ¡°Nosotros no hacemos las listas de otros partidos pol¨ªticos. El pacto es sobre el Gobierno. La de Vox no es nuestra lista¡±, argumentan en G¨¦nova.
El PP defini¨® una l¨ªnea roja y Vox la acept¨® sin rechistar y a toda velocidad, lo que alimenta la tesis de que todo estaba ya pactado. Sin embargo, fuentes de la direcci¨®n popular aseguran que cuando S¨¦mper lanz¨® el lunes el ¨®rdago sobre Flores Juber¨ªas, el pacto no estaba hecho, sino que, al contrario, temieron que pudiera descarrilar por las palabras del portavoz de campa?a, que ¡°dijo lo que pensaba¡±. El ultim¨¢tum no estaba preparado, sostienen en el PP, recordando que S¨¦mper manifest¨® su criterio propio a la pregunta concreta de una periodista. Seg¨²n estas mismas fuentes, el pacto con Vox se precipit¨® tras lo sucedido, aunque reconocen que las conversaciones con la formaci¨®n de ultraderecha ya estaban avanzadas.
El r¨¢pido acuerdo valenciano implica un giro en la estrategia del PP, que sali¨® de las elecciones del 28 de mayo con la intenci¨®n de postergar todo lo posible los pactos con Vox. En la direcci¨®n popular sostienen que la izquierda se encuentra ahora en tal situaci¨®n de debilidad que no les preocupa. ¡°El grado de encabronamiento con Pedro S¨¢nchez es tan grande, que no nos afecta el pacto con Vox¡±, defienden en la c¨²pula de Feij¨®o, donde se?alan que han preferido evitar la imagen de caos que atribuyen a la izquierda: ¡°Aqu¨ª los culebrones no se prolongan¡±. Adem¨¢s, Feij¨®o hace tiempo que ensaya la t¨¢ctica con la que Juan Manuel Moreno gan¨® con mayor¨ªa absoluta las ¨²ltimas elecciones andaluzas: utilizar el riesgo de un pacto con Vox precisamente para reclamar una concentraci¨®n del voto en el PP que le evite tener que gobernar con los ultras.
El problema de la nueva estrategia del PP con los pactos con Vox es que afecta a la credibilidad del discurso de Feij¨®o sobre que gobernar¨¢ en solitario si gana las elecciones del 23 de julio. Si el l¨ªmite ha saltado por los aires en las comunidades aut¨®nomas y los ayuntamientos, ?qu¨¦ hace pensar que no lo har¨¢ tras las generales? En el equipo directo del l¨ªder responden sin descartar ning¨²n escenario: ¡°Queremos gobernar en solitario, ojal¨¢ la aritm¨¦tica nos lo permita¡±. El PP ensaya un nuevo discurso en el que ya no se cierra en banda a los acuerdos con la extrema derecha. Fuentes de la direcci¨®n reconocen que ¡°el PP va a seguir defendiendo gobiernos en solitario. Pero si la alternativa es la oposici¨®n, no¡±.
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