Yolanda D¨ªaz huye del plebiscito sobre el sanchismo
Cerrado el conflicto de las listas, Sumar busca su hueco fuera de las posiciones m¨¢s polarizadas
La calle de Madrid no es un lugar f¨¢cil para los pol¨ªticos del Gobierno. En ning¨²n sitio como en la capital se palpa a flor de piel la hostilidad que una parte de la poblaci¨®n ha cultivado contra eso que llaman sanchismo. Pero Yolanda D¨ªaz logra escapar a ese ambiente enfebrecido y encanallado. La vicepresidenta segunda y candidata de Sumar sale de su residencia en el edificio de Nuevos Ministerios, se toma un vino en una terraza y se da un largo paseo por el barrio de Chamber¨ª,...
La calle de Madrid no es un lugar f¨¢cil para los pol¨ªticos del Gobierno. En ning¨²n sitio como en la capital se palpa a flor de piel la hostilidad que una parte de la poblaci¨®n ha cultivado contra eso que llaman sanchismo. Pero Yolanda D¨ªaz logra escapar a ese ambiente enfebrecido y encanallado. La vicepresidenta segunda y candidata de Sumar sale de su residencia en el edificio de Nuevos Ministerios, se toma un vino en una terraza y se da un largo paseo por el barrio de Chamber¨ª, feudo electoral claramente conservador, sin que la asalte una mala palabra. Al contrario, de vez en cuando se acerca alguien a pedirle una foto, el joyero artesanal que vende sus creaciones por la calle le declara su admiraci¨®n y una mujer sale apresurada de un bar para acariciarle los o¨ªdos:
¡ª ?Te queremos mucho, Yolanda! Llevamos toda la ma?ana hablando de ti.
D¨ªaz, uno de los rostros m¨¢s populares del Gobierno y encarnaci¨®n de su ala izquierda, ha conseguido evitar la animadversi¨®n que la derecha profesa a Pedro S¨¢nchez. Lo confirman todas las encuestas: es una mujer que no suscita grandes rechazos, ni siquiera entre el electorado conservador. Ella se agarra a ese fen¨®meno para buscar su hueco en una atm¨®sfera tan polarizada con un estilo radicalmente opuesto al del viejo Unidas Podemos (UP).
All¨¢ donde Pablo Iglesias llamaba a alistarse a una guerra cultural sin descanso con la derecha, la l¨ªder de Sumar apuesta por una campa?a centrada en ¡°propuestas para mejorar la vida de la gente¡± y en procurar la ¡°transversalidad¡±. Es el m¨¦todo con el que intenta no quedar sepultada en ese plebiscito sobre el dichoso sanchismo en que ya se convirti¨® la campa?a del 28-M y que corre el riesgo de reproducirse en esta. Y al mismo tiempo diferenciarse del PSOE sin dejar por ello de reivindicar el legado del Gobierno de coalici¨®n.
En la semana en que toda la atenci¨®n preelectoral estuvo volcada en la presencia de Pedro S¨¢nchez y Alberto N¨²?ez Feij¨®o en El Hormiguero, la vicepresidenta tuvo que conformarse con una cita televisiva de bastante menos impacto, El Intermedio. All¨ª debi¨® enfrentarse de nuevo a la cuesti¨®n que la persigue en cada entrevista en las ¨²ltimas dos semanas: ?vet¨® usted a Irene Montero en las listas electorales? Desde que se cerraron las candidaturas, el ruido interno en el espacio a la izquierda del PSOE ha cesado casi por completo. Del grupo m¨¢s pr¨®ximo a Iglesias no han vuelto a escucharse cr¨ªticas, aunque tampoco inequ¨ªvocas manifestaciones de apoyo. La direcci¨®n de Sumar ha incorporado a personalidades de Podemos como el economista Nacho ?lvarez, n¨²mero dos en el Ministerio de Asuntos Sociales de Ione Belarra, o Alejandra Jacinto, la reciente candidata de la formaci¨®n en las elecciones auton¨®micas de Madrid. En Sumar sostienen que les habr¨ªa resultado m¨¢s pernicioso soportar los ataques por las consecuencias de la ley del solo s¨ª es s¨ª, uno de los grandes elementos de desgaste del Gobierno, si la ministra de Igualdad hubiese tenido protagonismo en la campa?a. Pero los ecos del conflicto interno todav¨ªa no se han acallado, con el consiguiente da?o a un espacio pol¨ªtico que ya arrastra el estigma de su procelosa convivencia interna.
La agon¨ªa que precedi¨® a la elaboraci¨®n de las listas, con la incertidumbre sobre si Podemos se incorporaba o no a la plataforma, retard¨® el arranque del proyecto. ¡°La campa?a no ha arrancado, pero no para nosotros, para nadie¡±, afirma un destacado dirigente de la formaci¨®n. La discusi¨®n sobre los pactos en municipios y comunidades aut¨®nomas, en todo caso, y la vertiente televisiva de la precampa?a han conferido a PSOE, PP e incluso a Vox un protagonismo mucho mayor que a D¨ªaz. En Sumar se dan por satisfechos con la cuota de atenci¨®n que alcanz¨® su ¨²ltima propuesta, la de reducir la jornada laboral a 32 horas semanales, y que les ha permitido acu?ar un mensaje: ¡°Si volvemos al Gobierno, saldr¨¢s del trabajo una hora antes¡±.
Hace unos meses, cuando el proyecto de D¨ªaz estaba todav¨ªa en embri¨®n, las encuestas dispararon sus expectativas. Alg¨²n analista como Iv¨¢n Redondo, antiguo gur¨² de S¨¢nchez, hasta otorgaba a la pol¨ªtica gallega posibilidades de convertirse en la primera presidenta del Gobierno. Las expectativas han menguado desde entonces. Los sondeos apuntan ahora a que parte del voto que Sumar pod¨ªa arrebatar al PSOE est¨¢ regresando a S¨¢nchez. La mayor¨ªa de las encuestas sit¨²a al movimiento de D¨ªaz en unos niveles similares a los que obtuvo UP en 2019.
En la direcci¨®n de Sumar lo admiten, pero subrayan que lo que han conseguido por ahora es evitar la desbandada en la franja a la izquierda del PSOE registrada el 28-M. Y apelan a situaciones recientes para desmentir que ese espacio est¨¦ sufriendo de desmovilizaci¨®n. En solo una semana, subrayan, han logrado recaudar 1,7 millones de euros en microcr¨¦ditos para financiar la campa?a. En la sede central de Madrid pidieron voluntarios para las actividades electorales y el s¨¢bado se presentaron 500 personas. ¡°Y lo mejor es que la mayor¨ªa no ha tenido nada que ver antes con Unidas Podemos¡±, se?ala un miembro del equipo de campa?a para manifestar su inter¨¦s en atraer a gente nueva, sin una clara vinculaci¨®n pol¨ªtica hasta ahora, El viernes, D¨ªaz disfrut¨® de una calurosa acogida en la sede central de UGT, pese a su vinculaci¨®n personal con CC OO.
La candidata ha tenido que encajar la mala noticia de la negativa de Feij¨®o a participar en un debate a cuatro con ella, S¨¢nchez y Santiago Abascal. D¨ªaz ha lucido mucho en el Parlamento en los ¨²ltimos a?os y un duelo televisado le ofrec¨ªa la ocasi¨®n de sacar la cabeza en medio del pugilato de los dos grandes. Sin el l¨ªder del PP, la cita pierde inter¨¦s y abre dudas sobre c¨®mo actuar ante su colega de Gobierno y el discurso duro de la extrema derecha.
Con todo ese bagaje, D¨ªaz se echar¨¢ a la carretera la pr¨®xima semana. Entre los calores de julio, su equipo le ha programado dos actos por d¨ªa hasta abarcar casi toda Espa?a. La candidata se ha desmarcado claramente del mensaje de S¨¢nchez de que la econom¨ªa ¡°va como una moto¡±. ¡°Aunque los datos macroecon¨®micos sean buenos, mucha gente est¨¢ sufriendo¡±, enfatiza. Por ah¨ª pretende ir su campa?a propositiva, ofrecer medidas que mejoren la situaci¨®n econ¨®mica de los m¨¢s apurados. ¡°Y hay que esperar a la ¨²ltima semana¡±, advierte. ¡°Seg¨²n todos los expertos, es cuando el 30% de la gente decide su voto. Ah¨ª nos veremos¡±.
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