En un cara a cara, nunca est¨¢ todo controlado
La historia revela que puede haber sorpresas cuando dos l¨ªderes se enfrentan a todo o nada ante millones de espectadores-votantes
Este art¨ªculo es un fragmento de ¡®Diario electoral¡¯, la ¡®newsletter¡¯ que cada d¨ªa selecciona las noticias m¨¢s destacadas de la campa?a del 23-J y que incluye un an¨¢lisis de Ricardo de Querol, subdirector de EL PA?S, y Luis Barbero, redactor jefe de edici¨®n, en d¨ªas alternos. Puede apuntarse aqu¨ª.
Del primer debate presidencial televisado en EE UU, entre Kennedy y Nixon en 1960, se recuerda que el prime...
Este art¨ªculo es un fragmento de ¡®Diario electoral¡¯, la ¡®newsletter¡¯ que cada d¨ªa selecciona las noticias m¨¢s destacadas de la campa?a del 23-J y que incluye un an¨¢lisis de Ricardo de Querol, subdirector de EL PA?S, y Luis Barbero, redactor jefe de edici¨®n, en d¨ªas alternos. Puede apuntarse aqu¨ª.
Del primer debate presidencial televisado en EE UU, entre Kennedy y Nixon en 1960, se recuerda que el primero se mostraba relajado, seductor y moreno, mientras el segundo estaba tenso, p¨¢lido y sudoroso. En 1984, Mondale quiso explotar la carta juvenil que le hab¨ªa funcionado a Kennedy ante un Reagan setent¨®n, pero este lo vapule¨® al decirle: ¡°No abordar¨¦ el tema de la edad, no voy a explotar la juventud e inexperiencia de mi oponente¡±. En el cara a cara de 1992, George W. Bush miraba demasiado su reloj, y titubeaba ante alguna pregunta, frente a un Bill Clinton m¨¢s resuelto y cercano. En 2020, Biden sonre¨ªa cuando Trump perd¨ªa los nervios y le interrump¨ªa todo el rato, hasta que le dijo: ¡°?Te vas a callar, hombre?¡±. La historia revela que no todo puede estar bajo control cuando dos l¨ªderes se enfrentan a todo o nada ante millones de espectadores-votantes.
El cara a cara del 23-J, el ¨²nico debate electoral que ha sido posible en esta campa?a, enfrenta esta noche en Atresmedia a Pedro S¨¢nchez y Alberto N¨²?ez Feij¨®o. El l¨ªder del PP, cuidadoso de no arriesgar su ventaja en las encuestas, cerr¨® la puerta al otro debate que habr¨ªa sido l¨®gico, con Abascal y D¨ªaz (y adem¨¢s vet¨® a la televisi¨®n p¨²blica). No quiere el pol¨ªtico gallego la estampa de los dos bloques porque, si S¨¢nchez y D¨ªaz no tienen problema en presentarse como socios, la foto de Feij¨®o con Abascal puede resultar inquietante para muchos indecisos.
No se celebraba en Espa?a un cara a cara desde 2015, entre S¨¢nchez y Rajoy: el socialista atac¨® al entonces presidente con la corrupci¨®n, y le dijo aquello de ¡°usted no es decente¡±. A partir de entonces, los debates reflejaron un nuevo mapa pol¨ªtico m¨¢s fragmentado: a cuatro en 2016, con Podemos y Ciudadanos, y a cinco en 2019, ya con Vox. Es exagerado presentar el choque de esta noche como el regreso del bipartidismo. Las dos grandes fuerzas pol¨ªticas han ganado porcentaje de voto, s¨ª, hasta cerca del 60%, cuando llegaron a caer en 2019 hasta el 45%. Pero entre Vox y Sumar estar¨¢n cerca del 28%, que no es un porcentaje despreciable.
El punto m¨¢s conflictivo del debate ser¨¢, a priori, el de las alianzas: si los socialistas pagaron el 28-M su b¨²squeda de apoyos en Bildu y ERC, el tema de conversaci¨®n dominante ha girado estas semanas, l¨®gicamente, hacia los acuerdos PP-Vox. Que los de Abascal hayan presentado un programa electoral muy involucionista, abiertamente retr¨®grado, no ayuda a vaticinar un cambio tranquilo.
?Qu¨¦ est¨¢ en juego? Los expertos creen que es poco el voto que se mueve ya, como mucho un 6%, pero eso puede resultar clave cuando las distancias son tan cortas: 1,7 puntos, seg¨²n 40dB. Para el que llega con ventaja, esta vez Feij¨®o, lo fundamental es no cometer errores, no generar rechazo, no movilizar al votante contrario. S¨¢nchez no puede limitarse a defender su gesti¨®n: est¨¢ obligado a mostrarse m¨¢s audaz, pero si se pasa de agresivo puede alimentar la antipat¨ªa que genera en ciertos sectores.
En esta que llaman la sociedad del espect¨¢culo, no podemos descartar que, como cuando Kennedy y Nixon, el resultado del debate se decida en funci¨®n de detalles menores, de gestos que puedan sumar o restar atractivo a la marca personal de cada uno. Puede ser que del debate salga algo m¨¢s decisivo que un ganador: un meme.
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