Las provocaciones de Vox revientan la campa?a madrile?a
La izquierda al completo se planta contra el partido de Abascal tras un enorme tumulto en un debate de la SER, en el que la extrema derecha banaliz¨® las amenazas de muerte a Iglesias
El ambiente llevaba meses y meses carg¨¢ndose de electricidad, solo faltaba que saltase una chispa en el momento oportuno para hacerlo estallar. Y salt¨® de s¨²bito, reventando la campa?a madrile?a, en la ma?ana de este viernes, cuando a¨²n faltan 10 d¨ªas para que se abran las urnas. La escena result¨® ins¨®lita, incluso en una pol¨ªtica tan crispada como la espa?ola: un candidato, Pablo Iglesias, levant¨¢ndose airado de un debate electoral, mientras otra, Roc¨ªo Monasterio, lo increpaba ¡ª¡±?l¨¢rguese, que es lo que est¨¢n deseando muchos espa?oles!¡±¡ª al tiempo que arremet¨ªa contra la moderadora, la periodista de la Cadena SER ?ngels Barcel¨®. A Iglesias lo acabaron secundando las otras dos fuerzas de la izquierda, decididas a plantarse definitivamente ante Vox. Y a poner al PP ante la tesitura de aclarar si pactar¨¢ o no con la extrema derecha. ¡°Esto es un punto de inflexi¨®n¡±, sentenci¨® el candidato socialista, ?ngel Gabilondo.
Ya es dif¨ªcil escuchar a alguien tan templado como Gabilondo atribuir ¡°actitudes fascistas¡± a un rival pol¨ªtico. Pero esas fueron las palabras que eligi¨® el profesor y candidato para referirse a lo ocurrido en el debate de la Cadena SER y a la actitud de Monasterio frente a Iglesias, despu¨¦s de que este hubiese recibido el jueves una carta con cuatro balas y una amenaza expl¨ªcita de muerte (otras dos casi id¨¦nticas fueron dirigidas al ministro del Interior y a la directora general de la Guardia Civil).
Se sabe que todas las profec¨ªas tienen cierta voluntad de autocumplimiento, y la que pronosticaba una campa?a incendiaria en Madrid no ha sido la excepci¨®n. Tampoco era muy aventurado preverlo, tras m¨¢s de un a?o en que la pandemia se hab¨ªa convertido en la capital en un atronador campo de batalla pol¨ªtico. La temperatura, sin embargo, parec¨ªa haber bajado desde el inicio oficial de la campa?a, el pasado domingo. En el ¨²nico debate entre los seis principales candidatos, televisado el pasado mi¨¦rcoles, hubo momentos broncos, aunque no m¨¢s de lo que viene siendo habitual en el debate pol¨ªtico espa?ol. Iglesias, que hab¨ªa desembarcado hace un mes en la batalla electoral manifestando que quer¨ªa ver en la c¨¢rcel a la presidenta de la Comunidad y candidata del PP, Isabel D¨ªaz Ayuso, llevaba ya d¨ªas con un tono bastante menos belicoso. Vox, en cambio, lo apostaba todo al ruido.
La extrema derecha, arrinconada por la tremenda popularidad que ha conseguido en su espacio pol¨ªtico D¨ªaz Ayuso, buscaba desesperadamente desde hace tiempo una manera de hacerse notar. Lo logr¨® hace dos semanas con el mitin de Vallecas, donde su l¨ªder, Santiago Abascal, se encar¨® con manifestantes de grupos antifascistas. El acto termin¨® con lanzamiento de objetos a los ultraderechistas y cargas policiales contra los que intentaban boicotear la cita. Cuando se apagaron los ecos de esos altercados, Vox empapel¨® las estaciones del metro con carteles contra los menores inmigrantes. Las reacciones a esa campa?a, incluida una investigaci¨®n de la Fiscal¨ªa, no arredraron a los dirigentes de la extrema derecha, que hicieron ostentaci¨®n de los folletos en el Parlamento y en el ¨²nico debate televisado entre candidatos, el pasado mi¨¦rcoles. A¨²n quedaba una traca m¨¢s ruidosa y la encendi¨® este viernes Monasterio.
La candidata de Vox hab¨ªa empezado el d¨ªa con una entrevista en RNE en la que puso en duda la veracidad de las amenazas a Iglesias, dirigidas tambi¨¦n a sus padres y a su pareja (la carta conten¨ªa una bala de los viejos fusiles Cetme para cada uno de los cuatro). ¡°Nosotros ya no nos creemos nada de este Gobierno¡±, se desentendi¨® Monasterio.
Cuentan sus allegados que al exvicepresidente y ahora candidato regional de Unidas Podemos le ha afectado mucho personalmente la agresividad contra ¨¦l de una parte de la derecha y el acoso continuo a su domicilio desde hace m¨¢s de un a?o. Tras el episodio de la carta y la reacci¨®n de Vox, Iglesias lleg¨® al debate de la SER, convocado para las 11.00, decidido a dar un golpe en la mesa.
Al exvicepresidente le toc¨® situarse al lado de Monasterio y, cuando se sentaron, le dio la espalda con gesto enojado. Nada m¨¢s comenzar, se dirigi¨® a la candidata de Vox y le exigi¨® que se retractase de sus manifestaciones, porque, en caso contrario, abandonar¨ªa el debate. ¡°?Ya est¨¢ bien de blanquear a la ultraderecha!¡±, clam¨® el candidato de Unidas Podemos. Monasterio reaccion¨® desafiante: ¡°Si es tan valiente, ?lev¨¢ntese y l¨¢rguese!¡±. Iglesias se fue en medio de una escandalera, con Monasterio increp¨¢ndole a ¨¦l y a la propia moderadora. Mientras, los otros tres presentes, Gabilondo, M¨®nica Garc¨ªa, de M¨¢s Madrid, y Edmundo Bal, de Ciudadanos ¡ªAyuso no acudi¨® a la cita¡ª recriminaban a la candidata de Vox su actitud. El debate prosigui¨® casi una hora m¨¢s sin Iglesias, en un ambiente tumultuoso. Tras un intermedio, Gabilondo y Garc¨ªa anunciaron que se iban. Y que ahora comienza otra campa?a. ¡°Esto ya no es cuesti¨®n de Madrid, es cuesti¨®n de democracia¡±, dir¨ªa despu¨¦s Gabilondo.
La primera consecuencia directa del incidente fue la cancelaci¨®n de los debates previstos la pr¨®xima semana en TVE y La Sexta, despu¨¦s de que M¨¢s Madrid y Unidas Podemos anunciasen que no se volver¨¢n a sentar con Vox. La izquierda, que ya en el debate del mi¨¦rcoles hab¨ªa unido fuerzas contra Ayuso, volvi¨® a hablar en tonos muy parecidos para emplazar al PP a que corte amarras con la extrema derecha. Por ah¨ª va a ir la ofensiva de la izquierda en los pr¨®ximos d¨ªas.
La cuesti¨®n es que hasta las encuestas m¨¢s favorables al PP le sit¨²an dependiendo de Vox para completar la mayor¨ªa en la Asamblea madrile?a. Y que Ayuso ha logrado atraer a parte del electorado de Abascal. La actitud inflamada de la derecha extrema vuelve a colocar a los populares ante el viejo dilema de c¨®mo actuar ante Vox en medio de una campa?a.
Iglesias acudi¨® a la comisar¨ªa del Congreso de los Diputados para denunciar las amenazas. All¨ª habl¨® con gesto grave: ¡°Ahora ya ni me llaman ¡®rojo de mierda¡¯. Ahora me llaman ¡®chepudo¡¯ y ¡®rata asquerosa¡±. Mientras, la cuenta de Twitter de Vox destilaba euforia: ¡°Los hemos echado del debate de la SER y pronto los echaremos de la pol¨ªtica espa?ola¡±. Y a¨²n quedan 10 d¨ªas para seguir arrojando combustible a la hoguera.
Lo hemos echado del debate de la SER y pronto lo echaremos de la pol¨ªtica espa?ola.
— VOX ?? (@vox_es) April 23, 2021
??? pic.twitter.com/wYEloe3Dqx
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