Aire libre para reequilibrar el cerebro tras el confinamiento
La divulgadora Elsa Punset cree que hay que ¡°entrenar la mente en positivo¡± y volver a conectarse a la naturaleza para superar los efectos de la reclusi¨®n
En la psique humana, explica la divulgadora y fil¨®sofa Elsa Punset, el lugar que por defecto ocupan las emociones positivas, la alegr¨ªa, es peque?o. ¡°Tenemos un cerebro programado para sobrevivir que presta m¨¢s atenci¨®n a sensaciones como el miedo o la ira. Imponemos un sesgo negativo a lo que recordamos¡±. La cuarentena ha dejado una huella psicol¨®gica en todos, se ha exacerbado esa prevalencia de las sensaciones negativas. Por eso, expertos como Punset apuntan a la necesidad urgente de ¡°reequilibrar nuestro cerebro, entrenarlo en positivo para saber c¨®mo vivir en el presente¡±. Integrar la naturaleza en nuestra vida ser¨¢ una estrategia fundamental para tal prop¨®sito.
Cuenta Punset que el confinamiento le ha brindado la oportunidad de reordenar prioridades. Ha podido dedicar tiempo de calidad a los suyos y corroborar que el distanciamiento social es una mentira, que por lejos que estemos f¨ªsicamente, en momentos as¨ª de acuciantes nos damos m¨¢s cuenta de nuestra interdependencia y de la importancia de nuestros v¨ªnculos con los dem¨¢s.
La desconexi¨®n con la naturaleza nos desvitaliza, literalmente: perdemos vidaElsa Punset
Tambi¨¦n le ha servido para refrendar su convicci¨®n de que recuperar la conexi¨®n con la naturaleza es ¡°una de las grandes revoluciones pendientes¡±. ¡°Nos desvitaliza perderla, literalmente: perdemos vida al agrandar esa desconexi¨®n. Pessoa dec¨ªa que el verde de la naturaleza era tambi¨¦n el rojo de su sangre¡±, comenta.
¡°Si en un futuro pr¨®ximo se calcula que el 70% de la poblaci¨®n mundial va a vivir en ciudades, es necesario repensar esas ciudades, convertirlas en municipios de proximidad, llenos de espacios verdes. Es imprescindible cuestionarnos de d¨®nde viene lo que comemos, lo que vestimos y qu¨¦ relaci¨®n establecemos con el resto de especies¡±, explica Punset.
Al levantarse, lo primero que hace ella es alimentar a los p¨¢jaros en su terraza. Una forma de aprendizaje. ¡°Tardaron d¨ªas, semanas en confiar, pero tras a?os d¨¢ndoles de comer ahora me esperan, y para m¨ª es una alegr¨ªa enorme. Debemos observarlos, aprender el lenguaje de la naturaleza que nos rodea. En un trozo de c¨¦sped cohabitan cientos de especies y, mir¨¢ndolo debidamente, podemos comprobar las relaciones de dependencia y c¨®mo esa convivencia est¨¢ por encima de la competencia. No hay mejor maestro que la naturaleza¡±, sentencia.
Siete reservas de la biosfera
Fernando Alonso, ingeniero agr¨®nomo, dirige la reserva natural de Somiedo, una de las siete existentes en territorio asturiano. ¡°Hay un d¨¦ficit de contacto con la naturaleza, y la pandemia lo ha vuelto m¨¢s evidente. El estr¨¦s psicol¨®gico del tr¨¢fico y los cl¨¢xones de muchos coches atronando se palia sent¨¢ndonos simplemente a escuchar un arroyo, a ver el aire mecer las hojas de los ¨¢rboles¡±.
Como padre, ¨¦l mismo se da cuenta de lo dif¨ªcil que, tras el prolongado encierro, est¨¢ siendo despegar a los peque?os de las pantallas, de los videojuegos y las series. Defiende, por ello, que los adultos deben reaprender y apreciar el ¡°ir despacio por los sitios, el disfrute en calma¡±, para poder luego inculcar a los ni?os la importancia del aire libre.
M¨¢s de un tercio del territorio asturiano est¨¢ protegido
¡°Las reservas de la biosfera asturianas son el espacio adecuado para que nuestro cerebro sintonice con el medio natural. Ofrecen una buena red de senderos, caminos y miradores en entornos protegidos aptos para familias, para amantes de la bot¨¢nica o la fauna. Las reservas son territorios con propiedades casi curativas¡±, afirma Alonso.
¡°Durante los censos de los urogallos, especie amenazada, sub¨ªamos a las tres de la madrugada a monta?as de dos mil metros de altura. Solo cantan al amanecer. Ver de pronto c¨®mo se va despejando la bruma y escuchar al alba los trinos de los p¨¢jaros, todos en silencio, es una sensaci¨®n dif¨ªcilmente comparable o explicable¡±.
Dice Elsa Punset que el ser humano del siglo XXI ha pretendido dar la espalda a la naturaleza, olvidarse de que forma parte inextricable de ella. ¡°Sin embargo, su salud es la nuestra¡±. Parafraseando la cita del naturalista Joaqu¨ªn Araujo, convirti¨¦ndola casi en un verso, la fil¨®sofa, cuyo pr¨®ximo libro ver¨¢ la luz en oto?o, se?ala ese v¨ªnculo: ¡°Somos como somos porque fuimos bosque, somos bosque que baj¨® de las ramas y ech¨® a andar. Somos tierra que camina¡±.