El d¨ªa en el que dos campeones volvieron a ser ¡°libres¡±
El ciclista Samuel S¨¢nchez y la surfista Luc¨ªa Marti?o cuentan lo importante que es para ellos el deporte en la naturaleza
¡°Lo que se hace entre cuatro paredes, a los que nos gusta la naturaleza, ya se sabe que por mucho que sirva para mantenerse f¨ªsicamente activos, no nos resulta igual de satisfactorio¡±. Samuel S¨¢nchez, ciclista de brillant¨ªsima carrera, oro en Pek¨ªn 2008, confiesa que lo que m¨¢s duro se le fue haciendo a medida que pasaba d¨ªas confinado fue ¡°no poder surcar las monta?as, detenerse a coger agua en una fuente y escuchar el sonido de los p¨¢jaros¡±. Lo echaba de menos.
La surfista Luc¨ªa Marti?o acababa de aterrizar de Australia y deb¨ªa tomar en horas un vuelo a Barbados para la siguiente competici¨®n cuando supo que, de pronto, su fren¨¦tico ritmo se detendr¨ªa y tendr¨ªa que pasar m¨¢s d¨ªas en su casa de Gij¨®n de los que hab¨ªa pasado en a?os. La falta de contacto con su elemento, con el mar, le sirvi¨® como aprendizaje forzoso para prestar m¨¢s valor a cada d¨ªa en que puede zambullirse y surfear.
Advierte el especialista en medicina comunitaria y educaci¨®n f¨ªsica Santiago Fern¨¢ndez sobre las consecuencias provocadas por el sedentarismo de estos meses: desde reducci¨®n de capacidad cardiovascular hasta p¨¦rdida de masa muscular, densidad ¨®sea o incluso equilibrio y coordinaci¨®n. Hay que recuperar la actividad deportiva poco a poco. Pero su consejo coincide con lo que dicen S¨¢nchez y Marti?o: mejor al aire libre.
Samuel S¨¢nchez
Ciclista
Oro en Pek¨ªn 2008
¡°Durante el confinamiento ech¨¦ de menos sentirme libre, sobre todo en una regi¨®n como Asturias, donde gozamos de parajes id¨ªlicos.¡±
¡°Los primeros d¨ªas intent¨¦ tom¨¢rmelo bien y me ce?¨ª a unas rutinas que intent¨¦ que me resultaran fruct¨ªferas, y en parte, en cuanto a estado f¨ªsico, lo fueron¡±, cuenta el ciclista, que sin embargo a?ade un pero: ¡°dedicar unas horas a pedalear en una bicicleta est¨¢tica o a hacer rodillo no te aporta las sensaciones del ciclismo, no tienes inercias y, con el paso de las semanas, debido a cuestiones posturales empezaron a aparecer ciertos dolores musculares. Mi deporte siempre ha sido de exteriores¡±.
Marti?o cuenta que su truco para que las rutinas en casa, alejada de la tabla, no terminaran por suponerle un lastre demasiado pesado fue compartir los entrenamientos dom¨¦sticos que su preparador f¨ªsico dise?aba para ella en directo con sus seguidores de redes sociales. Era mucha la gente que la acompa?aba cada sesi¨®n, sirvi¨¦ndole adem¨¢s de acicate para no rendirse. ¡°Si los hubiera tenido que hacer sola no habr¨ªa terminado ninguno¡±.
Luc¨ªa Marti?o
Surfista
"Yo tom¨¦ este tiempo como un aprendizaje. Ahora aprecio cosas que antes no valoraba. Cualquier ba?o, cualquier d¨ªa, sean como sean las condiciones del mar, me parece bueno".
El retomar la pr¨¢ctica del yoga tambi¨¦n, confiesa, le dio cierta calma, perspectiva. Marti?o dice de s¨ª misma que es ¡°cuadriculada, perfeccionista en exceso¡±, que ¡°siempre intenta tener todo bajo control¡±. Fue la imprevisibilidad del surf lo que hizo que ella se enganchara: ¡°Cada ola es distinta, no hay dos ba?os iguales, t¨² puedes ir a la playa con una previsi¨®n y que cambie el viento y lo altere todo¡±. Tener que prescindir de esa parte de s¨ª misma por un tiempo fue un nuevo reto, que le llev¨® a reflexionar. ¡°A veces las obsesiones nos limitan, tambi¨¦n hay que saber descansar y volver a acercarse luego a lo que uno quiere. Ya he recuperado el nivel de surf que ten¨ªa antes del par¨®n¡±. Aun as¨ª, el primer contacto con el agua dice que fue incre¨ªble. ¡°El mar es mi medio. Para m¨ª el contacto con la naturaleza es fundamental¡±.
Formas de volver a la naturaleza
Sentado en la arena de la playa de Penarronda y con el mar de fondo, Samuel S¨¢nchez recuerda que cuando se subi¨® a la bici y sali¨® de nuevo los sitios por los que hab¨ªa pasado hac¨ªa tan solo dos meses le parec¨ªan otros completamente diferentes: ¡°Era como estar en una selva. El verdor, la frondosidad y el olor h¨²medo de los ¨¢rboles era extremadamente fuerte. Me paraba en cada alto a escuchar el sonido de los p¨¢jaros. Fue un enorme j¨²bilo, sentirse vivo otra vez¡±.
Ricardo Soto, Calo, como lo conoce todo el mundo en Asturias, es all¨ª una instituci¨®n. Este antiguo pirag¨¹ista fund¨® en 1991 la escuela asturiana de pirag¨¹ismo, que desde su comienzo dise?¨® una versi¨®n pionera del descenso internacional del Sella pensada para ese turista que no se conforma con contemplar la naturaleza como quien colecciona paisajes capturados en foto, sino que aspira a implicarse de alguna forma con ella. Calo hab¨ªa asistido a c¨®mo antes del confinamiento la gente hab¨ªa acabado inmersa en una vor¨¢gine, consumiendo a toda velocidad incluso en el ¨¢mbito del turismo. Tambi¨¦n, cuenta, aquellos que buscaban bosque, cascada y vida salvaje. ¡°No puede ser que subas a un paraje como los lagos de Covadonga, te hagas un selfi para Instagram y bajes inmediatamente¡±. Ahora, cuenta, percibe c¨®mo se va virando hacia una mayor sensibilidad y respeto. ¡°Todos van m¨¢s dispuestos a disfrutar de lo que hay alrededor, a la pausa, a detenerse y tomar parte en las actividades y con las gentes de la zona¡±.
Samuel S¨¢nchez tiene claro que de esto s¨ª hemos aprendido algo: ¡°Despu¨¦s de lo que hemos vivido, creo que todo el mundo desear¨¢ salir a hacer deporte al aire libre¡±.