Vivir encerrado cuando tu enemigo es el alcohol

A Yolanda Guinea no le afecta que los bares abran sus terrazas con la mitad del aforo en la fase 1. Es adicta al alcohol desde hace cuatro a?os, pero para ella la tentaci¨®n no est¨¢ en la calle, sino en su propia casa. ¡°Llegaba del trabajo por las tardes, me met¨ªa en la cocina, me pon¨ªa a cocinar y mientras, me tomaba un vermut. Se me fue de las manos y pas¨¦ de tomarme un vaso a beberme una botella en una tarde o en dos horas. Lo ten¨ªa muy as...

A Yolanda Guinea no le afecta que los bares abran sus terrazas con la mitad del aforo en la fase 1. Es adicta al alcohol desde hace cuatro a?os, pero para ella la tentaci¨®n no est¨¢ en la calle, sino en su propia casa. ¡°Llegaba del trabajo por las tardes, me met¨ªa en la cocina, me pon¨ªa a cocinar y mientras, me tomaba un vermut. Se me fue de las manos y pas¨¦ de tomarme un vaso a beberme una botella en una tarde o en dos horas. Lo ten¨ªa muy asociado a mi cocina¡±, confiesa. Para esta madrile?a de 43 a?os, igual que para muchos otros alcoh¨®licos, el confinamiento ha supuesto ¡°una prueba de fuego¡±. ¡°Aprend¨ª a estar en mi cocina y ponerme un refresco o no ponerme nada, pero ahora estoy volviendo a entrar y a pensar ¡®?y si tuviera?, ?y si bebiera?¡¯... es complicado¡±, reconoce.

A falta de bares, el consumo de alcohol en los hogares se ha disparado durante la cuarentena. Las compras de cerveza en supermercados aumentaron un 86,5% en la ¨²ltima semana analizada (del 6 al 12 de abril), las de vino un 73,4% y las de bebidas espirituosas un 93,4% respecto a la misma semana de 2019, seg¨²n los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n. Guinea, que vive con su hijo de siete a?os, no ha comprado nada de eso. ¡°Vamos sumando d¨ªas y me doy cuenta de que estoy pas¨¢ndolo como lo tengo que hacer. Con determinaci¨®n y con la decisi¨®n que tom¨¦ de no volver a beber¡±, comenta orgullosa.

Hace 19 meses que acude a Aracyl (Asociaci¨®n de Alcoholicos Rehabilitados de Carabanchel y Latina) y asegura que es ¡°un pilar fundamental para la rehabilitaci¨®n¡±. La asociaci¨®n organiza grupos de terapia de dos horas tres d¨ªas a la semana, que desde que se inici¨® el estado de alarma se han trasladado al canal online. Si antes acud¨ªan 30 personas, ahora asisten 20, indica Jes¨²s Barbera, presidente de Aracyl. Barbera sostiene que al principio eran ¡°un poco esc¨¦pticos¡± por la frialdad de la pantalla, pero considera que las videollamadas son un acierto. ¡°Adem¨¢s de o¨ªrnos podemos vernos, que es muy importante¡±, dice.

Hay pensamientos que hace meses que ten¨ªa controlados y en el tiempo que llevo encerrada me est¨¢n volviendo

Yolanda Guinea, asociada en Aracyl

En Alcoh¨®licos An¨®nimos (AA), en cambio, varios grupos han decidido no utilizar las c¨¢maras y comunicarse solo a trav¨¦s la voz para mantener el anonimato. La asociaci¨®n cuenta con m¨¢s de 600 grupos en Espa?a, alrededor de 70 en el ¨¢rea de Madrid, a los que acuden 1.100 personas. Luis Mar¨ªa Villota, presidente de AA, asegura que ¡°a pesar de la edad media de 54 a?os y los problemas para acceder a los medios electr¨®nicos¡± hay una participaci¨®n muy grande e incluso se ha incorporado gente nueva. ¡°Algunos grupos en vez de dos sesiones a la semana se han puesto a hacer tres¡±, recalca.

Para Antonio Gonz¨¢lez, presidente de Facoma (Federaci¨®n de Alcoh¨®licos de la Comunidad de Madrid), el problema durante el encierro reside en aquellos que no asumen la adicci¨®n. ¡°Lo m¨¢s habitual es que beban fuera de casa o cuando no est¨¢ la familia. Tiene que haber un problem¨®n en todos los hogares donde hay un bebedor que se considera social pero que necesita consumir alcohol, y que la familia piensa que lo hace porque quiere. Hay muchos alcoh¨®licos que no saben que lo son¡±, reconoce. La inmensa mayor¨ªa de las llamadas que recibe la federaci¨®n, dice, son de familiares que piden consejo ¡°para afrontar la escena de vivir en casa con alguien que est¨¢ embriagado¡±.

Lo mismo ocurre en Al-Anon, la organizaci¨®n para parientes y amigos de alcoh¨®licos. Su directora, Mar¨ªa Carmen Mart¨ªnez, asegura que ¡°han sido muchas las llamadas¡± que ha recibido desde la Comunidad de Madrid, donde Al-Anon tiene 30 grupos. ¡°Resulta muy triste ver que hay personas encerradas en casa con un alcoh¨®lico activo y nos piden ayuda para saber c¨®mo actuar porque sus vidas son un infierno. Cada vez son m¨¢s los hijos quienes se ponen en contacto porque el padre o madre no reconoce tener un problema¡±, aclara.

Su consejo es mantener claros unos l¨ªmites fundamentales como la propia seguridad, pero siendo tolerantes. Gonz¨¢lez, de Facoma, reconoce que ¡°no se puede hacer mucho que no sea afrontar la enfermedad¡±. ¡°Cuando ahora ocurre un episodio, y est¨¢ pasando en un porcentaje mayor que en otras circunstancias, no les podemos derivar al centro de salud¡±, lamenta. Por eso, los representantes de estas organizaciones insisten en la importancia de mantener las terapias grupales para compartir sentimientos y preocupaciones aunque sea telem¨¢ticamente.

Tiene que haber un problem¨®n en todos los hogares donde hay un bebedor que se considera social pero que necesita consumir alcohol

Antonio Gonz¨¢lez, presidente de Facoma

Jos¨¦ Luis de la Fuente tiene 51 a?os y lleva m¨¢s de 10 de abstinencia. Acude a una terapia grupal en Alcobendas, y asegura que ¡°lo ha cambiado todo¡±. ¡°Perd¨ª a mi familia, el trabajo, iba perdi¨¦ndolo todo poquito a poco, pero ahora lo vuelvo a tener y mucho mejor¡±, relata. Todos los martes y jueves participa en reuniones a trav¨¦s de Zoom con unas 20 personas m¨¢s y mantiene contacto telef¨®nico con sus compa?eros a diario. ¡°Esta situaci¨®n es muy complicada para un alcoh¨®lico activo o que est¨¢ empezando el proceso porque hay mucho tiempo para pensar. Puedes irte al supermercado, comprar, irte a tu casa y beb¨¦rtelo por el camino para que no te vean¡±, comenta.

De la Fuente seguir¨¢ acudiendo a la asociaci¨®n cuando el encierro acabe, pero cree ¡°que se va a perder mucha gente por el camino¡±. ¡°Cuando uno lleva mucho tiempo sin tener contacto con el grupo, piensa que para qu¨¦ va a ir si no le ha pasado nada. Y al que le ha pasado algo ya tampoco va a ir¡±, concluye.

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