Las llamadas de residencias que el hospital ignor¨®

En alg¨²n momento de mediados de marzo la Comunidad de Madrid cort¨® el cable entre sus residencias de mayores y sus hospitales. Las familias se quedaban at¨®nitas cuando los cuidadores les dec¨ªan que hab¨ªan pedido una ambulancia para los mayores enfermos con covid-19 y al otro lado de la l¨ªnea les contestaban con negativas. Posteriormente conocieron a qu¨¦ se deb¨ªa el rechazo. Al menos desde el 18 de marzo...

En alg¨²n momento de mediados de marzo la Comunidad de Madrid cort¨® el cable entre sus residencias de mayores y sus hospitales. Las familias se quedaban at¨®nitas cuando los cuidadores les dec¨ªan que hab¨ªan pedido una ambulancia para los mayores enfermos con covid-19 y al otro lado de la l¨ªnea les contestaban con negativas. Posteriormente conocieron a qu¨¦ se deb¨ªa el rechazo. Al menos desde el 18 de marzo la Consejer¨ªa de Sanidad elabor¨® protocolos, para su uso por los hospitales p¨²blicos de la regi¨®n, que exclu¨ªan a pacientes de residencias con gran dependencia o con discapacidad. La verdad sobre esos documentos oficiales se ha ido conociendo con detalle esta semana.

En la pr¨¢ctica los hospitales ya hac¨ªan ese triaje antes del primer protocolo. El s¨¢bado 14 de marzo a las 17:00, el m¨¦dico de la residencia Monte Hermoso de Madrid llam¨® a Mari Cruz S¨¢nchez para decirle que estaba luchando por conseguir que la ambulancia fuera a recoger a su hermano Miguel y a tres pacientes m¨¢s.

Miguel llevaba tosiendo sangre desde el martes 10 y Mari Cruz, una auxiliar de enfermer¨ªa jubilada, sab¨ªa que se estaba cometiendo una negligencia. ¡°No hace falta tener conocimientos sanitarios para intuir que toser sangre es un s¨ªntoma de una enfermedad grave¡±, dice ella, al narrar los d¨ªas previos a la muerte de su hermano mayor.

Cuatro horas despu¨¦s ese s¨¢bado, el m¨¦dico le llam¨® de nuevo para darle una buena noticia. El Hospital Cl¨ªnico San Carlos iba a admitir a su hermano. ¡°Solo se van a llevar a Miguel¡±, le dijo. Le explic¨® que fue el ¨²nico autorizado por la geriatra de enlace. Miguel, de 77 a?os, era de los m¨¢s j¨®venes de la residencia y su hermana cree que fue el ¨²nico seleccionado gracias a su edad. Pero de poco sirvi¨®. Su estado hab¨ªa empeorado tanto a lo largo de esa semana que muri¨® a la ma?ana siguiente en urgencias, dejando a su hermana con una profunda sensaci¨®n de injusticia. Muchos otros fallecieron desamparados en sus camas de Monte Hermoso, que el 17 de marzo fue la primera residencia madrile?a en saltar a las noticias por un brote de muerte masivo.

Las ambulancias que evacuaron ese d¨ªa a varios enfermos de Monte Hermoso delante de las c¨¢maras de televisi¨®n eran un espejismo. Entre mediados de marzo y mediados de abril, cuando los hospitales de Madrid rozaron el colapso, mayores de m¨²ltiples residencias de la regi¨®n se quedaron sin auxilio externo. El abandono ha sido denunciado esta semana por la persona que tiene las competencias sobre el sector en Madrid, el consejero Alberto Reyero. Ha dicho que durante semanas en marzo y abril pidi¨® sin ¨¦xito al consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, que si los residentes no iban al hospital, el hospital deber¨ªa ir a la residencia. La prueba de esa comunicaci¨®n ha sido publicada este viernes por este peri¨®dico. En sus correos y el lunes en la Asamblea de Madrid, Reyero cuestion¨® la exclusi¨®n por ser inmoral y posiblemente ilegal. ¡°Hay una cosa que no debemos olvidar nunca, que nosotros, todos y todas, por nuestra condici¨®n de ciudadanos, tenemos derecho a la atenci¨®n sanitaria p¨²blica, ya sea en el centro de salud como en el hospital", dijo en el Parlamento regional.

Ahora estas declaraciones dan munici¨®n a las querellas colectivas que los familiares de fallecidos en residencias han interpuesto contra la Comunidad de Madrid. Alrededor de 200 familias se han sumado ya a la acusaci¨®n contra la presidenta Isabel D¨ªaz Ayuso, Escudero, el consejero de Justicia, Enrique L¨®pez, y directores de residencias de la regi¨®n. Les acusan de homicidio imprudente, omisi¨®n de socorro y prevaricaci¨®n. Creen que muchos de las m¨¢s de 6.000 residentes en Madrid que han muerto con covid-19 o s¨ªntomas se podr¨ªan haber salvado. Una juez de Madrid ha derivado el caso al Supremo para que decida sobre su admisi¨®n ya que al ser Ayuso aforada ese debe ser el ¨®rgano que entienda del caso.

Uno de los tres abogados que representa voluntariamente a las familias es Carlos Vila, quien 40 a?os despu¨¦s se encuentra de nuevo manejando una querella contra la Administraci¨®n por su gesti¨®n de una crisis sanitaria. Entonces fue la intoxicaci¨®n por el consumo de aceite industrial de colza, un brote epid¨¦mico que acab¨® con la vida de cientos de personas y dej¨® m¨¢s de 20.000 afectados.

Salvando las distancias, este letrado de 69 a?os ve algunos ecos del caso de la colza en esta nueva querella. Esta vez cree que los servidores p¨²blicos tienen m¨¢s responsabilidad. ¡°Entonces hubo dirigentes de aduanas que no actuaron diligentemente vigilando las importaciones masivas del aceite. Pero ahora es m¨¢s grave porque la Administraci¨®n P¨²blica es responsable del homicidio por sus ¨®rdenes directas¡±, valora.

Una de esas decisiones cuestionadas son las gu¨ªas para que los hospitales y las residencias decidieran qu¨¦ mayores eran aptos de hospitalizaci¨®n, de acuerdo a sus niveles de dependencia. Son protocolos que fueron firmados por el director de Coordinaci¨®n Sociosanitaria, Carlos Mur. Las versiones conocidas fueron firmadas entre el 18 y el 25 de marzo. Otro asunto a examen son las quejas por la falta de ¡°medicalizaci¨®n¡± de las residencias, unos refuerzos sanitarios que seg¨²n muchas fuentes del sector fueron insuficientes.

Escudero ha defendido que los traslados a hospitales no cesaron ni siquiera en los d¨ªas cr¨ªticos y que su consejer¨ªa mejor¨® los recursos m¨¦dicos de las residencias durante la crisis. Escudero insisti¨® este s¨¢bado en Radio Nacional en que no se excluy¨® a dependientes, sino solo a pacientes terminales. Pero eso no es cierto de acuerdo con el protocolo final, que en la pr¨¢ctica supuso el rechazo de los dependientes de tercer grado seg¨²n una escala de fragilidad del 1 al 9.

Los querellantes, cuyos nombres aparecen ocultos en el documento compartido con la prensa, describen el desamparo que sufrieron sus mayores y la desesperaci¨®n que vivieron ellos, perdidos en un sinf¨ªn de llamadas desconcertantes a las residencias, el 112 o los hospitales.

¡°El viernes 26 le dice que est¨¢ mal, pero que ella no lo va a derivar al hospital porque aunque llame a la ambulancia, esta no va a venir. Que ella lo ¨²nico que puede hacer es ponerle antibi¨®tico¡±, narra una querellante.

¡°El m¨¦dico del Summa que le atiende le dice que no van a enviar ninguna ambulancia y que lo ¨²nico que se puede hacer es ponerle paliativos¡±, relata otra querellante que llam¨® el 3 de abril al 112 porque en la residencia le dijeron que no consegu¨ªan ayuda.

¡°Se le insisti¨® en la derivaci¨®n al hospital, a lo cual le dijo que lo tienen prohibido y no se incluye dentro de los protocolos. El geriatra externo tambi¨¦n afirm¨® que no se la pod¨ªa derivar, que el hospital estaba colapsado y que la edad de su madre no entra dentro del perfil¡±, cuenta otra familiar.

¡°La geriatra o geront¨®loga del hospital Jim¨¦nez D¨ªaz le indicaba que no cumpl¨ªa los criterios, porque ya ten¨ªa 83 a?os, deterioro cognitivo y cardiopat¨ªa, a?adiendo que si era cristiana rezara, y que adem¨¢s ten¨ªa que confiar en ellos¡±, dice otra.

Una de las familiares que se han unido a la querella es Elena Valero, hija de dos residentes en el centro DomusVi Usera de la capital. Cuando el m¨¦dico la sorprendi¨® el 22 de marzo d¨¢ndole la noticia de que su padre Alfonso de 96 a?os hab¨ªa enfermado y estaba agonizando, ella pens¨® que le enviar¨ªan al hospital 12 de Octubre, que est¨¢ a poco m¨¢s de 500 metros.

¡°Cu¨¢nto lo siento Elena. Nos han prohibido que le derivemos al hospital. Nos piden que le demos paliativos¡±, le contest¨®. Ella plant¨® resistencia pero no sirvi¨® de nada.

Alfonso aguant¨® con vida cuatro d¨ªas m¨¢s en la residencia, donde no ten¨ªan suero ni medicamentos, seg¨²n le dijeron los empleados. Es lo com¨²n en estos centros que no est¨¢n dotados de recursos para atender a enfermos graves. Su padre era un hombre dicharachero y de mente l¨²cida, pero iba en silla de ruedas. Elena y su hermana Mar¨ªa Jes¨²s creen que esa limitaci¨®n y su avanzada edad actuaron en su contra.

Su madre, Benita Pablos, cay¨® enferma el 11 de abril. Entonces Elena cuenta que se puso como una leona para no permitir que pasara lo mismo. Le advirti¨® al m¨¦dico de la residencia que si no la llevaban al hospital se presentar¨ªa de inmediato en la puerta con la polic¨ªa y les denunciar¨ªa por denegaci¨®n de socorro. En la madrugada del 13 de abril su madre ingres¨® en el hospital 12 de Octubre. Pudo contarlo. Para entonces la presi¨®n sobre los hospitales hab¨ªa disminuido y las puertas volvieron a abrirse para los enfermos procedentes de residencias. Desde el inicio de la crisis hasta el lunes, la Comunidad de Madrid hab¨ªa trasladado 9.632 residentes a hospitales.

Para estas hijas el hecho de que su madre y otros muchos residentes se hayan salvado tras ser hospitalizadas es una prueba de la injusticia que creen ha cometido la Comunidad. "Les dejaron tirados en la cuneta¡±, dice Elena. ¡°Han decidido que mi padre debe morirse solo porque iba en sillas de ruedas¡±.

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