Las asociaciones de vecinos de Madrid duplican sus entregas de comida en un mes

Tres meses despu¨¦s del inicio del estado de alarma, m¨¢s de 134.000 residentes en la ciudad de Madrid comen de las ayudas que reciben de los servicios sociales y de las redes vecinales. Por un lado, est¨¢n los 88.000 habitantes (31.000 familias) atendidos en mayo a trav¨¦s de los servicios sociales del Consistorio de la capital, frente a los 81.000 contabilizados en abril. Por otro, las 45.808 personas de 13.222 familias, m¨¢s del doble que en abril, que reciben alimentos a trav¨¦s de organizaciones vecinales, seg¨²n el balance desde el 15 de abril hasta el 31 de mayo de la Federaci¨®n Regional de As...

Tres meses despu¨¦s del inicio del estado de alarma, m¨¢s de 134.000 residentes en la ciudad de Madrid comen de las ayudas que reciben de los servicios sociales y de las redes vecinales. Por un lado, est¨¢n los 88.000 habitantes (31.000 familias) atendidos en mayo a trav¨¦s de los servicios sociales del Consistorio de la capital, frente a los 81.000 contabilizados en abril. Por otro, las 45.808 personas de 13.222 familias, m¨¢s del doble que en abril, que reciben alimentos a trav¨¦s de organizaciones vecinales, seg¨²n el balance desde el 15 de abril hasta el 31 de mayo de la Federaci¨®n Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM).

Esta federaci¨®n ha recopilado datos de ayuda alimentaria de 76 redes vecinales, 63 de las cuales operan en la capital. El n¨²mero de despensas solidarias que han puesto en marcha ha pasado de 37 en abril a 62. Cada barrio es un mundo y hay casos muy diferentes entre s¨ª, aunque algunos como Aluche, Malasa?a y Lavapi¨¦s tienen en com¨²n que durante los meses m¨¢s duros del confinamiento pidieron ayuda al Consistorio para que se les cediera un espacio en donde almacenar comida para las despensas solidarias que estaban poniendo en marcha ante la emergencia provocada por la covid-19. Por razones diferentes, el Ayuntamiento no les cedi¨® el espacio y terminaron siendo los propios vecinos quienes donaron sus locales para que se pudieran almacenar en ellos las donaciones de comida.

En la calle de Quero, en Aluche, todos los s¨¢bados y domingos la cola ocupa toda la calle. M¨¢s de 600 personas se acercan para recibir una bolsa con comida que tiene harina, conservas, pasta, aceite, arroz, leche y galletas. El est¨®mago vac¨ªo le gana a la verg¨¹enza de hacer una cola del hambre en ¨¦poca de pandemia. ¡°Aseguramos a las familias que si tienen ni?os van a poder darles un desayuno completo¡±, afirma el vicepresidente de la asociaci¨®n de vecinos, Francisco Rubio. Empezaron con 200 familias y un s¨¢bado se encontraron con gente guardando cola desde las cinco de la ma?ana.

Ahora lo han organizado para que vayan a recoger los alimentos 300 familias el s¨¢bado y 300 el domingo. Lo ¨²nico que tienen que demostrar para reclamar la comida es que son vecinos de la zona. ¡°En el local de la asociaci¨®n ten¨ªamos miedo de que se fuera a caer el suelo del peso de los alimentos que est¨¢bamos guardando, por eso le pedimos al Ayuntamiento un espacio en donde guardar la comida, pero nos dieron una opci¨®n que no era viable¡±, afirma Rubio.

Un vecino que prefiere permanecer en el anonimato explica que decidi¨® alquilar un local durante un a?o en la misma calle en donde est¨¢ la asociaci¨®n de vecinos y lo cedi¨® para que los vecinos puedan almacenar all¨ª los productos. ¡°Nosotros les ofrecimos un espacio que ten¨ªamos disponible que pod¨ªan utilizar como despensa de alimentos, pero nos dijeron que no les serv¨ªa porque quedaba muy lejos¡±, afirma un portavoz del Ayuntamiento.

Este portavoz del Consistorio explica que han pedido en reiteradas ocasiones a la asociaci¨®n de vecinos del barrio que se re¨²nan con la Junta de Distrito de La Latina para que les faciliten los datos de las personas que est¨¢n yendo a pedir comida con el fin de que los servicios sociales se encarguen de ayudarles. Un portavoz de dicha asociaci¨®n se?ala, en cambio, que son los propios trabajadores de servicios sociales los que en ocasiones derivan gente a sus despensas solidarias.

En el distrito centro, en el barrio de Lavapi¨¦s, el hambre de los madrile?os tambi¨¦n hizo que la asociaci¨®n de La Cuba tuviera que pedir al Ayuntamiento un espacio donde pudiera almacenar todos los alimentos que estaban recogiendo para ayudar a las familias m¨¢s vulnerables. Al no recibir ninguna soluci¨®n viable de la Junta de Distrito, los vecinos decidieron utilizar el Teatro del Barrio como despensa solidaria. Ahora que el teatro ha vuelto a abrir sus puertas para continuar con su labor cultural, las conversaciones con el concejal de Centro se han retomado. El Ayuntamiento les ha ofrecido el local de la Traves¨ªa de las Comadres que tiene 30 metros cuadrados, pero desde La Cuba dicen que este local es muy peque?o para el volumen de alimentos que manejan.

Por ahora, ¡°ante la falta de respuesta de la Junta, un vecino ofreci¨® un local comercial por un tiempo corto y es ah¨ª donde est¨¢ la plataforma ahora mismo¡±, afirma un portavoz de La Cuba.

En el barrio de Malasa?a, la historia viene de antes del estado de alarma. La asociaci¨®n de vecinos lleva reclamando un espacio vecinal para desarrollar sus actividades desde hace muchos a?os y en el anterior mandato ganaron por concurso p¨²blico La Casa del Cura, en la plaza del Dos de Mayo. Sin embargo, el Consistorio se?ala que por problemas t¨¦cnicos, del sistema de electricidad, no se ha podido entregar. Ante la emergencia Ecologistas en Acci¨®n les cedi¨® el s¨®tano de una de sus sedes para que pudieran atender una despensa de alimentos para 500 personas del barrio. Al final, el Ayuntamiento les dio un espacio en el centro cultural Clara del Rey, pero ah¨ª no pueden almacenar alimentos perecederos.

El alcalde, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Almeida, dio las gracias el lunes a todas las ONG y asociaciones que est¨¢n repartiendo comida y les reiter¨® que se pongan en contacto con servicios sociales para que se haga un reparto institucional y adecuado de los alimentos para los madrile?os. ¡°Queremos apoyar todas estas actividades que se est¨¢n haciendo, pero les pido que hablen primero con las juntas de distrito para poder coordinar todo desde la administraci¨®n¡±.

Plan de coordinaci¨®n

Sin embargo, el vicepresidente de la FRAVM, Javier Cuenca, indica que han llamado reiteradamente a los concejales de sus distritos y a los servicios sociales. ¡°En m¨²ltiples casos ni siquiera han logrado establecer el contacto o la respuesta ha sido desalentadora. En otros casos ha habido relaci¨®n e incluso una cierta coordinaci¨®n¡±, afirma.

La FRAVM ha mantenido varias conversaciones con el concejal de Asuntos Sociales, Jos¨¦ Aniorte. En abril se comprometi¨® a crear una Mesa Social de la Ciudad y encuentros en los distritos. En estos espacios se iba a coordinar el esfuerzo del Ayuntamiento y de las redes vecinales bajo el liderazgo de los concejales de los distritos. "Estamos en junio, no se ha convocado ninguna mesa, salvo en Latina y Hortaleza, por iniciativa del concejal-presidente¡±, indica la federaci¨®n en la misiva remitida al regidor el viernes.

Por otro lado, este jueves se cumplen los ocho d¨ªas que le dio el Ayuntamiento de Madrid a la Asociaci¨®n Vecinal de Las Tablas para desalojar su sede, el centro El Palomar. Desde que comenz¨® la pandemia, esta asociaci¨®n vecinal ha servido para repartir alimentos a 60 familias vulnerables de los barrios Bego?a, Fuencarral, Pe?agrande y El Pilar. Cada 10 d¨ªas, 30 voluntarios se han encargado de entregar una ¡°cesta b¨¢sica¡± a quienes lo necesitaran: alimentos y productos para ni?os que han llegado mediante donaciones. El mi¨¦rcoles presentar¨¢n en la junta de distrito una moci¨®n de urgencia para tratar de lograr que se les permita continuar con la actividad. La instalaci¨®n, seg¨²n el Ayuntamiento, no fue cedida para esta actividad.

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