Lo que queda del Madrid Moderno
Este paseo comienza en la casa en la que se rod¨® 'La buena estrella', recibe el saludo de la bailarina Pacita Tom¨¢s desde la ventana y termina en una piscina en el ¨²ltimo piso de una vivienda modernista
El jard¨ªn de la casa de Lourdes San Vicente (58 a?os, Vitoria) y Jos¨¦ Mar¨ªa Guerrero (59 a?os, Huerta de Rey, Burgos), en la colonia Iturbe III-Madrid Moderno, es una foto de las tardes de verano. Hay una tertulia intergeneracional en torno a las escaleras que dan acceso a la vivienda. Una hamaca perfectamente anclada a dos ¨¢rboles invita a la siesta. ¡°Pero no la utilizamos mucho, por el calor¡±.
Llevan 23 a?os viviendo aqu¨ª. ¡°Ven¨ªamos a pasear y vimos la casa. Estaba abandonada. Para entrar con una excavadora¡±, cuentan. Cuando la compraron, se estaba rodando ...
El jard¨ªn de la casa de Lourdes San Vicente (58 a?os, Vitoria) y Jos¨¦ Mar¨ªa Guerrero (59 a?os, Huerta de Rey, Burgos), en la colonia Iturbe III-Madrid Moderno, es una foto de las tardes de verano. Hay una tertulia intergeneracional en torno a las escaleras que dan acceso a la vivienda. Una hamaca perfectamente anclada a dos ¨¢rboles invita a la siesta. ¡°Pero no la utilizamos mucho, por el calor¡±.
Llevan 23 a?os viviendo aqu¨ª. ¡°Ven¨ªamos a pasear y vimos la casa. Estaba abandonada. Para entrar con una excavadora¡±, cuentan. Cuando la compraron, se estaba rodando la pel¨ªcula La buena estrella. A¨²n hoy no comprenden c¨®mo consiguieron dar esa amplitud a las tomas en las que aparece la escalera. La mayor¨ªa de las viviendas que forman la colonia tienen unos 60 metros cuadrados por planta. Pueden tener dos o tres alturas, en funci¨®n de si disponen o no de s¨®tano. Lourdes y Jos¨¦ Mar¨ªa han conservado el suelo original de la vivienda, de baldosa hidr¨¢ulica. Tiene casi 90 a?os. ¡°?C¨®mo es posible que alguien quiera tirar esto?¡±, se preguntan.
Eso mismo se plantea Arantza Mota (Bilbao, 51 a?os). Lleg¨® a Madrid en 1992 y siente la colonia y la ciudad como propios. Se define como ¡°peleona¡± y hace una encendida defensa de lo que significan las colonias para la ciudad: ¡°son una zona de paseo, de intercambio¡ un patrimonio maravilloso que tenemos los madrile?os y del que no nos damos cuenta. Creo que ni tan siquiera los pol¨ªticos son conscientes de lo que hay¡±, explica sentada en el sal¨®n de su casa. Descubri¨® la colonia hace 16 a?os, dando un paseo. Durante el confinamiento, muchos ciudadanos han descubierto estos espacios. Varias de las viviendas que estaban a la venta han encontrado comprador.
Las pocas casas originales que quedan conviven con edificios contempor¨¢neos y mantienen el caracter¨ªstico mirador que sobresale de la fachada, con columnas y forjados a la vista. Tienen un aire al barrio franc¨¦s de Nueva Orleans.
Arantza conoce la historia de la colonia -¡±el promotor de esta colonia fue Gregorio Iturbe y el arquitecto, Enrique Pfitz. La construcci¨®n se hizo con moldes de cemento, no con ladrillos¡¡±- pero est¨¢ m¨¢s preocupada por el futuro: ¡°ahora que se est¨¢ produciendo un cambio generacional, a los nuevos nos gustar¨ªa retomar la asociaci¨®n de vecinos para defender nuestro patrimonio. La uni¨®n hace la fuerza¡±. Se enciende cuando habla de la colonia Modernista, a escasos cinco minutos a pie: ¡°es la leche, es una preciosidad. Y pensar que se est¨¢n dejando caer, no lo puedo entender¡¡±.
De camino hacia all¨ª, saluda desde la ventana de su casa la bailarina Paz Tom¨¢s (91 a?os, Madrid). ¡°Nada de pol¨ªtica¡±, advierte. Lleg¨® a la colonia en 1957. ¡°Bail¨¦ con todas las folcl¨®ricas que hab¨ªa en Espa?a. En una tourn¨¦e con mi marido sacamos un dinero y dejamos la casa tal y como est¨¢ ahora¡±. A trav¨¦s de las rejas, ofrece una imagen majestuosa. Pero nada de fotos. ¡°No quiero, de verdad¡±.
La colonia Madrid Moderno comenz¨® a levantarse en 1890 y en el proceso participaron varios arquitectos, entre ellos Mariano Belm¨¢s. Las pocas casas originales que quedan conviven con edificios contempor¨¢neos y mantienen el caracter¨ªstico mirador que sobresale de la fachada, con columnas y forjados a la vista. Tienen un aire al barrio franc¨¦s de Nueva Orleans. Algunas est¨¢n tapiadas. No hay carteles de venta o alquiler. Un torre¨®n de estilo neomud¨¦jar -que refiere a la Casa de las Bolas del n¨²mero 145 de la calle de Alcal¨¢- ejerc¨ªa de entrada oficiosa a la colonia.
David Ferrer (44 a?os, Madrid) vive en el ¨¢tico de una de esas casas desde hace 10 a?os. Es una herencia familiar que se ha ido transmitiendo de generaci¨®n en generaci¨®n. Est¨¢ en la calle de Castelar. ¡°Son unos 100 metros por planta, divididas en cinco casas, todo alquileres de renta antigua. La casa est¨¢ bastante vieja¡±, explica apoyado en la verja.
En la paralela calle de Roma abre la puerta de otra de las casas originales Manuel Ruiz (Ferrol, 64 a?os). Tiene unos 400 metros construidos, de los que 320 son ¨²tiles y est¨¢n divididos en cuatro plantas. La descubri¨® en 2001 su mujer paseando por el barrio. Ense?a fotos en las que se ve el estado en el que se la encontr¨®. ¡°Parec¨ªa una cueva, pero tard¨¦ un cuarto de hora en comprarla, porque no vi lo que hab¨ªa, sino lo que pod¨ªa haber¡±, explica. ¡°Hemos mantenido el esp¨ªritu de la casa. Sustituimos la madera por hierro y cemento, pero intentamos preservar todos los elementos posibles, como las ventanas o adornos¡±. La reforma dur¨® dos a?os.
La casa est¨¢ rematada por un tragaluz. Manuel anima a seguir subiendo pisos. En el ¨²ltimo, una pasarela da acceso a una piscina de obra de 4x3 metros. Cubre, aproximadamente, 1,50. Est¨¢ apoyada en las vigas originales, reforzadas con hierros. Es peque?a, s¨ª, pero no hace falta zambullirse para notar c¨®mo desciende la temperatura en el patio interior de la planta m¨¢s alta de esta casa modernista.