Bel¨¦n Mart¨ªn, la chica ¡°rarita¡± que se hizo jazzista ¡°de carambola¡±
La saxofonista y compositora de San Blas asombra a la cr¨ªtica con 22 a?os y sin antecedentes art¨ªsticos en la familia
La primera vez que Bel¨¦n Mart¨ªn sostuvo un saxof¨®n entre las manos, el ¨²nico referente que ten¨ªa sobre ese instrumento era el de un personaje animado y de piel intensamente amarilla: Lisa Simpson, la hermana de Bart Simpson. A esta madrile?a de San Blas, que en diciembre cumplir¨¢ 23 a?itos, a¨²n le entra la risa solo de recordarlo. ¡°Llegu¨¦ a la escuela municipal de m¨²sica del barrio con 10 a?os y de carambola. Iba con idea de apuntarme a trompeta, tampoco sabr¨ªa explicar por qu¨¦. Y en esas, vi el saxo, me dio la ventolera¡ y mira t¨². ?Hasta aqu¨ª!¡±.
El ¡°aqu¨ª¡± al que se refiere esta millen...
La primera vez que Bel¨¦n Mart¨ªn sostuvo un saxof¨®n entre las manos, el ¨²nico referente que ten¨ªa sobre ese instrumento era el de un personaje animado y de piel intensamente amarilla: Lisa Simpson, la hermana de Bart Simpson. A esta madrile?a de San Blas, que en diciembre cumplir¨¢ 23 a?itos, a¨²n le entra la risa solo de recordarlo. ¡°Llegu¨¦ a la escuela municipal de m¨²sica del barrio con 10 a?os y de carambola. Iba con idea de apuntarme a trompeta, tampoco sabr¨ªa explicar por qu¨¦. Y en esas, vi el saxo, me dio la ventolera¡ y mira t¨². ?Hasta aqu¨ª!¡±.
El ¡°aqu¨ª¡± al que se refiere esta millenial rubia, dicharachera y absolutamente at¨ªpica es el centro cultural Conde Duque, donde esta noche ofrecer¨¢ su primer gran concierto, dentro del festival Jazzmadrid, despu¨¦s de haber obtenido una beca de residencia como reconocimiento a sus excelentes dotes musicales. Porque Bel¨¦n se sale de la pauta en todo. Es jazzista en una generaci¨®n que adora el trap o la m¨²sica electr¨®nica. Toca un instrumento de metal en el que apenas existen nombres femeninos de referencia, ni j¨®venes ni avezados. Desde los 20 a?os compone el material que presenta sobre los escenarios, porque decidi¨® ¡°vencer el v¨¦rtigo¡± y apostar por la autor¨ªa propia. Y explora en la confluencia entre el jazz y el flamenco apart¨¢ndose por completo de los nombres de referencia en este ¨¢mbito (Chano Dom¨ªnguez, Javier Colina o, en su caso, el flautista y saxofonista Jorge Pardo). Sin necesidad de que circule una gota de ADN sure?o por su sangre, por supuesto.
¡°Supongo que siempre he sido la rarita¡±, concede Mart¨ªn, un perfil absolutamente ins¨®lito que ha alcanzado el aplauso un¨¢nime de un jurado distinguido (el programador Pepe Mompe¨¢n; el fundador del Bogui Jazz, Dick Angstadt, y los cr¨ªticos de jazz Luis Mart¨ªn y Pablo Sanz) sin apenas bagaje previo ni un solo antecedente familiar. ¡°En realidad, todo fue una casualidad, casi un capricho¡±, rememora. ¡°Mi padre quiso apuntarse a clases de m¨²sica cuando se jubil¨®, y a m¨ª me dio envidia. Algunos profes de la escuela municipal Antonio Machado eran grandes aficionados al jazz, una m¨²sica de la que lo desconoc¨ªa todo. Y a trav¨¦s de ellos comprend¨ª que era un g¨¦nero divertido y apasionante; sobre todo si empiezas por el swing y el jazz primigenio, y a partir de ah¨ª vas atrevi¨¦ndote con f¨®rmulas m¨¢s contempor¨¢neas¡±.
En la Escuela de M¨²sica Creativa (EMC), donde acaba de finalizar el Grado Superior, se apuntal¨® ya para siempre su instinto natural para el jazz. ¡°Lleg¨® el momento en que comprend¨ª que quer¨ªa dedicarme a esto, pasara lo que pasase¡±, exclama. ¡°Comenc¨¦ Musicolog¨ªa en la Complutense, pero no me gust¨® nada y lo abandon¨¦ al primer a?o. Luis Verde y el contrabajista Pablo Mart¨ªn Caminero, mis mejores profesores en la EMC, ya me hab¨ªan contagiado el gusanillo del jazz para siempre. No me he dedicado a otra cosa ni quiero distraerme con nada¡±. ?Con nada? ¡°Hombre, habr¨ªa preferido tener tiempo para ir a alguna fiesta m¨¢s, en lugar de quedarme en casa estudiando escalas, pero¡ ?no importa!¡±.
¡°Somos muy pocas mujeres en el jazz... Pero las suspicacias de los chicos desaparecen en cuanto te escuchan tocar¡±Bel¨¦n Mart¨ªn, joven saxofonista
Son las ventajas de la pasi¨®n, sin duda. Y de que el carburador, a los veintipocos, se encuentre a pleno rendimiento. Bel¨¦n Mart¨ªn ya no est¨¢ dispuesta a que le paralicen ni las inseguridades propias ni las suspicacias ajenas. ¡°Somos muy pocas mujeres en el jazz, es cierto, y a¨²n te tropiezas con alguna mirada prejuiciosa. Pero las suspicacias de los chicos desaparecen en cuanto te escuchan tocar¡±, avisa. Sobre todo si suenan piezas tan complejas y seductoras como Sutura Irreversible, la primera que dio por v¨¢lida en lugar de confinarla en la papelera. ¡°Soy demasiado exigente conmigo misma, pero creo que es buena¡±.
?Un futuro en el jazz? ?En Espa?a? ?Con 22 a?itos? Mart¨ªn, admiradora de saxofonistas emergentes como Logan Richardson, se ve ¨Cahora s¨ª¨C con fuerzas para todo. Imparte clases de m¨²sica en un colegio privado a alumnos de Primaria y ESO, a los que da ¡°bastante ca?a¡± porque, ya lo han visto ustedes, a intensidad no la gana nadie. Comparte ejercicios de saxo por Instagram porque es una chavala de su tiempo (¡°Twitter no lo uso, en cambio; eso os lo dejo a periodistas y pol¨ªticos¡±). Y a¨²n se sonr¨ªe si nota el gesto de estupor entre los dependientes de las tiendas de discos cuando curiosea las estanter¨ªas de jazz.
¡°De pop no tengo ni idea¡±, admite sin rodeos. ¡°Y dentro del indie me gusta mucho c¨®mo desarrollan las canciones Vetusta Morla. Pero mi verdadero ¨ªdolo, ya digo, no es ning¨²n cantante que salga por la radio, sino Mart¨ªn Caminero¡¡±.