Pisadas mexicanas trenzadas con solidaridad

Borja Fern¨¢ndez Zurr¨®n lo confiesa: ¨¦l de moda no tiene mucha idea. Pero ni femenina ni masculina. De zapatos, menos. Pero tiene fe en la amistad. Y en lo que le contaba su compa?era de trabajo, Jessica Bardanga, cuando la multinacional tecnol¨®gica en la que ambos trabajaban la traslad¨® a M¨¦xico hace unos a?os. En sus primeros viajes de vuelta a casa, Bardanga les tra¨ªa a sus amigas huaraches, unos zapatos t¨ªpicos del pa¨ªs americano muy coloridos y que se trenzan a man...

Borja Fern¨¢ndez Zurr¨®n lo confiesa: ¨¦l de moda no tiene mucha idea. Pero ni femenina ni masculina. De zapatos, menos. Pero tiene fe en la amistad. Y en lo que le contaba su compa?era de trabajo, Jessica Bardanga, cuando la multinacional tecnol¨®gica en la que ambos trabajaban la traslad¨® a M¨¦xico hace unos a?os. En sus primeros viajes de vuelta a casa, Bardanga les tra¨ªa a sus amigas huaraches, unos zapatos t¨ªpicos del pa¨ªs americano muy coloridos y que se trenzan a mano. Aquel detalle empez¨® a transformarse en exigencia. ¡°Todo el mundo me los pide, no me caben en la maleta¡±, le cont¨® a su amigo. ¡°Estoy pensando en montar algo, Borja...", acab¨® confes¨¢ndole. ¡°Pues ni se te ocurra montarlo sin m¨ª¡±, le contest¨® ¨¦l sin pensarlo. Y entonces lleg¨® Mexas. Y aqu¨ª est¨¢ Zurr¨®n, a?o y poco despu¨¦s, sentado en un bar rodeado de varias cajas de zapatos, hablando de pieles, tejidos, confecci¨®n y suelas como si fuera todo un experto. Aunque se resista, ya lo es.

Fern¨¢ndez Zurr¨®n, asturiano graduado en ADE de 28 a?os, y Jessica Bardanga, publicista gallega de 29, aunaron fuerzas y ganas y montaron ese negocio con sede en Madrid, donde se conocieron. Cuando ella volvi¨® a Madrid (aunque ahora teletrabaja desde una aldea gallega) a principios de este a?o, los zapatos se acumulaban en una habitaci¨®n de su piso. Ahora, m¨¢s profesionalizados tras unos meses de andadura, han decidido hacerse con una nave cerca de Torrej¨®n desde donde los distribuyen a toda Espa?a y tambi¨¦n a Europa. La mayor parte de su comercio es por Internet, aunque ya se les empieza a encontrar en zapater¨ªas de la capital y de todo el pa¨ªs.

Pero el origen de todo es M¨¦xico. Los dos j¨®venes ten¨ªan claro que la producci¨®n deb¨ªa hacerse en el pa¨ªs americano y que el beneficio deb¨ªa repercutir en los trabajadores. Por ello fueron a Saguayo, Michoac¨¢n, a buscar talleres que quisieran participar de su idea. ¡°Es un lugar confeccionador de calzado, como aqu¨ª puede ser Elche. "Una ciudad peque?a, pero con sensaci¨®n de pueblo. Al llegar nos dio miedo, m¨¢s con estas pintas de gringos que ten¨ªamos, la inseguridad se palpa en el ambiente¡±, confiesa como quien narra una pel¨ªcula Fern¨¢ndez Zurr¨®n, ¡°pero luego la gente nos ayud¨® un mont¨®n, much¨ªsimo. Preguntamos en una tienda y a partir de ah¨ª nos fueron indicando. Al final encontramos talleres¡±. Tradicionalmente, los huaraches son trenzados por mujeres en casas y talleres y los hombres los ensamblan y les unen la suela.

Al final se decidieron por el de don Luis. ¡°La fabricaci¨®n es totalmente artesanal, no quer¨ªamos una superf¨¢brica para perder la esencia. ¡®Don Luis nunca nos retrasa el pago¡¯, nos contaron los trabajadores. Ellos lo valoran mucho y nosotros tambi¨¦n¡±, relata Zurr¨®n. ?Y los salarios? ¡°Son sueldos dignos para M¨¦xico, por supuesto¡±, dice, ya m¨¢s serio. No solo buscan que Mexas contribuya a la econom¨ªa local, sino que quieren ¡°impactar devolviendo a la comunidad". ¡°Donamos un euro de cada par de huaraches vendidos a la organizaci¨®n Mujeres Aliadas, de Michoac¨¢n¡±, cuenta orgulloso. Desde all¨ª se imparten talleres de educaci¨®n sexual y reproductiva, se forma a matronas, se ayuda a las mujeres a acudir a revisiones ginecol¨®gicas, ¡°porque a veces sus maridos no las dejan¡±. ¡°Sab¨ªamos el concepto que quer¨ªamos: ayudar a mujeres y a comunidades ind¨ªgenas. As¨ª que buscamos algo que fuera fiable, que tuviera los sellos, las certificaciones, estatales", explica Zurr¨®n de una tarea que no fue f¨¢cil.

Adem¨¢s, para rendir homenaje a los artesanos que fabrican sus zapatos, han decidido contar con artistas j¨®venes para realizar una serie de ilustraciones de todos ellos que se incluyen en sus env¨ªos y que cuentan las historias de quienes est¨¢n detr¨¢s. ¡°A ellos les encanta, les hace mucha ilusi¨®n, y tambi¨¦n que aqu¨ª se lleven sus huaraches¡±, cuenta Fern¨¢ndez Zurr¨®n.

De la pandemia intentan extraer un aprendizaje positivo. Bardanga est¨¢ un ERTE total, pero eso le permite trabajar desde su casa en Galicia y dedicarse a dise?ar y vender los dise?os de Mexas. ?l se ha cogido una excedencia para centrarse en la empresa y se alimenta por los ingresos que le llegan de otra rocambolesca manera: a trav¨¦s de un canal de YouTube con 400.000 suscriptores donde publica did¨¢cticos v¨ªdeos de Historia llamado Memorias de Pez.

¡°Ahora no sacamos nada¡±, reconoce el creador de la marca, ¡°todo el beneficio se destina a crecer¡±. Al final, reconoce, buscar y producir en M¨¦xico casi ha sido el paso f¨¢cil. Lo complicado est¨¢ siendo la log¨ªstica, empezar un negocio en un 2020 rar¨ªsimo y ¡°entender la idiosincrasia del sector¡±, uno en el que ahora apenas nadie compra moda o calzado. La pandemia les pill¨® de lleno. En marzo vendieron apenas 100 pares, gracias a Instagram y campa?as de Internet. ¡°La primera vez que vi a una chica por la calle con unos le saqu¨¦ una foto¡±, r¨ªe ¨¦l. El a?o que viene espera poder hacer 5.000 fotos, tantas como pares han vendido. Este a?o han sido 1.200, entre otros a Alemania y Francia. Pero no a M¨¦xico, curiosamente. A¨²n no han logrado llegar hasta el lugar donde producen.