El jazz que naci¨® entre las paredes de un piso compartido
El quinteto The Machetazo act¨²a este s¨¢bado en el CentroCentro dentro del festival JazzMadrid20
Aunque la mayor¨ªa de ellos son de Madrid, los j¨®venes integrantes del quinteto The Machetazo se conocieron en San Sebasti¨¢n cuando decidieron ir a estudiar a Musikene, el Conservatorio Superior de M¨²sica del Pa¨ªs Vasco. ¡°Elegimos este lugar por el prestigio que tiene y porque es p¨²blico. En Madrid no hay algo as¨ª¡±, aclaran desde la terraza de su local de ensayo Matilda, un refugio en el barrio de San Isidro para componer y crear. Esa experiencia forj¨® una s¨®lida amistad que se transform¨® en un proyecto de vida dedicado a su gran pasi¨®n, el j...
Aunque la mayor¨ªa de ellos son de Madrid, los j¨®venes integrantes del quinteto The Machetazo se conocieron en San Sebasti¨¢n cuando decidieron ir a estudiar a Musikene, el Conservatorio Superior de M¨²sica del Pa¨ªs Vasco. ¡°Elegimos este lugar por el prestigio que tiene y porque es p¨²blico. En Madrid no hay algo as¨ª¡±, aclaran desde la terraza de su local de ensayo Matilda, un refugio en el barrio de San Isidro para componer y crear. Esa experiencia forj¨® una s¨®lida amistad que se transform¨® en un proyecto de vida dedicado a su gran pasi¨®n, el jazz contempor¨¢neo. La banda act¨²a este s¨¢bado en el CentroCentro, dentro del festival JazzMadrid20.
La idea de unirse como grupo surgi¨® cuando todos decidieron irse a Holanda y Nueva York para realizar un m¨¢ster y completar su formaci¨®n. Entre las paredes de un piso compartido, los cinco amigos tuvieron que superar tambi¨¦n un ¡°m¨¢ster de convivencia¡± que aprobaron con nota.
¡°En Holanda fue donde nos dimos cuenta de que musicalmente ten¨ªamos algo que decir y empezamos este proyecto. Cada uno toc¨¢bamos un instrumento distinto y a nivel emocional est¨¢bamos muy conectados¡±, confiesa Dario Guibert, el contrabajo de The Machetazo. Antes cada uno hab¨ªa tocado con distintas bandas, pero su experiencia com¨²n en el extranjero consolid¨® su vocaci¨®n de abrirse camino con una voz conjunta y propia. Cada ciudad les aport¨® algo distinto y las exprimieron al m¨¢ximo. ¡°En Pa¨ªses Bajos tocamos much¨ªsimo en todos los lados, cualquier esquina era un sitio donde hacerlo. En Nueva York ten¨ªamos todos los club de jazz, donde pod¨ªamos escuchar a nuestros ¨ªdolos para coger referencias; eran m¨²sicos del panorama actual como Ben Wendel o Nate Wood. Eso lo hemos podido traer a Espa?a a nuestra manera¡±, se?ala el pianista Jorge Casta?eda.
Daniel Ju¨¢rez, saxofonista tenor, Nacho Fern¨¢ndez a la guitarra y Mikel Urretagoiena en la bater¨ªa completan un elenco que irradia unas ganas y determinaci¨®n inmensas. Todos coinciden en lo mucho que les han aportado estas ciudades en un plano personal y acad¨¦mico: ¡°Cuando sales al extranjero conoces a otros m¨²sicos de Europa y Estados Unidos, juntarte con gente de otros pa¨ªses te enriquece un mont¨®n. En concreto en Nueva York hemos dado clase con los top del jazz y ha sido una experiencia incre¨ªble¡±, rememoran con cari?o.
Para ellos, The Machetazo siempre ha sido como un laboratorio en donde han llevado a la pr¨¢ctica todas esas vivencias. Aunque el proceso creativo con cinco integrantes no est¨¢ exento de discrepancias: ¡°Es lo que tiene ser un colectivo, existen criterios distintos pero al final todo pasa por el filtro de The Machetazo que es lo que tenemos en com¨²n, es una sonoridad que hemos ido cogiendo con los a?os y la experiencia, y acaba siendo el producto de la banda. Adem¨¢s, en caso de duda el compositor manda¡±, comentan entre risas.
El jazz es un g¨¦nero al que le cuesta echar ra¨ªces en Espa?a, pero poco a poco su acogida va en aumento. Jorge Casta?eda cree que falta m¨¢s promoci¨®n institucional que sirva como empuje: ¡°Est¨¢ mejorando pero queda mucho trecho, aunque creo que esto les pasa a todos, desde grandes nombres a grupos que van surgiendo. Tambi¨¦n hay que entender que es una m¨²sica muy concreta y que est¨¢ dirigida a un p¨²blico espec¨ªfico, tampoco hay que volverse loco, pero falta que se d¨¦ m¨¢s a conocer y de ah¨ª ver el nivel de aceptaci¨®n¡±.
La escena de jazz madrile?o conquist¨® a The Machetazo y es en la capital donde han decidido asentarse, tambi¨¦n por su ubicaci¨®n geogr¨¢fica que facilita los viajes a otras comunidades. ¡°Madrid es muy agradecida y tiene mucho talento. Hay grupos que llevan aqu¨ª varios a?os siendo parte activa. Tambi¨¦n hay m¨²sicos cubanos que nos inspiran mucho y tenemos la oportunidad de trabajar con ellos¡±, apunta Dario Guibert. El vasco del grupo, Mikel Urretagoiena, tambi¨¦n considera que la ciudad cuenta con proyectos muy interesantes y acoge a m¨²sicos que vienen de muchos pa¨ªses diferentes, algo que la enriquece culturalmente.
El cierre de muchas salas de m¨²sica en vivo en Madrid y la crisis a la que se enfrenta el sector preocupa a este quinteto. ¡°Los encargados de hacer que la cultura sobreviva no lo han jugado bien, pero esperemos que cierren unas salas para que abran otras, que haya nuevos sitios donde estrenar m¨²sica y hacer nuevos experimentos para mantener la escena viva¡±, declara el contrabajista. Coincide en esto su compa?ero Nacho Fern¨¢ndez: ¡°La cultura es un sector muy fr¨¢gil y vulnerable y no hay una buena regulaci¨®n, es pat¨¦tico comparado con otros pa¨ªses. Las consecuencias las vemos cuando hay un problema grande¡±.
El proceso creativo de The Machetazo suele llegar de una forma m¨¢s individual. Un miembro lleva la idea montada, la comparte con el equipo y trabajan sobre ese material proponiendo nuevas partes. Componen pensando en los cinco instrumentos de la banda, en los amigos con los que est¨¢n compartiendo los mejores a?os de juventud. ¡°Tenemos esa comuni¨®n y nos conocemos muy bien¡±, se?ala el guitarrista. Cuando cada uno trae el tema al local surge la magia y el resultado es siempre inesperado. Y es que para ellos el truco est¨¢ en fluir y dejarse llevar.