Filetes rusos e incertidumbre
El bar y punto de encuentro cultural Casa Filete pasa por el ¡®via crucis¡¯ hostelero provocado por la pandemia
Antes, Casa Filete era el bar restaurante Casa Recio, fundado en los a?os 60, una casa de comidas familiar, muy popular en el barrio, en la que los martes, dicen, iba a comer gente del mundillo del cine. ¡°Al parecer estaba todo muy rico y era bastante conocido: todav¨ªa viene gente de vez en cuando a ver d¨®nde estaba el Recio¡±, dice Chema Garc¨ªa.
Garc¨ªa es uno de los tres socios de Casa Filete (San Bernardino, 15). Cogieron el local en 2015 y lo actualizaron tratando de mantener algunas de sus esencias, como la barra met¨¢lica o los azul...
Antes, Casa Filete era el bar restaurante Casa Recio, fundado en los a?os 60, una casa de comidas familiar, muy popular en el barrio, en la que los martes, dicen, iba a comer gente del mundillo del cine. ¡°Al parecer estaba todo muy rico y era bastante conocido: todav¨ªa viene gente de vez en cuando a ver d¨®nde estaba el Recio¡±, dice Chema Garc¨ªa.
Garc¨ªa es uno de los tres socios de Casa Filete (San Bernardino, 15). Cogieron el local en 2015 y lo actualizaron tratando de mantener algunas de sus esencias, como la barra met¨¢lica o los azulejos en la pared. ¡°Mantuvimos buena parte de lo que nos encontramos, porque parte de nuestra filosof¨ªa es seguir teniendo aire de tasca tradicional, de bar de barrio, como los que frecuentaba mi padre, y que est¨¢n desapareciendo de la ciudad¡±, dice Garc¨ªa. Con solo cambiar algunos elementos de la decoraci¨®n y, sobre todo, la iluminaci¨®n, estos espacios adquieren un elemento atemporal, entre lo castizo y lo moderno, y tambi¨¦n acogedor, en mitad de un aluvi¨®n de bares de dise?o hipster, fr¨ªos y cl¨®nicos, con los que es dif¨ªcil establecer v¨ªnculos emocionales.
As¨ª que, al menos en tiempos precovid, cuando no hab¨ªa que reservar, el local era un punto de encuentro para parroquianos habituales, para gente que va sola porque ya sabe que all¨ª se encontrar¨¢ a alguien, para pandillas de amigos, para los que van a tomar unas ca?as y unas raciones en la barra o prefieren sentarse en una mesa en la parte de atr¨¢s. El plato estrella, como reza el nombre del local, es el filete ruso. ¡°Ahora sin la barra, que es el alma del local, y con solo un 50% de aforo, se ve todo un poco desangelado. Vamos probando cosas, nuevos platos y ofertas, nuevos horarios, sin saber muy bien hacia donde tirar¡±, cuenta Garc¨ªa.
Otra parte de la filosof¨ªa de Casa Filete es ser un punto de encuentro cultural, de modo que all¨ª se celebran exposiciones, peque?os conciertos ac¨²sticos, presentaciones de libros o lo que surja, siempre suena m¨²sica, aunque en tiempos de pandemia todo resulta m¨¢s ortop¨¦dico. ¡°Creo que hay que seguir haciendo cosas, tomando todas las medidas de seguridad¡±, dice Garc¨ªa, ¡°aunque es un poco triste, y hasta rid¨ªculo, que haya que separar tanto a la gente en los conciertos o andar vigilando que no se peguen demasiado cuando ven las exposiciones¡±.
Desde que lleg¨® el coronavirus en este negocio han pasado el mismo via crucis que han pasado tantos negocios de hosteler¨ªa y que se han llevado a tantos otros por delante. Adem¨¢s, no tienen terraza. ¡°Estamos resistiendo como podemos, trabajamos los tres socios, muchas m¨¢s horas de las habituales, y tenemos en ERTE a las tres personas de plantilla¡±, se?ala el hostelero, ¡°lo peor es la incertidumbre: no sabemos cu¨¢nto vamos a aguantar¡±.
La asociaci¨®n Hosteler¨ªa Madrid ha cifrado en 7,2 millones de euros las p¨¦rdidas que provocar¨¢ el actual cierre a las 21 horas y la reducci¨®n de seis a cuatro comensales por mesa, y ve dif¨ªcil la supervivencia del sector. Ya han cerrado un 18% de los locales en la Comunidad de Madrid y otro 20% est¨¢ en riesgo de hacerlo. En Casa Filete el a?o pasado tuvieron que pedir un cr¨¦dito ICO y la propiedad les hizo un 50% de rebaja en el alquiler, pero solo durante el confinamiento, cuando estuvieron cerrados. ¡°Ahora vamos pagando cuando podemos¡±, confiesa Garc¨ªa, ¡°hacen falta m¨¢s ayudas del gobierno: la situaci¨®n es bastante jodida¡±.
Se da la circunstancia de que Garc¨ªa (y sus socios) vienen de una larga traves¨ªa profesional en otro sector muy castigado: el de la noche. Fue uno de los art¨ªfices del m¨ªtico Nasti Club, en Malasa?a, que durante a?os trajo nuevas m¨²sicas y congreg¨® a gran cantidad de mel¨®manos y noct¨¢mbulos entre sus barras y paredes. En los ¨²ltimos tiempos Garc¨ªa ven¨ªa organizando otra sesi¨®n discotequera itinerante llamada Fantasma (en lugares como la sala Caracol o la sala Sol).
?C¨®mo ve la noche madrile?a? ¡°La veo mal, echo de menos volver a salir a tomar una copa y regresar a casa de madrugada¡±, dice el promotor, ¡°lo curioso es que, incluso habl¨¢ndolo con amigos, nos resulta dif¨ªcil recordar c¨®mo estaba la noche antes de la pandemia, como si aquello fuera ya otro mundo que nunca hubiera existido¡±.