Una declaraci¨®n de intenciones en 28 pinceladas escult¨®ricas
La exposici¨®n ¡®Tiempo para lo imposible¡¯ re¨²ne 20 a?os de piezas e instalaciones del artista ?scar Vautherin en el Museo La Neomud¨¦jar
?scar Vautherin (Madrid, 50 a?os) ha usado a su hija Manuela como modelo para crear algunas de sus esculturas: ¡°Ella es mi vida y por eso la introduzco en mi obra¡±. Es un ejemplo de como el artista se basa en su experiencia directa para tratar temas sociales universales que hacen necesaria una reflexi¨®n sobre lo que acontece en la guerra, en las costas, las hambrunas, la emigraci¨®n o la sobreexplotaci¨®n de recursos. Esta dureza lo transmite en algunas de sus obras que han sufrido disparos, balonazos o alteraciones en el material. En la exp...
?scar Vautherin (Madrid, 50 a?os) ha usado a su hija Manuela como modelo para crear algunas de sus esculturas: ¡°Ella es mi vida y por eso la introduzco en mi obra¡±. Es un ejemplo de como el artista se basa en su experiencia directa para tratar temas sociales universales que hacen necesaria una reflexi¨®n sobre lo que acontece en la guerra, en las costas, las hambrunas, la emigraci¨®n o la sobreexplotaci¨®n de recursos. Esta dureza lo transmite en algunas de sus obras que han sufrido disparos, balonazos o alteraciones en el material. En la exposici¨®n Tiempo para lo imposible, est¨¢n recogidas 28 de sus piezas e instalaciones m¨¢s destacadas en los m¨¢s de 20 a?os que ha dedicado al arte pl¨¢stico.
Las obras, que se podr¨¢n contemplar hasta el 28 de marzo, est¨¢n expuestas en el Museo La Neomud¨¦jar, una nave industrial de apariencia descuidada que provoca cierto mimetismo con sus trabajos: ¡°Hay piezas que son muy violentas y el espacio funciona muy bien para preparar a los visitantes¡±, cuenta. Dentro se aprecian obras que tienen un enorme significado. ¡°Yo traslado mis inquietudes e invito a otros a cuestionar su posici¨®n ante el mundo. Pero todo lo hago desde mi experiencia. A partir de lo que he vivido, veo que me asemeja con el resto para entrar en un di¨¢logo. Hago preguntas y abro las puertas a reflexionar¡±, se?ala Vautherin.
Aunque las piezas son independientes unas de otras, en conjunto encuentran una coherencia, ya que giran en torno a la misma idea: ¡°La sociedad se ha volcado en una b¨²squeda de necesidades permanentes que nos han convertido en mendigos de libertad y afecto. En lugar de entender que ya somos seres completos. Lo que buscamos ya nos pertenece, pero no lo sabemos¡±. A su forma de ver, el principal responsable que nos hace comportarnos de esa manera es el mundo materialista.
Vautherin posee un largo recorrido profesional y su trayectoria ha estado muy vinculada al compromiso social, la concienciaci¨®n y la carencia de oportunidades para los m¨¢s vulnerables, en una sociedad ¡°cada vez m¨¢s fragmentada que se acerca a la deshumanizaci¨®n¡±. Para buscar inspiraci¨®n ha viajado a lugares menos desarrollados como Senegal, Mal¨ª, Burkina Faso o Ghana: ¡°Los pa¨ªses del ?frica Subsahariana me interesan especialmente. En Mal¨ª los franceses lo dejaron m¨¢s a su ser porque no lo consideraban rico en recursos y est¨¢ poco reformado por la presencia del colonialismo. Es una sociedad que sigue marcada por sus patrones y permite un acercamiento distinto¡±. La mayor diferencia que encuentra es la no contaminaci¨®n con la necesidad materialista. ¡°En ?frica, las relaciones son mucho m¨¢s coherentes. Hay una cercan¨ªa con la entrega y la generosidad¡±, indica el artista que tampoco oculta los grandes problemas que tienen estos pa¨ªses: ¡°La mujer est¨¢ oprimida y condenada al ostracismo. Tambi¨¦n hay una gran violaci¨®n de muchos de los derechos fundamentales¡±.
El artista empez¨® a desarrollar sus capacidades art¨ªsticas como pintor. Le atra¨ªa el arte abstracto, el surrealismo, por el nivel literario y el discurso dada¨ªsta, por ese viaje a lo absurdo y lo imposible. Sin embargo, encontraba en esta disciplina bastantes limitaciones: ¡°Con la pintura abstracta es muy dif¨ªcil transmitir y generar un di¨¢logo, por eso abord¨¦ la escultura. Entend¨ª que pod¨ªa crear un discurso porque aborda otros planos y se vuelve m¨¢s compleja¡±. Cree que el principal problema de la pintura es que todos la manejamos constantemente al consumir ¡°millones de im¨¢genes¡± a diario. Tambi¨¦n le interesa la instalaci¨®n, porque obliga a un recorrido alrededor de la pieza, e invita a formar parte de ella al generar un acercamiento.
En Tiempo para lo imposible est¨¢n recogidos peque?os hitos de su trabajo. ¡°Son grandes proyectos inconclusos en los que rasco peque?os fragmentos. As¨ª que estas piezas son pinceladas de toda mi colecci¨®n de intenciones¡±, apunta Vautherin. Algunas de las piezas visibles le acompa?an desde el 1995 por ejemplo una que recrea la figura de un moribundo: ¡°Parece una momia porque est¨¢ rota. Es mi primera escultura y quer¨ªa demostrar que pod¨ªa hacer realismo. No me gusta recurrir a ¨¦l porque propone un est¨ªmulo inmediato de aceptaci¨®n o rechazo¡±. El resto de obras tienen m¨¢s significado y provocan debate. ?l destaca la puerta con tres picaportes, la barca de papel de peri¨®dico alrededor de ocho palas de oro s¨ªmbolo del G8 (los ocho pa¨ªses m¨¢s ricos) y las piernas que cuelgan en la cuerda floja. ¡°Si lo analizas es un camino de imposibles, abrazar lo incierto, cada paso en la vida es una aventura y vivir supone andar¡±, reflexiona el artista.
Para crear y fabricar sus obras utiliza una gran variedad de soportes y materiales a excepci¨®n del pl¨¢stico: ¡°No me gusta y creo que deber¨ªamos tener cuidado en usarlo. Como artistas somos escaparate y tenemos que dar ejemplo. Claro que cuesta m¨¢s tallar una pierna en madera que con pl¨¢stico, pero se contamina mucho menos¡±. Adem¨¢s, le permite generar un mayor conocimiento del entorno y aprovechar mejor los recursos. ¡°Hubo un momento de mi vida en que una amiga me pregunt¨® si sab¨ªa quince propiedades del hierro. No sab¨ªa casi ni cuatro. A partir de ah¨ª empiezas a preguntarte muchas cosas. De qu¨¦ color es, si es fr¨ªo, la dureza. As¨ª empiezas a entender, cuestionar y a domesticar el material con el que trabajas¡±, dice Vautherin.
'Tiempo para lo imposible'
Cu¨¢ndo: 28 de marzo
Horario: Mi¨¦rcoles a domingo de 11:00 a 15:00 y de 17:00 a 21:00.
D¨®nde: Museo la Neomud¨¦jar. Calle de Antonio Nebrija.
Precio: Regular 6,00 €.