El Madrid de la Guerra Civil, en los ojos de Celia
Un mapa interactivo recorre las calles mencionadas en una de las novelas protagonizadas por el personaje infantil y aporta im¨¢genes y notas biogr¨¢ficas de su autora, Elena Fort¨²n
La fil¨®loga Mar¨ªa Jes¨²s Fraga (La Coru?a, 73 a?os) recuerda cuando era peque?a y su madre le¨ªa las aventuras de una ni?a con el cabello rubio tostado llamada Celia. La escritora Elena Fort¨²n (Madrid, 1886-1952), destacada figura femenina durante la Segunda Rep¨²blica, cre¨® este personaje, que naci¨® en las p¨¢ginas de la publicaci¨®n Gente Menuda en 1928. Pronto se convirti¨® en un referente infantil para varias generaciones de espa?oles. En la novela Celia en la revoluci¨®n, escrita poco despu¨¦s del fin de la Guerra Civil y rescatada recientemente del olvido, la popular ni?a de ficci¨®n describe, a su manera y sin inclinaciones ideol¨®gicas, la crueldad de este conflicto.
En la web de la Biblioteca Regional de Madrid se puede observar ahora de forma gratuita la Cartograf¨ªa Digital de Madrid de este libro p¨®stumo de Fort¨²n. El proyecto ofrece un mapa de Madrid con un recorrido que a¨²na la historia de la ciudad e informaci¨®n sobre las vivencias de la joven protagonista y las de la propia autora, de la que la biblioteca adem¨¢s conserva una colecci¨®n con sus textos.
Fraga no entend¨ªa por qu¨¦ se cortaron las historias de Celia durante la Guerra Civil, si despu¨¦s la protagonista salt¨® en otros libros de Madrid a Buenos Aires buscando trabajo con 19 o 20 a?os, como en Celia institutriz en Am¨¦rica (1944). Lo comprendi¨® cuando empez¨® a investigar sobre la vida de su creadora, que emigr¨® a Argentina tras el conflicto b¨¦lico: ¡°Elena Fort¨²n escribi¨® el libro sobre la Guerra Civil porque ten¨ªa que sacar de dentro lo que hab¨ªa vivido, pero les dijo a sus conocidos que Celia en la revoluci¨®n no pod¨ªa ser publicado. Pensaba que la sociedad no estaba preparada y, adem¨¢s, en aquella ¨¦poca hab¨ªa mucha censura¡±. Para conocer lo que vivi¨® su personaje durante los a?os 1936 y 1939 hubo que esperar hasta mucho despu¨¦s de su muerte. El texto apareci¨® como una rareza bibli¨®fila en 1987 y, ya de forma masiva, en 2016 a trav¨¦s de la publicaci¨®n de la editorial Renacimiento de la que ahora, cinco a?os despu¨¦s, lanza una segunda edici¨®n.
Mirada desde el exilio
La escritora comenz¨® a trabajar en Celia en la revoluci¨®n mientras estaba en Espa?a, pero no lo concluy¨® hasta 1943, ya en el exilio bonarense. ¡°Cogi¨® el pen¨²ltimo barco de Valencia¡±, cuenta Fraga. Fort¨²n conoci¨® los bombardeos, la violencia, el sufrimiento y el hambre. ¡°La sociedad no ten¨ªa para comer y en la calle se corr¨ªa la voz si vend¨ªan carne en una esquina o en los caf¨¦s¡±, se?ala la fil¨®loga. Se ha calificado como una novela de aprendizaje, porque la adolescente pierde las figuras del abuelo y del padre, incluso de las hermanas, a las que ya no tendr¨¢ que cuidar, y debe enfrentarse sola al mundo.
El proyecto cartogr¨¢fico de la Direcci¨®n General de Patrimonio Cultural da una nueva vida a este eslab¨®n perdido de la saga de Celia y pretende divulgar la realidad de la Guerra Civil en la ciudad, a partir de la mirada de una adolescente ajena a la dimensi¨®n partidista de la contienda. La novela se puede disfrutar con un formato digital a trav¨¦s de un mapa interactivo, lo que permite su lectura fragmentada e interactiva que no obliga a seguir un orden concreto. ¡°La iniciativa se acerca a la forma en las que se plantean la lectura los j¨®venes de ahora¡±, dice Fraga.
¡°La idea se me ocurri¨® porque una compa?era del departamento hizo una estancia en Estados Unidos y en su universidad hab¨ªan creado una aplicaci¨®n sobre Lorca en Nueva York¡±, cuenta la fil¨®loga, que eligi¨® el libro de Fort¨²n porque est¨¢ ligado a Madrid. En su caso, en vez de una aplicaci¨®n para m¨®viles, cre¨® el recorrido para verlo en web. Debido a los datos recogidos en la novela, se facilit¨® la tarea de hacer un mapa. La web dedicada a Celia en la revoluci¨®n muestra cada uno de los puntos mencionados a lo largo de la trama, reproduciendo aquellos pasajes en los que aparece alguna calle o edificio emblem¨¢tico. En esta parte hay un trabajo documental que incluye ilustraciones del dibujante y cineasta Juan Millares, que recrea aquel Madrid desde la posici¨®n de los personajes que narra.
A eso se a?ade el juego de la autobiograf¨ªa/ficci¨®n junto a las cr¨®nicas que escribi¨® Fort¨²n cuando trabajaba como periodista. Tambi¨¦n se han incluido fotograf¨ªas de la ¨¦poca, donde se puede apreciar c¨®mo ha cambiado Madrid. ¡°Se destruyeron muchos edificios como el Cuartel de la Monta?a, el barrio de Arg¨¹elles, o el mercado de Torrijos¡±, indica Fraga. Hay otras zonas que han cambiado, por ejemplo la Plaza Mayor. La primera vez que va el personaje estaba ajardinada y tapada la estatua de Felipe III para protegerla de los bombardeos.
La escritora en realidad se llama Mar¨ªa de la Encarnaci¨®n, pero utiliza el pseud¨®nimo tomado por el libro Los mil sue?os de Elena Fort¨²n que escribi¨® su marido, aficionado a la literatura. ¡°No era f¨¢cil escribir si eras mujer, por eso eligi¨® ese nombre para que su marido no se sintiera mal¡±, explica Fraga. Al principio ella escrib¨ªa sobre feminismo, abolicionismo y educaci¨®n, pero al final se moder¨® y ha sido una gran referente para mostrar la Espa?a del siglo XX.
Celia, la cronista
¡°?Esto es la revoluci¨®n! Yo me hab¨ªa figurado las revoluciones con muchedumbres aullando por las calles¡. Aqu¨ª hay silencio, polvo, suciedad, calor y hombres que ocupan el tranv¨ªa con fusiles al hombro¡±, cuenta en julio de 1936 Celia, la ni?a de 14 a?os que se hace cargo de sus dos hermanas peque?as tras la muerte de su madre y que convive con un padre republicano y un primo miembro de la Falange. En Madrid, la joven vive los acontecimientos m¨¢s significativos para la ciudad: la primera ola revolucionaria, la violencia represiva y la batalla de Madrid. La novela-cr¨®nica la lleva en noviembre de 1937 a Valencia, Albacete o Barcelona, para finalmente regresar a la capital en marzo del a?o siguiente. All¨ª, ya avanzada la contienda, comparte con los madrile?os el pesimismo, el desabastecimiento, el hambre, las barbaridades de los fusilamientos al anochecer, los crueles bombardeos, las huidas de familias enteras... Todo sale a relucir en este desgarrador relato, pero tambi¨¦n hay sitio para la felicidad y la poes¨ªa, el olor a tomillo, el radiante sol de oto?o o el sabor de una tortilla francesa calentita.
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