La teor¨ªa de las bombillas
Miren un poco hacia arriba para saber lo que est¨¢ pasando en las calles de Madrid
Perm¨ªtame, querido lector madrile?o, que le exponga una teor¨ªa que no es muy cient¨ªfica pero s¨ª muy urbana. Para saber qu¨¦ zonas de la ciudad se est¨¢n volviendo pica pica hay que mirar hacia arriba. Cuando uno empieza a vislumbrar que los moradores cuelgan en sus terrazas y azoteas hileras de bombillas, algo est¨¢ pasando. Eso es signo de querer alumbrar las noches, el barrio, de cenas que se alargan, de darle a la vida un poco de luz. Vecinos inquietos, una filosof¨ªa ...
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Perm¨ªtame, querido lector madrile?o, que le exponga una teor¨ªa que no es muy cient¨ªfica pero s¨ª muy urbana. Para saber qu¨¦ zonas de la ciudad se est¨¢n volviendo pica pica hay que mirar hacia arriba. Cuando uno empieza a vislumbrar que los moradores cuelgan en sus terrazas y azoteas hileras de bombillas, algo est¨¢ pasando. Eso es signo de querer alumbrar las noches, el barrio, de cenas que se alargan, de darle a la vida un poco de luz. Vecinos inquietos, una filosof¨ªa en definitiva.
Y ¨²ltimamente no paran de serpentear el cielo madrile?o bombillas de todo tipo de colores por la zona baja de Delicias y en las calles aleda?as al Matadero. De esas por las que no hab¨ªa turistas intraurbanos y que ahora atraen a muchos en la ciudad. Vayan, vayan, que por all¨ª se est¨¢n moviendo cosas. La gente se olvida del calor bajo las bombillas y en las terrazas en la plaza de Rutilio Gac¨ªs, incluidas algunas de sus se?or¨ªas de la Asamblea con conversaciones cazadas al vuelo en las que analizan uno por uno a los periodistas que les siguen. Tambi¨¦n deambula moderneo por los recovecos de Alejandro Saint Aubin y por Jaime el Conquistador, en busca de alguna neotaberna entre pisto y tintos de verano. Hay vida m¨¢s all¨¢ de Malasa?a y Lavapi¨¦s.
Deambula moderneo por los recovecos de Alejandro Saint Aubin y por Jaime el Conquistador, en busca de alguna neotaberna entre pisto y tintos de verano. Hay vida m¨¢s all¨¢ de Malasa?a y Lavapi¨¦s
Muchas camisas estampadas, pantalones cortos, tatuajes y sandalias. Que tambi¨¦n ya tenemos canci¨®n del verano en la ciudad y con t¨ªtulo que sirve para todos: ¡°Moreno de contrabando¡±. Ya lo repiten los de Carolina Durante en el estribillo: ¡°Sudor, guiris, Madrid vac¨ªa¡±. Diego Ib¨¢?ez ha vuelto a los micr¨®fonos tras terminar de rodar por las calles Cardo, bajo la lupa de Ana Rujas y Claudia Costafreda.
En ese intento de tomar el fresco nocturno en muchas charlas todo el mundo cuenta su historia de c¨®mo consigui¨®, consigue o conseguir¨¢ su cita para la segunda pauta de la vacuna. Bienvenidos al caos administrativo. A unos pocos afortunados les lleg¨® a tiempo el mensaje al m¨®vil, otros han enloquecido al tel¨¦fono con el n¨²mero de la Comunidad para saber su cita (¡°pulse uno si quiere informaci¨®n¡±, ¡°llame m¨¢s adelante¡±, ¡°no consta todav¨ªa fecha¡±, ¡°no le puedo decir¡±, ¡°ya aparece para el d¨ªa 26¡±) y otros se han presentado directamente en el hospital y aparec¨ªan en la lista sin previo aviso. Lo siento si ajustaron las vacaciones, pero las tres semanas justas no se est¨¢n cumpliendo. ¡°Paciencia¡±, ped¨ªa el consejero Enrique Ruiz Escudero, teniendo cientos de miles de dosis en la nevera.
Bueno, salgan a pasear durante estas noches de julio. F¨ªjense bien en los balcones y terrazas en los que haya bombillas, aunque no est¨¢ precisamente la factura de la luz para tirar la casa por la venta. El precio m¨¢s caro de Europa, m¨¢ximos hist¨®ricos, ?alguien puede hacer algo? Porque siempre pagan los mismos. Y av¨ªsenme cuando encuentren a los nuevos vecinos que iluminen. No me lo quiero perder.
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