La presidenta de la Asamblea de Madrid concentra todo el poder tras la pol¨¦mica por el hermano de Ayuso
Un informe de la C¨¢mara auton¨®mica concluye que hay l¨ªmites a la libertad de expresi¨®n y la inviolabilidad parlamentaria
No hay inviolabilidad parlamentaria que valga, ni libertad de expresi¨®n que invocar: todo el poder para decidir qu¨¦ se puede decir y qu¨¦ no en la Asamblea de Madrid est¨¢ en manos de su presidenta, Mar¨ªa Eugenia Carballedo. Esa es la conclusi¨®n de un informe de la C¨¢mara encargado tras la pol¨¦mica desatada por la menci¨®n del hermano de la presidenta regional, Isabel D¨ªaz Ayuso, ...
No hay inviolabilidad parlamentaria que valga, ni libertad de expresi¨®n que invocar: todo el poder para decidir qu¨¦ se puede decir y qu¨¦ no en la Asamblea de Madrid est¨¢ en manos de su presidenta, Mar¨ªa Eugenia Carballedo. Esa es la conclusi¨®n de un informe de la C¨¢mara encargado tras la pol¨¦mica desatada por la menci¨®n del hermano de la presidenta regional, Isabel D¨ªaz Ayuso, en el pleno del 11 de noviembre, y que deriv¨® en la expulsi¨®n de la socialista Carmen L¨®pez, y en la salida de toda la oposici¨®n como protesta. ¡°En este pleno hemos aguantado que se nos llamara nazis, y nunca la presidenta ha pedido a ese diputado que saliera¡±, se quej¨® entonces Roc¨ªo Monasterio, l¨ªder de Vox, que pidi¨® establecer un criterio que equilibre el derecho de los diputados a denunciar presuntas irregulares y su deber de mostrar cortes¨ªa parlamentaria. La conclusi¨®n del informe, al que accedi¨® EL PA?S, es que eso es potestad de Carballedo.
La pol¨¦mica estalla durante un pleno rutinario, y en una intervenci¨®n que parece destinada ya a coser una frase intrascendente tras otra hasta agotar el tiempo. Pero de repente estalla la bomba.
¨DDed¨ªquense ustedes al hermano de la se?ora Ayuso, que s¨ª que se dedica a ir por los hospitales a sugerir a las unidades de contrataci¨®n la empresa a la que hay que contratar¨D, le dice L¨®pez a la bancada del PP.
¨DSe?ora diputada, vamos a parar el tiempo... ¡ªle interrumpe la presidenta Carballedo¡ª. Se?ora L¨®pez, no est¨¢ en el uso de la palabra. Me temo que estoy hablando yo. Le voy a decir lo siguiente: est¨¢ haciendo usted alusi¨®n directa a un familiar de un diputado de la Asamblea. Lo est¨¢ haciendo, adem¨¢s, no con palabras amables ni con palabras neutras, lo est¨¢ haciendo con palabras muy graves. No se me ocurre nada m¨¢s en contra de lo que son las reglas de la cortes¨ªa parlamentaria (...) Le llamo al orden, se?ora diputada, y le pido, por favor, no solo que no insista en una acusaci¨®n de tal calibre sino que, adem¨¢s, retire esa afirmaci¨®n.
¨D?Se llama libertad! ?Se llama libertad de expresi¨®n!¨D, clama desde su esca?o la socialista Irene Lozano.
¨DPresidenta, no lo voy a retirar, ¡ªtercia L¨®pez, acodada sobre la tribuna, mientras mira, mitad desafiante, mitad socarrona, a Carballedo¡ª. Y me gustar¨ªa que la misma actitud que tiene usted hoy aqu¨ª la tuviera usted todos los d¨ªas con la presidenta del Gobierno.
As¨ª estalla una pol¨¦mica que sigue viva m¨¢s de un mes despu¨¦s. Primero, L¨®pez reconoce que no tiene pruebas sobre esa supuesta intervenci¨®n del hermano de la presidenta. Luego, el PP y Vox tumban la comisi¨®n de investigaci¨®n impulsada por el PSOE para fiscalizar los 4.461 contratos de emergencia firmados por la Administraci¨®n regional durante la pandemia. Y ahora llega el informe de la secretaria general de la Asamblea para dirimir si hay l¨ªmites en la libertad de expresi¨®n de los diputados, o si se les puede expulsar por lo que digan en sede parlamentaria cuando gozan de inmunidad.
¡°De la inviolabilidad parlamentaria no se deriva en ning¨²n caso la imposibilidad de aplicar la normativa disciplinaria interna que pueda suponer una restricci¨®n de la libertad de expresi¨®n de los diputados¡±, subraya el documento. ¡°La invocaci¨®n de la libertad de expresi¨®n en el ejercicio de las funciones parlamentarias sin perturbaciones ileg¨ªtimas [exteriores, como la amenaza de querellas] no exime ni puede oponerse al cumplimiento de los deberes del diputado, y a la aplicaci¨®n de las normas de disciplina parlamentaria que dispone el reglamento para garantizar el respeto al orden y el correcto curso de los debates¡±, a?ade. Y subraya: ¡°(...) Corresponde a la presidenta valorar en cada supuesto la existencia de alteraci¨®n del orden (...) sin perjuicio de que sea exigible (...) una aplicaci¨®n restrictiva y proporcionada de las normas reglamentarias que puedan limitar el ejercicio de los derechos del diputado¡±.
Para Carballedo, pura poes¨ªa. La presidenta de la C¨¢mara se estren¨® este verano en el puesto convencida de que el Parlamento regional necesitaba ser embridado. Las ¨²ltimas legislaturas, marcadas por el fin de las mayor¨ªas absolutas del PP, no se han traducido solo en la oportunidad de fiscalizar lo hecho por los gobiernos precedentes de la formaci¨®n conservadora, o de buscar mayor¨ªas alternativas en momentos puntuales. Tambi¨¦n, seg¨²n el criterio del PP, han propiciado un aumento de los conflictos entre los diputados que a su juicio ha entorpecido el d¨ªa a d¨ªa de la C¨¢mara, llegando a desesperar a Juan Trinidad (Cs), el presidente de la pasada legislatura. El volumen de los gritos ha llegado a ser tan alto como para que los partidos entrenen a los nuevos diputados en sesiones ficticias donde los debutantes suben al estrado y sus compa?eros les gritan al o¨ªdo. Y Carballedo est¨¢ actuando en consecuencia.
Pero las conclusiones del informe de la C¨¢mara no complacen a Vox, el ¨²nico socio posible del PP. ¡°Este informe no da contestaci¨®n exhaustiva a lo solicitado, por cuanto no se entra en la cuesti¨®n principal, que es la posibilidad de establecer unos limites objetivos a la funci¨®n moderadora de los debates que le corresponde a la Presidencia de la C¨¢mara¡±, se queja Monasterio en su escrito de alegaciones. ¡°Deber¨ªa establecerse por acuerdo de la Mesa o de la Junta de portavoces una interpretaci¨®n del art¨ªculo 33.3 del reglamento de la Asamblea de Madrid que concrete de forma fehaciente qu¨¦ es un grave atentado ¡°contra la disciplina, el orden o la cortes¨ªa parlamentaria¡±.
Mientras ocurre eso, si es que ocurre, todo el poder para decidir si se pude etiquetar o no de nazi a un diputado, o mencionar o no el nombre del hermano de la presidenta, queda en manos de la presidenta Carballedo.
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