C¨®mo sobrevivir al calor en la capital: menos asfalto y m¨¢s arbolado
Tres expertos identifican en el material de las calles de Madrid el mayor problema durante los d¨ªas de calor extremo, y en la plantaci¨®n de ¨¢rboles, la forma m¨¢s eficaz para mitigar sus efectos
Falta poco para que se acabe el mes de julio m¨¢s caluroso de la historia en Madrid desde que hay registros. Como todos los a?os, la ciudad se va vaciando: ya no hace falta reservar para asegurarse una mesa un s¨¢bado por la noche, y las terrazas se vuelven cada d¨ªa m¨¢s silenciosas y tranquilas. Los madrile?os que pueden huyen de unos pisos sin aire acondicionado y de las calles ardientes que casi a diario alcanzan...
Falta poco para que se acabe el mes de julio m¨¢s caluroso de la historia en Madrid desde que hay registros. Como todos los a?os, la ciudad se va vaciando: ya no hace falta reservar para asegurarse una mesa un s¨¢bado por la noche, y las terrazas se vuelven cada d¨ªa m¨¢s silenciosas y tranquilas. Los madrile?os que pueden huyen de unos pisos sin aire acondicionado y de las calles ardientes que casi a diario alcanzan los 40¡ã. Pero ?de verdad no hay otra soluci¨®n al ¨¦xodo del verano? ?Y c¨®mo de preparada est¨¢ la ciudad para lidiar con las consecuencias del cambio clim¨¢tico? Los tres expertos consultados por este peri¨®dico ¨Duna arquitecta, un ge¨®grafo y un ingeniero de obras p¨²blicas¨D coinciden en la respuesta: el desarrollo urbano de Madrid no funciona. El mayor enemigo es el asfalto, que durante d¨¦cadas ha ido ganando espacio en la ciudad, quit¨¢ndole el sitio a la soluci¨®n m¨¢s pr¨¢ctica y funcional para mitigar los efectos del incremento de las temperaturas: los ¨¢rboles.
¡°Vivimos una org¨ªa del asfalto¡±, sentencia Adri¨¢n Carrasco, ingeniero de obras p¨²blicas. ¡°Es el peor de los materiales, porque acumula calor durante el d¨ªa y finalmente lo suelta de noche, provocando el llamado fen¨®meno de las noches tropicales. Y no solo es un problema durante el verano. Cuando hay precipitaciones intensas, no retiene el agua y facilita las inundaciones¡±.
Que este material desborde Madrid no es solamente una sensaci¨®n. Cada a?o el Ayuntamiento pone en marcha la llamada Operaci¨®n Asfalto para renovar los pavimentos de las calles de la ciudad. Y cada a?o se pulveriza el presupuesto y la superficie de asfalto de las operaciones anteriores. 2022 suma m¨¢s de 1.000 calles en obras, con una superficie total de cuatro millones de metros cuadrados ¨D400 veces la dimensi¨®n del nuevo estadio Bernab¨¦u¨D y una inversi¨®n de 62,2 millones, seg¨²n el ?rea de Obras y Equipamientos.
Adem¨¢s del material del que est¨¢n hechas las calles, el problema est¨¢ tambi¨¦n en el desarrollo urbano de la ciudad. El catedr¨¢tico de Geograf¨ªa F¨ªsica de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, Felipe Fern¨¢ndez, evidencia c¨®mo antes de la revoluci¨®n industrial se ten¨ªan m¨¢s en cuenta las condiciones ambientales a la hora de construir los centros habitados. ¡°En los pa¨ªses mediterr¨¢neos los cascos hist¨®ricos est¨¢n caracterizados por calles estrechas, para que no pase demasiada luz solar y haya sombra. Era la ¨²nica forma de combatir el calor en verano¡±, explica Fern¨¢ndez.
La morfolog¨ªa de las calles del Madrid de los Austrias ¨Dcorrespondiente al primitivo trazado medieval de la ciudad¨D da fe de ello. Durante una medici¨®n tomada con un term¨®metro ambiental a las cinco de la tarde del jueves, se registraron 34¡ã en la estrecha calle de Traviesa, es decir, unos seis grados menos que la temperatura del resto de la ciudad. En las zonas con ¨¢rboles y tierra, como en los jardines que se encuentran en la calle de Segovia, pr¨®ximos al viaducto hom¨®nimo, la temperatura baja hasta los 33¡ã.
El urbanismo moderno, sin embargo, est¨¢ ¡°completamente aislado¡± de las condiciones ambientales. ¡°Los nuevos barrios son todos iguales, con grandes avenidas que pueden parecer muy bonitas, pero que en realidad son espacios con poca sombra y una cantidad descomunal de asfalto¡±, reprocha Fern¨¢ndez. En las ¨¢reas residenciales de nueva construcci¨®n, como las de Montercarmelo, Las Tablas o Valdebebas en el norte de la ciudad, las grandes avenidas vac¨ªas tienen un protagonismo absoluto y la temperatura del asfalto alcanza los 48¡ã, como demuestra una medici¨®n tomada en una calle en las proximidades del Hospital Enfermera Isabel Zendal.
Cambiar el gris por el verde
¡°Es ut¨®pico pensar que vamos a poder eliminar todo el asfalto de la ciudad¡±, afirma Belinda Tato, arquitecta especializada en eficiencia energ¨¦tica y construcciones sostenibles. ¡°Pero esto no quiere decir que no haya soluciones¡±. Una opci¨®n, en opini¨®n de la experta, es reducir el n¨²mero de carriles para dar m¨¢s espacio a la vegetaci¨®n y a los peatones, siguiendo el ejemplo de Par¨ªs. La capital francesa ha empezado un ambicioso plan de regeneraci¨®n urbana que prev¨¦ eliminar cuatro de los ocho carriles de los Campos El¨ªseos ¨Duna de las avenidas m¨¢s ic¨®nicas y concurridas de la ciudad¨D y convertir el espacio en un jard¨ªn urbano.
La otra soluci¨®n, m¨¢s bien una consecuencia de la primera, es incrementar la vegetaci¨®n. En 2020, la borrasca Filomena da?¨® 440.987 ¨¢rboles, de los que 94.115 fueron talados, seg¨²n un informe de la Direcci¨®n General del ?rea de Medio Ambiente del Ayuntamiento. A un a?o del desastre, el Consistorio asegura haber recuperado toda la masa forestal que perdi¨® a causa del temporal. Sin embargo, la sensaci¨®n de vivir en una ciudad poco verde es real. ¡°Por cada ¨¢rbol da?ado por Filomena habr¨ªa que replantar tres. Hay que tener en cuenta que necesitan tiempo para crecer, y que no es lo mismo el impacto de un ¨¢rbol centenario al de uno reci¨¦n plantado¡±, a?ade Tato.
El aumento del arbolado de la ciudad no influye solamente en la calidad del aire y en las emisiones de CO?. Los ¨¢rboles tambi¨¦n retienen el agua cuando llueve, crean sombra natural, aumentan la humedad y el frescor del aire y protegen las fachadas de los edificios. ¡°Crear un bosque metropolitano que rodea Madrid parece algo positivo, pero en realidad es un enfoque equivocado. El verde no puede estar solamente fuera, tiene que estar en cada calle de la ciudad¡±, indica Carrasco.
Y en cada terraza y fachada de los edificios, a trav¨¦s de huertos urbanos y jardines verticales, aunque en este aspecto no todos los expertos coinciden. ¡°Desde el punto de vista del medio ambiente, no es la mejor soluci¨®n. Si hablamos de pobreza energ¨¦tica, no podemos aumentar los costes de las viviendas¡±, subraya Carrasco. Tato ¨Dque en 2007 dise?¨® el Boulevard de la Naturaleza en Villa de Vallecas, un espacio p¨²blico y bioclim¨¢tico¨D insiste en la viabilidad de recubrir los edificios con plantas. ¡°Cuando hablamos de jardines verticales, no tenemos que pensar en cosas muy locas. Lo importante es utilizar un tipo de vegetaci¨®n aut¨®ctona que consume poca agua¡±, asegura.
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