Un m¨¦dico con discapacidad pleitea contra la Comunidad de Madrid y gana: ¡°Se puede pelear y vencer¡±
Un doctor con una patolog¨ªa cr¨®nica neuromuscular logra en los tribunales un turno de trabajo acorde a su dolencia, tras cuatro a?os de lucha para que se le reconozcan sus derechos
Lo primero que quiere dejar claro Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez Campos, de 46 a?os y con una lesi¨®n medular desde los siete, es que su caso no es una cuesti¨®n pol¨ªtica, sino de discapacidad. Acaba de ganarle un pleito a la Comunidad de Madrid, para la que trabaja como m¨¦dico de familia en el centro de salud de Navalcarnero, por no adaptar su jornada laboral a la patolog¨ªa cr¨®nica neuromuscular que padece y no quiere que su victoria judicial se mezcle con el ...
Lo primero que quiere dejar claro Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez Campos, de 46 a?os y con una lesi¨®n medular desde los siete, es que su caso no es una cuesti¨®n pol¨ªtica, sino de discapacidad. Acaba de ganarle un pleito a la Comunidad de Madrid, para la que trabaja como m¨¦dico de familia en el centro de salud de Navalcarnero, por no adaptar su jornada laboral a la patolog¨ªa cr¨®nica neuromuscular que padece y no quiere que su victoria judicial se mezcle con el convulso estado de la sanidad. Al doctor, con una discapacidad del 52%, ya han tratado de instrumentalizarlo antes, tanto partidos como asociaciones, pero ¨¦l habla desde la ¡°absoluta independencia¡± de no estar afiliado a nada, salvo al sindicato profesional Amyts. ¡°Yo quiero denunciar lo que sufrimos d¨ªa a d¨ªa en las empresas p¨²blicas y privadas las personas con discapacidad porque no se respetan nuestros derechos y decir a todos los discapacitados que no se conformen, que le echen valor, que se puede luchar y ganar¡±, declara nada m¨¢s sentarse en una cafeter¨ªa de su pueblo, a la que llega conduciendo su coche, andando apoyado en muletas y convulsionando todo su cuerpo para poder dar cada paso.
El pasado 25 de octubre, el juzgado de lo contencioso-administrativo n¨²mero 6 de Madrid dict¨® sentencia a su favor frente a sus jefes, la Gerencia Asistencial de Atenci¨®n Primaria de la Consejer¨ªa de Sanidad, a la que demand¨® para reclamarle un horario fijo de ma?ana en atenci¨®n a sus limitaciones funcionales. Sanidad dej¨® correr el plazo de 15 d¨ªas que ten¨ªa para recurrir la sentencia, que es firme desde el 25 de noviembre, a pesar de lo cual a¨²n no ha dictado la resoluci¨®n para hacer efectiva la medida. A Mart¨ªnez casi le cuesta creer que, tras cuatro a?os de lucha, ha logrado la adaptaci¨®n completa de su puesto de trabajo a su discapacidad. Ahora, espera servir de ejemplo y que su caso ¡°siente precedente dentro de un colectivo que es el gran olvidado, pese a ser mayor¡±. ¡°Todos podemos pertenecer a ¨¦l en alg¨²n momento y no parar¨¢ de crecer gracias a los avances m¨¦dicos y a la mayor esperanza de vida¡±, recuerda.
¡°Tal y como recoge la sentencia, la Comunidad ha incumplido de forma manifiesta cuatro art¨ªculos de dos leyes¡±, interviene, sentado a su lado, el abogado ?ngel Galindo. La obligaci¨®n de adaptar el puesto de trabajo a las limitaciones de un trabajador consta en dos art¨ªculos de la Ley de Prevenci¨®n de Riesgos Laborales y en uno del Estatuto B¨¢sico del Empleado P¨²blico y, en este mismo estatuto, la prohibici¨®n de la discriminaci¨®n por raz¨®n de discapacidad.
Desde 2019
Sin embargo, la Comunidad ha ignorado las leyes en este caso desde 2019, cuando el servicio de Riesgos Laborales recomend¨® cambios en la jornada del m¨¦dico ante el deterioro de su dolencia. A causa de la lesi¨®n, sufre espasticidad o rigidez muscular, que se acent¨²a con el paso de las horas y que, por la tarde, llega a niveles dif¨ªciles de soportar y le puede provocar dificultades para moverse, ca¨ªdas y problemas para hablar. ¡°Es un aumento del tono muscular patol¨®gico, cuando el m¨²sculo deber¨ªa relajarse, no lo hace por un problema neurol¨®gico. Con el transcurrir del d¨ªa, toda persona siente fatiga muscular, que en mi caso se multiplica por 10, por 20, por 30...¡±, describe con total conocimiento de causa, como m¨¦dico y como paciente. Le ofrecieron jubilarse, pero ¨¦l se niega. Con 46 a?os, casado y con dos hijas, se considera en su mejor momento: ¡°Le estoy haciendo un servicio a la sociedad y tengo mucho que aportar a mis pacientes, lo ¨²nico que tengo reducida es la movilidad¡±.
A los siete a?os, se dio un golpe en una piscina en Ja¨¦n. Trece d¨ªas despu¨¦s, se desplom¨® en la playa de Benic¨¤ssim (Castell¨®n). Hab¨ªa sufrido un ictus (falta de riego) postraum¨¢tico. Fue trasladado al Hospital de la Fe de Valencia y le hicieron uno de los primeros TAC del pa¨ªs. ¡°Era 1983, los albores de la medicina moderna¡±, recuerda. ¡°A mi padre le dijeron que ten¨ªa un tumor, ¨¦l se puso a darle vueltas en la cafeter¨ªa y cay¨® en la cuenta de que era imposible¡±. Su padre, que trabajaba en control de calidad y soldadura de gaseoductos, ten¨ªa ampl¨ªsimos conocimientos en radiolog¨ªa industrial. ¡°Subi¨® y les dijo a los m¨¦dicos que no era un diagn¨®stico congruente y se neg¨® a que me llevaran a Madrid hasta que no estuviera claro qu¨¦ ten¨ªa¡±.
En aquella ¨¦poca, no exist¨ªan los tratamientos antitromb¨®ticos y el da?o ya estaba hecho, no hab¨ªa cura. ¡°Estuve un a?o entero en el Ram¨®n y Cajal sin poder moverme ni hablar, tuve que reconducir toda mi capacidad funcional y readaptar mi sistema neuronal para volver a aprender a hacerlo¡±, cuenta. El m¨¦dico recuerda momentos concretos, como el ba?ador que llevaba su madre cuando cay¨® fulminado, el estar tirado en la arena consciente pero sin poner llamarla... ¡°He aprendido que estos recuerdos no son malos, es lo que me ha tocado vivir. Hay que seguir adelante con ellos y normalizar la situaci¨®n¡±. Sus palabras dan para un tratado de filosof¨ªa.
Nada de esto le ha impedido desarrollar su vida plenamente: estudiar, trabajar, tener una familia... Seguramente, admite, lo que le pas¨® influy¨® en que estudiara medicina. Lleva ejerciendo desde 2005, tras aprobar el MIR, que ya le supuso un quebradero de cabeza porque intentaron ¡°politizar¡± su caso. Este asunto le cabrea especialmente porque ¡°la discapacidad trasciende a cualquier partido o ideolog¨ªa¡±. Empez¨® en el hospital de Alcorc¨®n y de ah¨ª, a Navalcarnero.
¡°Pod¨ªa haber pedido la adaptaci¨®n desde el minuto cero, pero tiraba para delante, mi lema es que nadie me pueda poner un pero por ser discapacitado¡±. En 2015, ¡°para evitar problemas legales¡± por si se retrasaba en una atenci¨®n domiciliaria, el director del ambulatorio lo empuj¨® a ir a Salud Laboral. Tras examinarle, le hicieron una primera adaptaci¨®n. En 2019 sufri¨® un edema ¨®seo que lo dej¨® seis meses sin moverse y se reincorpor¨® un mes antes de la pandemia.
En la revisi¨®n de Salud Laboral de marzo de aquel a?o, Riesgos Laborales, bas¨¢ndose en los informes de un traumat¨®logo, un neur¨®logo y un rehabilitador, estableci¨® cuatro cambios que necesitaba para poder seguir ejerciendo: no hacer avisos a domicilio urgentes sino programados, reducir la atenci¨®n a urgencias, ver pacientes no cada cinco minutos sino cada 10 y trabajar por la ma?ana. Su turno es deslizante: dos d¨ªas de ma?ana, dos de tarde y uno alterno.
La administraci¨®n cumpli¨® las tres primeras recomendaciones, pero no el turno de ma?ana. ¡°Salud Laboral elev¨® el informe, estaban obligados a dictar una resoluci¨®n, pero la decisi¨®n no se tomaba. Recib¨ª muchas llamadas, pero nunca una comunicaci¨®n oficial escrita¡±, contin¨²a. ¡°Estas situaciones hay que denunciarlas, tengo pacientes que han tenido que dejar sus trabajos porque se negaban a adaptarles el puesto cuando est¨¢n obligados por ley, es nuestro derecho. Estas cosas hay que tenerlas muy claras y no achantarse, hay que pelear¡±, reivindica.
En las revisiones de 2020, 2021 y 2022, el Servicio de Prevenci¨®n reiter¨® sus recomendaciones, sin que llegara la adaptaci¨®n completa. Por eso, busc¨® a un abogado y, en mayo, presentaron tres requerimientos, a gerencia, a Salud Laboral y al propio consejero. Nadie respondi¨® y, ante el silencio administrativo, impugnaron y presentaron la demanda.
?En ning¨²n momento nadie de su entorno le dijo Jos¨¦ Antonio para, no te metas en m¨¢s l¨ªos? ¡°No, porque saben cuando creo en algo, voy hasta el final¡±, responde el doctor, cuyo infinito coraje, entereza y determinaci¨®n contrastan con su fragilidad f¨ªsica. En los cuatro a?os que llevaba esperando que la administraci¨®n cumpla con la ley, ha estado trabajando de tarde cuando le tocaba. Porque Mart¨ªnez solo quiere una cosa, trabajar, ¡°pero en condiciones ¨®ptimas¡±.
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